2019: Chile y América Latina podrían liderar un año de ambición climática

El próximo año será crítico para nuestro planeta. Como anfitrión de la COP25, Chile específicamente y América Latina tienen una amplia oportunidad de demostrar visión y liderazgo en acciones ambiciosas que ayudan a todo el mundo a evitar las consecuencias más extremas del cambio climático.

Después de largas deliberaciones en la Conferencia de las Partes (COP24) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) en Katowice, Polonia, los países miembros llegaron a un importante acuerdo sobre cómo continuar la lucha mundial contra el cambio climático. Ahora, el liderazgo se trasladará de Europa a América Latina, donde Chile, con la asistencia de Costa Rica, será la sede de la próxima conferencia internacional sobre el cambio climático, COP25. Esta es una oportunidad fundamental para Chile y otros países de América Latina. Los líderes climáticos deben demostrar la capacidad de la región para tomar medidas ambiciosas sobre el clima.

La “ambición” será la palabra clave en 2019. Patricia Espinosa, Directora Ejecutiva de la CMNUCC, declaró en su discurso final en la COP24, “De ahora en adelante, mis cinco prioridades serán: ambición, ambición, ambición, ambición y ambición.”

¿Por qué?

Varios informes de alto perfil concluyeron recientemente que el mundo no está en vías de mantener el calentamiento global a 2°C y luchar por 1.5°C, lo que hace que la acción climática ambiciosa sea aún más urgente. La próxima COP debe crear las condiciones para que los países fortalezcan sus objetivos del Acuerdo de París para 2020, y el país anfitrión, Chile, debe liderar ese esfuerzo. De hecho, el país ya tiene varios puntos de referencia que dan orgullo, algunos de los cuales son:

  1. Un grupo de trabajo para planificar la descarbonización de su red eléctrica;
  2. Un próspero sector de energía renovable no convencional, con alrededor del 19 por ciento de la generación nacional;
  3. Planes para tener un sector de transporte eléctrico al 100 por ciento para el 2040;
  4. Trabajando en una ley de cambio climático; y
  5. Miembro en el bloque de negociación de la CMNUCC, AILAC (Asociación Independiente de América Latina y el Caribe) que ha ayudado a impulsar a los países pequeños y medianos a compromisos más sólidos en las negociaciones globales.

Chile puede hacer aún más para consolidar estos esfuerzos nacionales y mostrarles a otros un camino hacia el cambio climático. Por ejemplo:

  1. Comprometerse a eliminar completamente el carbón para 2030;
  2. Comprometerse a una red de energía renovable al 100 por ciento para 2040 (una idea que el presidente Piñera mencionó durante su campaña);
  3. Obtener avances en eficiencia energética y clima simultáneamente al establecer estándares mínimos de rendimiento para los acondicionadores de aire, refrigeradores y otros aparatos que utilizan refrigerantes para que también eliminen los HFC, los contaminantes climáticos de corta duración que tienen cientos o miles de veces el poder de captura de CO2;
  4. Impulsar a los países latinoamericanos a volverse aún más ambiciosos juntos y construir una implementación regional de la acción climática; y
  5. Piensen en grande cuando creen la nueva ley de cambio climático y actualicen el compromiso internacional sobre el cambio climático del país, de manera que Chile esté en camino de adoptar un objetivo consistente de 1.5 ° C.

El próximo año será crítico para nuestro planeta. Como anfitrión de la COP25, Chile específicamente y América Latina tienen una amplia oportunidad de demostrar visión y liderazgo en acciones ambiciosas que ayudan a todo el mundo a evitar las consecuencias más extremas del cambio climático.

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