Negociaciones del TLCAN deben priorizar el clima y gente

El Presidente Trump ha destacado la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) como uno de los principales objetivos de su administración, y recientemente reveló la hoja de ruta para hacerlo. Al inicio de este proceso, NRDC, el Sierra Club, y nuestros socios en una amplia gama de sectores llamamos al gobierno para priorizar ocho asuntos críticos entre los cambios al TLCAN, descrito abajo. Queremos asegurar que la renegociación del TLCAN protege—y no perjudica—la estabilidad del clima, del aire y agua limpia, de las comunidades saludables, de los pueblos indígenas, y el buen empleo.

Durante los 23 años desde que fue firmado el TLCAN, las economías de México, Canadá, y Los Estados Unidos se han vuelto entrelazadas  interdependientes, con $1.1 billones de comercio entre los tres países en el 2016. Al mismo tiempo, nuevas cuestiones como el cambio climático, la energía limpia, y la sostenibilidad, se han situado en la vanguardia de las relaciones internacionales. Hasta ahora, permanece incierto exactamente como hasta donde la administración de Trump cambiara este acuerdo—si el proceso implica comenzar desde cero o simplemente alterar ciertos aspectos fundamentales. Sin embargo, independiente de cuales sean los cambios no cabe duda que hay varias provisiones críticas que deben ser incluidas para mejorar las vidas de las personas que viven y trabajan en cada uno de los tres países, además del medio ambiente del cual dependen.

A NRDC le complace aliarse con 350.org, el Centro para la Diversidad Biológica, el Centro para la Seguridad Alimentaria, los Defensores de la Vida Silvestre, Earthjustice, los Amigos de la Tierra, Intercambio Mundial, Green America, Greenpeace USA, el Instituto de Política Agrícola y Comercial, la Liga de Votantes por la Conservación del Ambiente, Food & Water Watch, Sierra Club, y US Human Rights Network en su llamado al gobierno de Trump para incluir los siguientes ocho temas entre sus prioridades al cambiar el TLCAN:

