Políticas gubernamentales impulsan la innovación importante para competir a nivel global

(Read this blog in English here)

Hoy en día todo lo que se oye son malas noticias sobre empleos y la economía. En cuanto a la energía limpia y renovable son críticas acusando que el sector no ha creado suficientes empleos.  Algunos han aprovechado la quiebra de Solyndra, un fabricante de paneles solares, para además criticar al sector y la energía limpia en general. Como mucho del discurso político que escuchamos hoy día, la mayoría de estas críticas sólo son posturas políticas que ignoran la realidad que el sector de energía solar ha crecido considerablemente a la vez bajando el costo de esta nueva tecnología.

China ha logrado reducir el costo de fabricación de paneles solares de primera generación hasta tal punto que no deja que otros fabricantes compitan. A pesar de este éxito, las ganancias de los fabricantes de equipo solar en EE.UU. sobrepasan las de la competencia extranjera, como les demostraré a continuación.

La competitividad con China no se limita al sector de energía limpia en EE.UU.: muchos productores luchan por mantener el ritmo de competencia con China. Pero en lo referente a la energía solar, el gobierno chino ha sido muy eficaz en el desarrollo de una política industrial que les proporciona a los fabricantes chinos una serie de ventajas en la industria solar mundial como son: el acceso a capital de menos costo, subsidios para la electricidad, libre acceso a terrenos, mano de obra barata, requisitos de fabricación domestica y un proceso reducido de concesión de permisos de fabricas.

Estados Unidos, por el contrario, ha evitado involucrarse en política industrial. Los que se oponen a la política industrial argumentan que es el mercado que puede mejor elegir los ganadores y no el gobierno, y aunque estoy de acuerdo, también pienso que la innovación necesita apoyo gubernamental. China nos ofrece la lección: no tenerle miedo ni correrse de los desafíos. Somos un gran país de innovadores y debemos reconocerlo.

Mientras que NRDC no puede apoyar el planteamiento de política industrial de la China, ni creemos que trabajaría en EE.UU., se pueden considerar políticas inteligentes que aprovechen la innovación del sector privado, las inversiones y el crecimiento de empleos. En EE.UU. haríamos bien en enfocarnos en las historias de éxito de nuestra industria solar que incluyen las de compañías como:

  • irst Solar, compañía que produce paneles solares de primera generación a precios más bajos que sus competidores chinos;
  • SolarCity , que usa un modelo de negocios novedoso para suministrar cientos de megavatios de energía solar a bases militares;
  • Amonix, que está desarrollando innovadoras tecnologías fotovoltaicas de alta concentración (HCPV por sus siglas en inglés).

Estos son sólo unos de los tantos casos de éxito en la industria solar en EE.UU.

Solar panels.jpg

Semejante vigor competitivo favorece a los consumidores. Con el tiempo, reduce el precio de la energía solar – y las demás inversiones en energía limpia y eficiencia energética – mientras mejora la calidad del producto.

Sin embargo, para desarrollar políticas que respalden industrias emergentes se necesita poner alta atención a los detalles. Por lo tanto, una exanimación a fondo del tema del apoyo gubernamental para la energía limpia puede ser útil. Un problema que se ve en tecnologías maduras ocurre cuando los incentivos no recompensan producción, sino que se enfocan en el costo.

Los incentivos basados en costo se utilizan en gobiernos alrededor del mundo porque es fácil administrarlos. Esto puede ser factible para compañías de tecnología de energía en su infancia, cuando corren el riesgo de rendimiento y recibirían mejor financiamiento si los incentivos están vinculados al costo y no a la producción.  Pero la energía solar ha existido por décadas y ya no está en su infancia: el reto para esta tecnología es incrementar la producción y reducir los gastos a través de un mayor despliegue. Mientras las compañas maduran, deberíamos promover las tecnologías superiores e incentivar mejoras en rendimiento.

Un ejemplo de cómo pueden fallar los incentivos se encuentra en los implementados en 1978 para la energía renovable y la eficiencia energética, los cuales costaron muchos dólares pero tuvieron un efecto mínimo en mejorar el rendimiento más allá de lo ya logrado. Este fallo no es sorprendente: si los incentivos ayudan a que la gente gaste dinero en equipo solar (o en eficiencia), ellos bien pueden gastar más sin producir más energía (o ahorros). Por cierto, aquí parafraseo las observaciones que el Congresista Phil Crane, uno de los Republicanos más conservativos de la Cámara, me hizo cuando decidió patrocinar un proyecto de ley para incentivos vinculados con el rendimiento para energía solar y eficiencia energética en el que NRDC había colaborado.

Lamentablemente, cuando el Congreso adoptó incentivos para energía solar en el 2005, optaron (sobre las recomendaciones de la industria y de NRDC) por incentivos basados en costo. Esta decisión puede haber contribuido a los resultados imperfectos de los incentivos. Los Demócratas son igual de responsables de ello que los Republicanos.

Cuando digo que los resultados son imperfectos, me refiero a que por un lado algunas compañías grandes triunfaron, pero por el otro, desde el 2005, la capacidad total solar ha crecido a más de 45 por ciento cada año.  El año pasado, se dobló la cantidad de paneles solares instalados en EE.UU. de los años previos y el crecimiento solar no ha parado aun durante una economía difícil.  Mientras tanto, el costo de instalar energía solar sigue bajando a pasos agigantados. De acuerdo al Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley (LBNL por sus siglas en inglés), el precio de la instalación de sistemas solares bajo un 17 por ciento de 2009 a 2010 y otro 11 por ciento en la primera mitad del 2011.

Tal vez este resultado un tanto favorable se deba al hecho de que varios estados grandes estructuraron incentivos no-federales adicionales en sus programas solares y anularon así la base de costo de los incentivos para las instalaciones en sus estados.

El fallo de algunas compañías solares tiene que verse en el contexto del crecimiento explosivo total en este sector de la industria de energía limpia. La respuesta apropiada a las pocas fallas y a las preocupaciones fiscales no es un repliegue de la innovación y la competencia sana con China; la respuesta apropiada es asegurarnos de que estamos utilizando las políticas correctas para las etapas de desarrollo de tecnología adecuadas y poner mayor énfasis en las políticas basadas en el rendimiento.

Es la opinión de NRDC que el apoyo gubernamental de las nuevas tecnologías de energía limpia juegan un papel fundamental para promover la innovación y reducir los costos de esta innovación (lo cual beneficia al consumidor) y a largo plazo, estas inversiones dan ganancias de cientos de dólares por cada dólar gastado por el gobierno en incentivos.

Pero la estructura de los incentivos debe de ser compatible con las fuerzas del mercado: los incentivos para tecnologías comercializadas – incluyendo la mayoría del mercado solar – deben ser basados en rendimiento, no costo.  Es importante también realizar un seguimiento que ha funcionado y volver a crear o ampliar los éxitos, evitando repetir errores. Solo así seguiremos capaces de competir a nivel mundial.