Con la conclusión de la cumbre de Copenhague, es hora de que el Senado de EE.UU actúe

Esta mañana regresé al Centro Bella para los momentos finales de la cumbre sobre el clima, después de haberme retirado anoche al concluir el anuncio por el presidente de Obama sobre el "Acuerdo de Copenhague." Qué semana tan llena de altibajos - en realidad dos semanas para el equipo de negociadores en temas climáticos a nivel internacional de NRDC: Jake Schmidt, David Doniger y Heather Allen.

Los puntos de vista varían sobre lo hoy trascurrido, ¿qué significa esto? Mi opinión es que después de dos años y dos semanas de intenciones, el proceso de la CMNUCC se dirigía hacia una crisis, el cual se salvo a último momento por la intervención directa del presidente Obama. Eso suena medio dramático, pero no mucho, porque es cierto.

Ayer por la mañana escuché al secretario general, Ban Ki-moon, hacer un llamado a los líderes del mundo ahí reunidos a que demostraran sentido común y valentía con sensatez.

Lo siguieron discursos por el premier chino, Wen Jiabao, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva y el presidente Obama. Para mí, cada uno de ellos representaba una de las cuestiones clave para llegar a un acuerdo: la mitigación, la transparencia y las finanzas. El triángulo estaba allí, pero los puntos no estaban todavía unidos. Aun no existía acuerdo alguno.

La secretaria de estado, Hillary Clinton anunció el jueves que Estados Unidos brindaría suficientes fondos para alcanzar los 100 millones de dólares necesarios para el 2020 para ayudar a las personas más pobres del mundo hacerle frente al cambio climático. Claro, esto levanto los espíritus de la Cumbre.

La declaración de China sobre la transparencia ese mismo día aumento las esperanzas.

Sin embargo, cuando el presidente Obama llegó ayer parecía claramente irritado por la falta de un acuerdo a la mano. Lo que siguió fueron más o menos 20 horas de verdadero drama.

Su discurso se demoró como las discusiones bilaterales que se produjeron, aun sin trato. Pasaron todo el día y hasta bien entrada la noche en conversaciones privadas o en grupo con los países que más emisiones producen.

Cuesta que China se comprometa. Al parecer, estaba todo listo para ser firmado cuando anularon el marco de un acuerdo después de las 9 P.M.

El presidente Obama reconoció en su discurso que se requería mucho más, pero que este es un primer paso. Recorrió un suspiro de alivio, pero el acuerdo aún debía ser aprobado por todos. Al terminar la noche, el diplomático sudanés Lumumba Di-Imitando sugirió en una conferencia de prensa que iba echar todo a perder. Durante la madrugada, Doniger y Schmidt escucharon país tras país hablar sobre el Acuerdo. Al principio, el estado de ánimo estaba cortado:  el Acuerdo no era suficiente. Luego Sudán se pasó al decir que este ya parecía el Holocausto. El estado de ánimo sin embargo comenzó a cambiar.

Las Maldivas, el país isleño más vulnerable, solicitaron tomar medidas inmediatas. La Unión Europea añadió su propia voz. Al final, ya cuando el proceso llegaba a su fin, sólo Sudán, Nicaragua, Bolivia, Cuba y Venezuela no se unieron al Acuerdo y esto fue "anotado" como dicen en las Naciones Unidas.
Seguimos a la siguiente etapa.

Los activistas para el medio ambiente en todo el mundo esperaban más, mucho más, para evitar los efectos más dañinos del cambio climático alrededor del mundo. El Acuerdo no evitara el derretimiento de los polos, el aumento del nivel del mar o las graves consecuencias para los más pobres y vulnerables del mundo. Sin embargo, nos encamina a la siguiente etapa, donde los EE.UU., China, India y los países industrializados que mas emiten han acordado fijar objetivos de mitigación de carbono, contribuir dinero para preservar los bosques y para ayudar a los más desprotegidos del mundo a hacerle frente al cambio climático, y poner en marcha un proceso transparente para garantizar que los compromisos se cumplan.

Y lo más importante para los Estados Unidos es que establece el plan de acción en el Senado, donde uno de los principales obstáculos ha sido la falta de transparencia en los compromisos por parte de China. Ahora que tenemos un acuerdo que incluye eso, no tiene excusa el Senado para dejar de actuar.