Conozcamos a un eco-artista: Xavier Cortada

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Xavier Cortada, encantada de presentarte a nuestros lectores. 

Has hecho instalaciones de eco-arte y participado en proyectos de arte públicos por todo el mundo, tu trabajo se muestra en muchos museos además de tener varios murales en Latinoamérica. Cuéntanos, ¿qué te llevó a ser un eco-artista?

De niño, observaba a mi padre pintar en su estudio en casa en Miami. Con el tiempo, yo también comencé a mezclar pinturas y a crear arte. Esa pasión infantil por la pintura me sirvió cuando estaba en Soweto, Sudáfrica en 1994, pocos meses después de la abolición del apartheid. Como abogado y profesor de la Universidad de Miami fui invitado por el Departamento de Estado para proveer enseñanza a los niños sin hogar allá. No nos podíamos comunicar debido a la barrera del idioma. Así que empecé a hacer lo que mi padre me enseñó, que es dibujar. En poco tiempo, había una comunicación de gran alcance entre nosotros. Me di cuenta que el arte era un lenguaje poderoso y universal. Utilicé el arte como un vehículo para que estos niños se expresaran abiertamente en formas que de otro modo no lo harían.

Desde entonces utilizo el arte como un vehículo para el cambio, para así hacerle frente a cuestiones importantes. Unos años más tarde, me di cuenta de cómo el desarrollo iba invadiendo los espacios verdes de mi ciudad. El ver enormes máquinas destruir hectáreas de manglares para ampliar la carretera a los Cayos de la Florida me inspiró a volver a usar el arte para afrontar las preocupaciones sociales. Emprendí un proyecto de arte participativo para educar e involucrar a la comunidad en procesos de remediación biológica: The Reclamation Project (El Proyecto de Recuperación).

Después de ser cuidadas en la exhibición en frascos llenos de agua, los voluntarios plantan los retoños de mangles a lo largo de la bahía. Esta reforestación costera restablece los ecosistemas por encima y por debajo de la superficie del agua. Esta experiencia participativa puede servir para incitar un enfoque más equilibrado de cómo convivir con la naturaleza.

¿Puedes contarnos un poco acerca de tu proyecto en la Antártida y la forma en que marcas no sólo el tiempo, pero los acontecimientos especiales en nuestra evolución y lo que esto simboliza?

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En 2007, fui premiado por la Fundación Nacional de la Ciencia (NSF por sus siglas en inglés) bajo el programa de artistas y escritores del antártico. Como tal, usé las movedizas capas de hielo que cubren el Polo Sur como un instrumento para marcar el tiempo: planté una semilla de mangle (una metáfora para comunidad) sobre el hielo en movimiento. En 150.000 años, esta semilla llegará a la costa a unos 1.500 km de distancia donde, teóricamente, establecerá sus raíces.

Al yuxtaponer los períodos geológicos del tiempo en la Antártida (“Los 150.000 años de viaje”) con los periodos de tiempo humano (para “los marcadores” usé banderas a lo largo de los 500 metros para marcar el movimiento del hielo durante los últimos 50 años, cuando los humanos habitaron el Polo Sur por primera vez), la obra reafirma la idea de que somos simplemente los custodios del planeta y que debemos aprender a vivir en armonía con la naturaleza.

Ahora mi enfoque está en la creación de un trabajo acerca de la evolución humana que utiliza datos genéticos para explorar cómo la naturaleza influyó en la migración y la historia. Este trabajo interdisciplinario explora los viajes ancestrales de los actuales habitantes de este hemisferio. Hoy en día, la mayor amenaza que enfrentamos es nuestra falta de conexión con los demás y con nuestro mundo natural. Todos tenemos la capacidad de liberar nuestra mente de prejuicios y de prácticas que destruyen nuestras sociedades y nuestro planeta.

Tu proyecto “Endangered World” (Mundo en Peligro) enfrenta el tema de la perdida de la diversidad biológica global por medio de instalaciones de arte en el Polo Sur (2007), Polo Norte (2008), Holanda (2009) y el Parque Nacional de Biscayne (2010) además de proyectos participativos por medio de www.endangeredworld.org. Cuéntanos acerca del proyecto Mundo en Peligro.

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Instalé el proyecto Endangered World: Life Wall (Mundo en Peligro: Muro de Vida) con 360 ladrillos rojos, junto con piedras depositadas en los Países Bajos por las fuerzas de los glaciares durante la última edad de hielo. El trabajo es un muro de 2.1mx 8.5m creado cerca de la mayor tumba neolítica de la nación en el Centro de Hunebed en Borger. Los 360 ladrillos representan 360 animales que luchan por la supervivencia a través de 360 grados. La supervivencia humana depende de la preservación de la biodiversidad en el planeta.

Esta obra te invita a “adoptar” estos animales usando el sitio web, además de involucrarte en los esfuerzos de conservación y a construir un muro de vida virtual. Aunque usamos piedras para su construcción, nuestro Mundo en Peligro: Muro de Vida virtual es una escultura diferente al que he construido en Holanda. Esta es como una “escultura social” en la cual todos están invitados a participar. El muro se erige cada vez que un participante realiza una acción ecológica en nombre de un animal que está en peligro de extinción a lo largo de una de las 360 longitudes de la Tierra.

Entre más participantes se involucren en prácticas sostenibles, la fuerza de sus acciones ecológicas hará más fuerte el vínculo entre nosotros y con el planeta y a nuestro Muro de Vida.

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Por último, Xavier, notamos que has emprendido un proyecto llamado “Native Flags” (Banderas Nativas). ¿De qué se trata este proyecto y cómo podemos todos participar? 

El 29 de junio de 2008, llegué al Polo Norte y planté una bandera verde para “reclamarlo para la naturaleza.” (Un año antes había plantado las banderas en el Polo Sur para marcar el tiempo). A medida que el hielo marino del Ártico se derrite, las naciones han demandando el uso de los recursos naturales que se encuentran bajo estas nuevas aguas—el petróleo, el manganeso, los diamantes, el pescado—y el control de las nuevas vías marítimas que ofrecen. Mientras tanto, el aumento del nivel del mar amenaza los ecosistemas tanto de los animales como de los humanos alrededor del mundo.

El proyecto Banderas Nativas invita a las personas a nivel mundial a que ayuden a retrasar el deshielo polar a través de la reforestación, lo que reduce los gases de efecto invernadero que causan el cambio climático global.

Este proyecto participativo de eco-arte educa e involucra a la comunidad en procesos de remediación biológica. El proceso puede ser visto como el pintar un mural comunitario. Sin embargo, en lugar de una pared vertical, nuestro lienzo es un plano horizontal a través de la ciudad. En lugar de colorear con pintura verde, estamos usando banderas verdes y clorofila: Se les pide a los participantes plantar un árbol oriundo de la zona donde habitan junto a la bandera verde del proyecto en el frente de su casa.

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La bandera dice: Reclamo esta tierra para la naturaleza.”

El uso de las llamativas banderas verdes del proyecto sirve para fomentar las conversaciones entre los vecinos, quienes se verán invitados a unirse al esfuerzo y ayudar a reconstruir el dosel autóctono de su región. Puedes añadir tus fotos e historias en www.nativeflags.org.

Lo ideal sería que, mientras ven crecer cada árbol, crezca también su interés por el medio ambiente.

El trabajo de Xavier sobre el genoma humano aparece en la edición de Science del 4 de febrero de 2011.

Fotos cortesia de Xavier Cortada.