  1. Eliminar las reglas que permiten que corporaciones ataquen el ambiente y a protecciones de la salud publica en tribunales irresponsables. El sistema de resolución de controversias entre inversores y Estados del TLCAN permite que corporaciones multinacionales (como ExxonMobil y TransCanada) eviten nuestras cortes. En lugar, permite que corporaciones utilicen tribunales privados para decidir disputas, y demanden dinero de los contribuyentes para usar en políticas que impactan los ingresos corporativos. Corporaciones han utilizado el TLCAN para desafiar prohibiciones de químicos tóxicos, decisiones hechas por paneles de evaluación ambiental, y protecciones para nuestro clima. Estas corporaciones han extraído más de $370 millones de los gobiernos en estos casos, y aún quedan pendientes más de $50 mil millones. Además, estos casos no son examinados por jueces, sino por abogados de empresas fuera del sistema judicial normal.
  2. Incorporar fuertes y ejecutables normas ambientales y laborales en el texto fundamental del acuerdo. Para afrontar los asuntos ambientales y laborales, el TLCAN ha creado acuerdos paralelos que son no vinculantes y tienen otras limitaciones. Como resultado, ellos han sido relativamente inefectivos. Para asegurar que los nuevos términos de un acuerdo de comercio trilateral crearan y sostendrán un campo de juego justo para las condiciones ambientales y laborales, estas dos áreas deben ser incluidas dentro del texto fundamental del acuerdo. Eso significa que un país que falla a cumplir con sus obligaciones ambientales será sujeto a sanciones de comercio similares a aquellas que existen por violaciones a partes comerciales del acuerdo. Esto también significa que países tienen que cumplir con acuerdos internacionales actuales y afrontar desafíos ambientales como los retos críticos de conservación relacionados al comercio ilegal de madera y vida silvestre, además de la administración de pesquerías.
  3. Proteger las reformas del sector energético en contra de reglas retrógradas. El capítulo energético del TLCAN pone límites sobre las capacidades canadienses para prevenir la producción de combustibles fósiles altos en contaminantes como el petróleo de las arenas alquitranadas. El capítulo, escrito antes de que existiera la conciencia generalizada sobre el cambio climático, debe ser eliminado. Otras reglas del TLCAN permiten que estándares de portafolios renovables, estándares de combustibles bajos en carbono, y otras regulaciones respetuosas del clima sean desafiadas por impedir a los negocios de las corporaciones extranjeras de combustibles fósiles. Tales normas deben ser restringidas para proteger las políticas climáticas en cada país.
  4. Restringir la contaminación de vehículos comerciales transfronterizos. El TLCAN fomentó un incremento en el tráfico del transporte transfronterizo sin mitigar las emisiones resultantes. Cualquier acuerdo que reemplaza el TLCAN debe requerir que los vehículos comerciales transfronterizos reduzcan sus emisiones para que sus bienes se puedan beneficiar de tarifas reducidas. Además, todos los vehículos comerciales transfronterizos deben ser obligados a cumplir con todos los estándares estatales y federales para limitar la contaminación.
  5. Requerir compras verdes por el gobierno al contrario de restringirlas. Las reglas de adquisiciones del TLCAN limitan la capacidad del gobierno para utilizar los requisitos de “compras verdes” para asegurar que los contratos con el gobierno apoyen las energías renovables, la eficiencia energética, y los bienes sostenibles. Cualquier cambio al TLCAN debe requerir que los gobiernos signatarios incluyan una preferencia por bienes y servicios con bajo impacto ambiental durante las decisiones de adquisición.
  6. Apoyar la protección del medio ambiente con la penalización de bienes hechos con altas emisiones climáticas. El TLCAN permite que las empresas trasladen su producción a países con estándares climáticos más bajos, que pueden estimular una “fuga de carbono” y deslocalización de empleos. Para prevenir esto, y alentar mayor acción climática de socios comerciales con altas emisiones, cada país debe imponer cuotas fronterizas a bienes importados cuales causan significante contaminación climática durante su producción.  
  7. Requerir que los gobiernos asignen prioridad a políticas que reduzcan la contaminación climática. Mientras que el TLCAN restringe las políticas climáticas que limitan el comercio o inversión, cualquier remplazo al acuerdo debe al contrario priorizar el clima. Esto incluye creando la obligación a los gobiernos a utilizar la “prueba de cambio climático” para la formulación de políticas, la cual requeriría el reporte y examinación de potenciales impactos al clima de propuestas políticas.
  8. Añadir amplias protecciones para el ambiente y otras políticas de interés público. El TLCAN, con sus numerosas y excedidas reglas, restringe las herramientas de política que los gobiernos pueden utilizar para proteger el ambiente y promover otras prioridades que son ampliamente compartidas. El TLCAN no contiene una provisión que efectivamente protege las políticas de interés público contra estas reglas – solamente una “excepción” deficiente en el Artículo 2101 que ha consistentemente fallado a proteger políticas desafiadas. Al contrario, cualquier acuerdo que reemplaza el TLCAN debe excluir políticas de interés público de todas las reglas creadas por el nuevo acuerdo.

Si el Presidente Trump sigue adelante con su propuesta para modificar el TLCAN, cualquier renegociación debe llevarse a cabo de forma transparente con procesos abiertos, proporcionando al público de cada uno de los tres países con la oportunidad de participar. Nosotros y nuestros socios en las comunidades relacionadas a temas ambientales, laborales, de salud, de consumidor y de agricultura, además de otros, quedamos atentos para ver si el Presidente Trump apoya la renegociación del TLCAN que protege—y no perjudica—la estabilidad del clima, del aire y agua limpia, de las comunidades saludables, de los pueblos indígenas, y el buen empleo.

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