Aprobación de complejo turístico en Cabo Cortés en Parque Nacional Cabo Pulmo es un gran atraso para México

Hace dos semanas, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México cometió un grave error al aprobar importantes fragmentos en el propuesto complejo turístico Cabo Cortés, poniendo en peligro el Parque Nacional Cabo Pulmo, hogar de los arrecifes de coral más saludables y más importantes en el noroeste de México. Los grupos locales e internacionales, científicos y expertos legales señalan las obvias fallas en el proyecto de impacto ambiental. NRDC y los más de sus 39.000 e-activistas también se unieron para pedir al gobierno mexicano que rehúse la autorización del proyecto Cabo Cortés. Sin embargo, pese a las críticas del propuesto proyecto las cuales tienen un amplio fundamento, la secretaría le dio al proyecto una luz verde.

Cabo Pulmo, en Baja California Sur, es un brillante ejemplo de conservación para todo el mundo, un modelo vivo de la resistencia de la vida marina. Después de que las desenfrenadas prácticas de sobrepesca y la pesca irresponsable gravemente degradaron el arrecife en la década del 70 y de los 80, las comunidades locales se aunaron para pedir al gobierno que lo convierta en un parque nacional. En 1995, el gobierno de México creó el Parque Nacional Marino Cabo Pulmo y en 2005 también fue nombrado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. El arrecife hasta ahora florece con la mayor concentración de vida marina en todo el Golfo de California, como las manta rayas, las ballenas jorobadas, los delfines y cinco de las siete especies del mundo de las tortugas marinas en peligro de extinción. Las comunidades locales desarrollaron con éxito una economía de bajo impacto ambiental y sostenible centrada en el ecoturismo.

Sin embargo, todo ello se verá amenazado, si se permite continuar la construcción de Cabo Cortés. El propietario del proyecto, la empresa española de bienes raíces Hansa Urbana, tiene la intención de construir 13.000 viviendas y 3.655 habitaciones de hotel (en conjunto esto equivale a cerca de 30.000 habitaciones), 2 millones de pies cuadrados en espacio para oficinas y comercial, de tres a cinco campos de golf, una pista para jet privado, plantas para el tratamiento y la desalinización del agua, una marina para cerca de 500 barcos y toda la infraestructura que conlleva una nueva ciudad. Todo esto, 3844 hectáreas en total, se establecerá justo al norte de Cabo Pulmo, adyacente al Parque Nacional.

Decir que Cabo Cortés no afectaría a los frágiles arrecifes de coral y las especies que dependen de ello es, en pocas palabras, inconcebible.

La declaración de impacto ambiental de Cabo Cortés fue deplorablemente insuficiente para justificar la aprobación y razonó que el complejo turístico no afectará al parque debido a que las corrientes de agua locales sólo fluyen de sur a norte. Esta conclusión se basa en una investigación superficial extraída de un estudio llevado a cabo hace más de veinte años y algunas fotografías aéreas adicionales. La compañía no utilizó datos recientes sobre las corrientes, la línea costera o los impactos que el escurrimiento de los campos de golf, por ejemplo los abonos químicos, tendría sobre la vida marina. Para colmo, ignoraron años de datos científicos que demuestran que las corrientes en el área fluyen en múltiples direcciones, que varían con las estaciones.

Uno esperaría que la agencia gubernamental encargada de proteger una zona tan valiosa y vulnerable como Cabo Pulmo sería rigurosa en su revisión del proyecto Cabo Cortés, al aplicar inflexiblemente las leyes y normas ambientales. Lamentablemente, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México hizo lo contrario al adherirse libremente a sus propios criterios, que según ellos “no tienen un carácter obligatorio, se considera que son inductivos.”

La resolución aprobada la semana pasada autorizó a varios fragmentos importantes  de la propuesta de Hansa Urbana, entre ellos:

• Vivienda, hotel y desarrollo comercial
• Una marina para 490 embarcaciones
• Dos campos de golf de 18 hoyos,
• Un acueducto de 10.5 millas de largo
• 131 hectáreas de carreteras y autopistas

Dos elementos clave que faltan en esa lista son las plantas para el tratamiento y la desalinización del agua. Sin embargo, la clara necesidad de tener ambos en un complejo turístico de lujo por razones de higiene significa que es muy probable que en el futuro se apruebe.

El cambio climático, la explotación de los recursos y la contaminación, entre otras cosas, degradan y dañan el planeta constantemente. Sin embargo, Cabo Pulmo es una historia de éxito a la conservación que el gobierno de México debe estar orgulloso y  debe tratar de replicar en otros lugares. La Secretaría de Medio Ambiente debe hacer todo lo posible para proteger a este maravilloso lugar y respetar a las personas que viven allí, que lucharon tan duro para llevar al arrecife de coral a su actual estado de salud. Con la aprobación del fastuoso complejo turístico Cabo Cortés, aún sean sólo partes del mismo, el gobierno mexicano dio un gran paso hacia atrás, con consecuencias potencialmente irreversibles en uno de los arrecifes de coral más importante de la región.

Por favor, únase a NRDC y a nuestros amigos en Baja California Sur para pedir al gobierno que no permita que Cabo Cortés continúe con su propuesta destructiva y mal planificada.