Normas de smog fuertes podrían proteger a millones de latinos

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El rostro del país está cambiando rápidamente y nuestros líderes en Washington deben tomar nota. Durante la última década, la población latina en EE.UU. creció a un ritmo del 43 por ciento, y se estima que en el 2050 un cuarto de la población estadounidense será hispana.

Desafortunadamente, mientras los números cambian, mucho sigue igual. Millones de latinos siguen viviendo en las zonas con la peor calidad de aire y sufriendo las consecuencias. Así que cuando los rumores empezaron a correr que unos grandes contaminadores buscaban aplazar o cancelar esfuerzos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés) para proponer límites más fuertes al ozono, un precursor al esmog, nos llamó la atención.

El ozono es un gas que se produce naturalmente en la estratosfera donde nos protege de los rayos ultravioleta. Pero aquí a nivel del suelo, el ozono es el componente principal del esmog donde se crea cuando los contaminantes (emisiones de automóviles y fábricas) reaccionan con el sol. Si has viajado a Los Ángeles conoces la pesada capa gris de esmog que cubre la ciudad.

(Foto del esmog sobre Los Angeles en 2007 cortesía de Flickr/vlasta2)

El esmog disminuye la función pulmonar, causa inflamación de las vías respiratorias, y agrava el asma y otras enfermedades pulmonares. Un estudio reciente en la revista New England Journal of Medicine concluyó que el riesgo de morir de una enfermedad respiratoria es más de tres veces mayor en zonas de altas concentraciones de esmog que en las que tienen concentraciones más bajas.

Casi el 50 por ciento de los latinos en EE. UU. viven en condados que frecuentemente infringen las normas de esmog poniendo en peligro su salud. Eso significa que millones de latinos corren el riesgo de sufrir ataques de asma, bronquitis, y en algunos casos muerte, debido a este peligroso contaminante. Dado que tantos latinos trabajan afuera en la construcción y agricultura muchos corren un mayor riesgo de los efectos dañinos del esmog.

Estas consecuencias impactan a las familias gravemente. No solo sufren por tener un hijo enfermo, también es costoso y con dos de cada cinco latinos sin seguro médico y la tasa de desempleo para los latinos alrededor del 12 por ciento, los costos médicos imprevistos pueden ser devastadores. Además, tomar días libres (si se puede) para cuidar de sí mismo o de miembros de la familia significa días de salario perdido y puestos de trabajo sacrificados.

Actualmente, la EPA limita la concentración de esmog a 75 partes por mil millones pero expertos de la Agencia han recomendado unánimemente fortalecer las normas a entre 60 y 70 partes por mil millón, preferiblemente en el extremo inferior de ese rango.

Este verano, EPA propondrá normas para reforzar la protección contra el smog pero aun no sabemos si la administración de Obama adoptará un nivel lo suficientemente fuerte para realmente proteger a los más vulnerables entre nosotros (los bebés, niños y ancianos) o si protegerán las ganancias de los grandes contaminadores.

Un estándar que proteja al público prevendría hasta 12.000 muertes prematuras, 58.000 ataques de asma y 21.000 visitas de hospital y a la sala de emergencias cada año. Nos ayudaría a evitar 5.300 ataques cardiacos, y más de 2 millones de días perdidos de escuela y 420.000 días de trabajo perdidos.

La EPA debe poder seguir firme y proteger nuestra salud sin juego político.  Fuertes normas han mejorado la calidad del aire por décadas y esta es una oportunidad para mejorar vidas y prevenir enfermedades para todos, ya seamos latinos o no.