Cumbre de Líderes de América del Norte: Implicaciones para la política energética de México

Presidencia de la Republica de Mexico

Escrito por Mauricio Barragán Esparza.

La Cumbre de Líderes de América del Norte, celebrada durante la última semana de Junio, resulto ser una cumbre histórica, debido a que es la primera vez que los líderes de la región se encuentran alineados en cuanto a acciones para combatir el cambio climático. Esto representa una gran oportunidad para llevar a cabo acciones coordinadas y formar un frente común con el fin de promover acciones de combate al cambio climático a nivel mundial.

Foto: Presidencia de la Republica de Mexico

Entre las primeras acciones coordinadas de combate al cambio climático está el compromiso celebrado por el Primer Ministro de Canadá y los Presidentes de Estados Unidos y México de que el 50% de la electricidad producida en la región, provenga de fuentes limpias para 2025. Actualmente, estos tres países en conjunto producen el 37% de su energía mediante fuentes limpias, lo cual incluye energía renovable, hidroeléctrica, nuclear, captura y almacenamiento de carbón, así como reducción de la demanda a través de la eficiencia energética. De acuerdo con análisis de Bloomberg New Energy Finance, antes del anuncio se pronosticaba que en 2025 la región alcanzaría 46% de la generación con fuentes limpias.

¿Qué significa el compromiso para México?

La meta comprometida significa un paso importante para construir el liderazgo de la región en temas de combate al cambio climático. Sin embargo, quedan algunas preguntas que resolver, por ejemplo, ¿cuál será la contribución México para lograr esta meta?, ¿Qué implicaciones tiene este acuerdo para la política energética mexicana? y ¿Cuáles serán los siguientes pasos para impulsar la generación de energías limpias?

Dentro de las comunicaciones que han surgido respecto a la Cumbre de Líderes de América del Norte, no queda claro cuál será la contribución individual de México para lograr meta regional de energía limpia. Sin embargo, debido a que Estados Unidos genera el 75% de la energía en la región, es muy probable que ellos sean quienes deban generar las mayores aportaciones para lograr esta meta. En consecuencia, no parece que el compromiso generado implique metas mayores a las establecidas previamente en la Ley de Transición Energética que marca que en 2024, México debe generar al menos el 35% de su energía con fuentes limpias.

Debido a que no se modifica la meta previamente impuesta por la Ley de Transición Energética, parece que el resultado más importante es que aumenta la presión que tendrá el gobierno mexicano para cumplir las metas nacionales de generación limpia, ya que al realizar compromisos conjuntos con dos de sus principales socios comerciales, México quedaría expuesto a nivel internacional en caso de no cumplir. Esto crea incentivos para que el gobierno mexicano diseñe políticas públicas que den aún más impulso a las energías renovables y a la eficiencia energética.

¿Cuáles son los siguientes pasos?

Entre los pasos para alcanzar la meta nacional, uno muy importante ha sido la obligación para todos los suministradores eléctricos de adquirir certificados de energías limpias (CELs), los cuales son comprados a los generadores que utilicen fuentes limpias para producir electricidad y constituyen un ingreso adicional para este tipo de generadores. En 2015, la obligación para adquirir CELs fue de 5% y este año es de 5.8% de la energía consumida en los centros de carga que operen bajo la nueva Ley de la Industria Eléctrica. Este mecanismo representa un incentivo para que los potenciales generadores de electricidad, escojan fuentes limpias para producirla. Sin embargo, esta política debe estar acompañada por otras políticas complementarias con el fin de que se cumpla el objetivo de incentivar la construcción de plantas de generación con energía limpia.

Uno de los pasos que México debe trabajar con el fin de alcanzar sus metas de generación limpia, es en incrementar la inversión pública y privada en energía renovable y eficiencia energética. De acuerdo con el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN) 2016-2030, México requiere de inversiones anuales en energía renovable por 2 mil 900 millones de dólares. Sin embargo, de acuerdo con Bloomberg New Energy Finance, en los últimos 6 años se invirtieron mil 700 millones de dólares al año. La falta de financiamiento es una de las principales razones por las cuales puede frenarse el progreso en instalación de capacidad de energía renovable.

Adicionalmente, se debe acelerar la innovación en energía limpia, el avance en la cooperación en información energética y la adaptación de nuevas tecnologías, con el fin de asegurar la confiabilidad del sistema eléctrico y lograr una reducción en los precios de la electricidad.

Los acuerdos firmados en esta Cumbre son un primer paso para posicionar a Norteamérica como una región a la vanguardia en el combate al cambio climático. En el caso de México, no se generan compromisos mayores a los previamente adquiridos, sin embargo, la presión internacional creada será un incentivo para que el gobierno mexicano genere iniciativas con el fin de alcanzar sus metas de energías limpias.

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Mauricio se encuentra colaborando este verano como intern con el equipo de Latinoamérica de NRDC, haciendo investigación sobre financiamiento de energías limpias en México. Actualmente está estudiando un Master of Environmental Management y un MBA en la Universidad de Yale, donde ha enfocado sus estudios en mercados de energía, economía ambiental y cambio climático. Antes de estudiar en la Universidad de Yale, Mauricio trabajó en Secretaría de Energía en México, donde formó parte del equipo a cargo de la nueva regulación del mercado eléctrico de México, tras la Reforma Energética de 2013. Mauricio es mexicano, creció en Metepec, México y cuenta con una licenciatura en Economía por el ITAM en la Ciudad de México.