Cuatro acciones para acelerar la energía limpia y combatir el cambio climático en Río+20

La Cumbre de la Tierra de Río+20 es un reto olímpico que exige que el liderazgo mundial asuma compromisos concretos para asegurar que avancemos hacia un futuro más sostenible. Es urgente que esta cumbre rinda más que un simple texto negociado. Necesitamos resultados concretos.
Este es el segundo de una serie de blogs que detallarán las recomendaciones de NRDC en los ámbitos de Océanos, Energía y Cambio Climático, Empleos Verdes y Rendición de Cuentas. Puedes ver la versión original en inglés de esta información en este enlace.
Acciones necesarias en la lucha contra el cambio climático
Para hacer frente al cambio climático debemos desarrollar más energía limpia, mejorar la eficiencia energética y reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles. También es necesario encontrar nuevas maneras de reducir los gases de efecto invernadero. Pero los subsidios perversos, inversiones imprudentes y políticas débiles impiden avances en estos temas. Para acelerar la energía limpia y combatir el cambio climático, nuestros líderes deben comprometerse a las siguientes acciones en Río+20:
- Eliminar gradualmente los subsidios a combustibles fósiles
A nivel mundial en el 2010, se gastó $409 mil millones en subvenciones para el consumo de combustibles fósiles. En Latinoamérica esto incluyó subsidios de un promedio de 12,5% en México, 22% en Argentina, 48% en Ecuador y un 75% en Venezuela. Alrededor del mundo también se otorgan casi $ 100 mil millones cada año en subvenciones para la producción de combustibles fósiles. La eliminación de estos subsidios ayudaría a controlar las emisiones que causan el calentamiento global. Por ejemplo, con sólo eliminar los subsidios para el consumo podríamos reducir las emisiones de dióxido de carbono por casi un 5 por ciento para el año 2020, un total de 1,7 gigatoneladas de CO2. Subvencionar los combustibles fósiles agota los recursos públicos, impulsa el calentamiento global, y dificulta la entrada al mercado de las energía limpias.
Un total de 53 países, incluyendo muchas de las mayores economías del mundo, han asumido compromisos internacionales para reformar y eliminar subsidios a los combustibles fósiles. En la Cumbre de la Tierra de Río+20, necesitamos que aún más países se comprometan a eliminar estos subsidios. También es importante que gobiernos implementen los compromisos existentes mediante legislación nacional para definir programas específicos para la eliminación gradual de subsidios.
- Aumentar el uso de fuentes renovables para la generación de electricidad
La generación de electricidad con fuentes renovables está creciendo rápidamente en todo el mundo. De hecho, las nuevas inversiones en la "electricidad del viento, sol, olas y biomasa atrajo $ 187 mil millones el año pasado [2011] en comparación con $ 157 mil millones para el gas natural, petróleo y carbón." La energía renovable ya no es meramente un producto nicho o una "cosa buena que se puede hacer si uno se lo puede permitir económicamente”. Según Bloomberg New Energy Finance, el costo de la energía eólica está en niveles mínimos históricos y en muchos lugares es económicamente competitiva, o incluso más barata, que la energía de plantas de carbón. En países como Chile, algunas energías renovables ya son competitivas y pronto aún más lo serán.
En el 2010, por lo menos 19 países contaban con alguna meta nacional o política de apoyo para la energía renovable. En la Cumbre de la Tierra de Río+20, es fundamental que los países se comprometan a ampliar el uso de energías renovables aún más mediante políticas y programas específicos que aceleren el despliegue de las energías limpias con el fin de triplicar la cantidad de energía eólica, solar, geotérmica y mareomotriz que se utiliza en el mundo.
- Incrementar la eficacia energética
A nivel mundial desperdiciamos muchísima energía – existen centenares de estudios que demuestran que podríamos utilizar la energía de una manera mucho más eficiente. Es hora de que los gobiernos y las empresas actúen para que podamos eliminar gradualmente las bombillas ineficientes, invertir en vehículos menos contaminantes y más eficientes, y promover equipos eléctricos más eficientes. Por ejemplo, la electricidad que se utiliza para la iluminación representa un 19 por ciento del consumo eléctrico total y un 6 por ciento de las emisiones de calentamiento global. Por lo tanto cualquier esfuerzo que hagamos para mejorar la eficiencia en la iluminación de nuestros hogares, oficinas, empresas, etc. tendrá un impacto significativo sobre el calentamiento global.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, si reemplazamos las bombillas incandescentes con tecnologías más eficientes, como las lámparas fluorescentes compactas (LFC), podríamos reducir las emisiones anuales de CO2 por 246 millones de toneladas – esto es el equivalente a las emisiones de 61 millones de automóviles. Además, el uso de lámparas fluorescentes compactas podría evitar la necesidad de construir el equivalente a 136 centrales eléctricas de carbón a nivel mundial. En Latinoamérica este cambio eliminaría la necesidad de 8 centrales eléctricas y podría ahorrarle a la región $4 billones por año.
En la Cumbre de la Tierra de Río+20, más países y empresas deben comprometerse a eliminar las bombillas ineficientes mediante el establecimiento de normas mínimas de eficiencia energética que reduzcan el consumo de energía de bombillas nuevas por al menos un 65 por ciento.
- Eliminar gradualmente los HFC (un "súper gas de efecto invernadero")
El Protocolo de Montreal proporcionó importantes beneficios secundarios para el clima porque muchas de las sustancias químicas que agotan la capa de ozono también son potentes gases de efecto invernadero. Pero estos beneficios están disminuyendo por el incremento en hidrofluorocarbonos (HFC), los " súper gases de efecto invernadero" que se están comenzando a utilizar como sustituto a los químicos que agotaban el ozono. Es necesario evitar un aumento en emisiones de HFC y reducir gradualmente sus niveles actuales para evitar una cantidad inmensa de emisiones de efecto invernadero – 88 mil millones de toneladas métricas de CO2 a nivel mundial para el año 2050. Eso es equivalente a 12 veces la cantidad anual actual de polución de carbono en Estados Unidos.
Ciento ocho países que participan en el Protocolo de Montreal apoyan la reducción progresiva de estos súper gases de efecto invernadero, pero unos cuantos países no están permitiendo que inicien negociaciones sobre este tema. En la Cumbre de la Tierra de Río+20, los gobiernos deben comprometerse a eliminar los HFC y otros “súper” gases de efecto invernadero en el marco del Protocolo de Montreal.
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