Las nevadas y el calentamiento global

La semana pasada la mayor parte del noreste de Estados Unidos fue afectada por una tormenta de nieve que paralizó gran parte de la capital, y los escépticos aprovecharon la oportunidad para declarar que las recientes tormentas son prueba de que el calentamiento global no es real.

La realidad es exactamente lo opuesto.

No soy científica y por eso cuando necesito datos prefiero depender de los expertos y no de la retórica. Los meteorólogos y científicos de clima nos explican que existe una diferencia significativa entre el tiempo y el clima.

El tiempo es la temperatura y las condiciones que vivimos día a día, mientras que el clima es más estático y describe las condiciones típicas para una región como se ha establecido durante un período de tiempo extenso. El clima nos permite saber que París tendrá veranos cálidos e inviernos fríos y que no nevará en Los Angeles en esta próxima Navidad.

Es por esto que en los últimos años, se empezó a hablar del cambio climático en vez del calentamiento global, ya que este término describe el fenómeno de una manera más precisa.

Cuando hablamos sobre el cambio climático no estamos hablando de un año con un invierno más severo que el invierno típico, sino de un patrón de cambios que se producen durante décadas como ha venido sucediendo durante la última década.

A pesar de que hemos tenido un invierno inusualmente fuerte, de acuerdo a la NASA, el 2009 empató como uno de los dos años más calientes en el registro moderno y en el hemisferio sur el 2009 fue el más caliente desde que se empezaron a registrar en 1880.

Y a pesar de la variabilidad de año a año, cuando se analizan los promedios a lo largo de cinco o diez años, los datos muestran que el calentamiento global sigue avanzando.

Un planeta más cálido trae algo que la mayoría del público en general no esperaría: más precipitación y más lluvia y nieve.

Un informe reciente del Programa de Análisis de Cambio Global Estadounidense (USGCRP) encontró que como resultado del cambio climático se verán aumentos en los promedios de precipitación global con cambios sustanciales en la cantidad, intensidad, frecuencia y el tipo de precipitación. El incremento en la precipitación se ha observado en el este de Norteamérica, Sudamérica y el norte de Europa, mientras que ciertas regiones, incluyendo el suroeste de Estados Unidos y el Mediterráneo, se prevén estarán más secas. El informe añade: ``Se prevé que la tendencia general hacia aguaceros más fuertes continuará con precipitaciones cada vez menos frecuentes pero más intensas''.

Estos cambios se reflejan en las noticias del día: ``Nevada histórica paraliza a Washington'', ``Por lo menos 43 personas muertas en México como resultado de las intensas lluvias e inundaciones''.

Cambios que, de acuerdo a la USGCRP, están asociados con el hecho de que el aire más cálido contiene más vapor de agua evaporada de los océanos del mundo y la superficie de la tierra; un aumento observado en los satélites y debido, principalmente, a la influencia humana.

Así que mientras en Washington la nieve disminuyó la visibilidad a una cuadra, debemos asegurarnos de que nuestra visión global vaya más allá de las tormentas de este invierno.

El cambio climático es una realidad y está ocurriendo ahora. Podemos adoptar medidas hoy para combatir el calentamiento del planeta causado por los gases de efecto invernadero e invertir en una economía de energía limpia, creando empleos y encaminándonos hacia la independencia energética, o podemos esconder la cabeza bajo la nieve y esperar la siguiente tormenta.

Adrianna Quintero es la directora de La Onda Verde del Consejo de Defensa Recursos Naturales. www.laondaverde.org