Diez ciudades liderarán a la nación en la eficiencia energética

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Los edificios de las ciudades de EE. UU. funcionan 24 horas al día los 7 días de la semana. En las oficinas, los sistemas de calefacción y aire acondicionado  funcionan continuamente, los elevadores suben y bajan sin cesar, las luces, las computadoras y otros electrónicos permanecen encendidos a toda hora. Todo se mantiene en constante funcionamiento y como los edificios no se pueden desenchufar, gastan demasiada energía y son responsables del 40 por ciento de la contaminación que conduce al calentamiento global. En la mayoría de las ciudades, la proporción es aún mayor, de entre 50 hasta 75 por ciento de las emisiones de carbono proviene de los edificios.

Lo peor es que los edificios desperdician mucha de la energía que utilizan. El Departamento de Energy (DOE) calcula que los edificios comerciales derrochan hasta un 30 por ciento de la energía que consumen, dinero tirado por la ventana, literalmente. Puesto que mucha de la energía proviene de combustibles fósiles, la ineficiencia de los edificios añade a la contaminación de carbono que promueve el aumento de los trastornos climáticos destructivos. Optimizar el uso de energía en los edificios le ofrece a las ciudades una oportunidad para ahorrar dinero, mejorar la calidad del aire y ser más fuertes y resistentes ante los cambios. Muchas de las medidas para lograrlo se pagan solas en 3-5 años.

Por esta razón, diez alcaldes en EE. UU. han anunciado su colaboración con el Natural Resources Defense Council (NRDC) y el Institute for Market Transformation (IMT) en un nuevo proyecto: City Energy Project. El proyecto tiene como meta transformar a los edificios para que disminuyan su consumo de energía, reduzcan la cantidad de contaminación producida y ahorren un total combinado de un mil millón de dólares al año a los habitantes y negocios en sus cuentas.

Las ciudades participantes en el City Energy Project son: Atlanta, Boston, Chicago, Denver, Houston, Kansas City, Los Angeles, Orlando, Philadelphia y Salt Lake City.

Este proyecto sin precedentes le ayudará a estas diez ciudades a aumentar el consumo eficiente de la energía en sus edificios y permitirá que los habitantes obtengan beneficios palpables. Cada ciudad desarrollará su propio plan de ahorro de energía personalizado. Mucho del desperdicio de energía se puede solucionar con medidas de bajo a no costo, por ejemplo: la instalación de sensores que apagan la luces en espacios desocupados o el ajuste de la temperatura de sistemas de calefacción en fines de semana. Además de alentar la inversión del sector privado en mejoras en sus operaciones, muchas ciudades darán el ejemplo mejorando el uso de la energía en los edificios municipales. Los funcionarios, principales empresas inmobiliarias, instituciones financieras y expertos han aceptado tomar parte en el proyecto.

Muchos dueños de inmuebles de uso comercial ya saben que la eficiencia energética es una inversión inteligente. Los propietarios del Empire State Building en Nueva York, por ejemplo, se han ahorrado $2.2 millones en costos cada año después de emprender mejoras de eficiencia energética y el proyecto alcanzará ahorros de $4.4 millones al ser completado. Pero no es algo único: gracias a las políticas de eficiencia energética del gobierno de Bloomberg bajo el PlaNYC, los propietarios de edificios por todo Nueva York están ahorrándose dinero mientras ayudan a la ciudad a reducir la contaminación de carbono y limpiar el aire.

Muchas ciudades en el proyecto ya han empezado a explorar maneras de mejorar la eficiencia energética en sus edificios. En Chicago, 32 edificios comerciales grandes, incluyendo edificios históricos emblemáticos, se han comprometido a reducir el consumo de energía por un 20 por ciento. En Atlanta, más de 115 organizaciones que ocupan un espacio de más de dos mil millones de pies cuadrados se han unido a un esfuerzo por reducir el consumo de energía por 20 por ciento para 2020, Better Building Challenge. Esfuerzos similares se llevan a cabo en Denver entre otras ciudades.

El desarrollo y el fortalecimiento de esfuerzos por aumentar la eficiencia energética de edificios en las ciudades tendrá un impacto tremendo en todo EE. UU. Se espera que el City Energy Project reduzca las emisiones anuales de carbono entre las ciudades participantes por un total combinado de 5 a 7 millones de toneladas. Eso equivale a la electricidad que consumen entre 700.000 y casi un millón de hogares al año; lo suficiente para eliminar la necesidad de tres o cuatro centrales eléctricas. También se traduce en aire más limpio para nuestros hijos y asiste en frenar la contaminación de carbono que contribuye a los cataclismos meteorológicos.

Otra gran ventaja de la eficiencia energética es que requiere empeño laboral. Para instalar y diseñar las medidas de eficiencia energética se necesita del trabajo de arquitectos, ingenieros, albañiles, electricistas, programadores y otro personal capacitado.

El horizonte de las ciudades es señal de energía y progreso. Es lógico que las ciudades también resalten la más valiosa fuente de energía del día, la eficiencia energética. La eficiencia energética es  el recurso más barato, limpio y fenomenal que tenemos, que no nos extrañe que estas ciudades la acojan.

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