Aumenta preocupación que marea negra llegue a la Corriente del Golfo (Por Emily Gertz de OnEarth)

En este preciso momento, la costa al norte del Golfo, de Luisiana al noreste de la Florida, está esperando la llegada del petróleo derramado por BP. Sin embargo, una potente corriente submarina en el Golfo amenaza otras partes del país en las semanas o meses que se avecinan.

Foto: NOAA

Esta corriente, hace un arco en forma de una enorme “U” al revés, a lo largo del sureste del Golfo de México. Al salir del Golfo por el estrecho de Florida, pasa por los Cayos, Cuba y las Bahamas, para luego juntarse con la corriente del Golfo, la cual lleva agua más cálida a la costa Este y Terranova antes de girar hacia el norte de Europa.

Esta corriente está aproximadamente 100 millas (162 km) al sur de la plataforma que colapsó, Deepwater Horizon, de donde diariamente brotan miles de galones de crudo en el Golfo de México. Pero esto puede cambiar en cualquier momento. “Varia la distancia de cuanto se extiende el crudo hacia el norte”, según el oceanógrafo Robert Weisberg de la Universidad del Sur de Florida, quien investiga la circulación de las aguas marinas. “Algunas veces se extiende hasta el área del pozo petrolero”.

Pequeñas corrientes, que Wesberg llama “filamentos” salen de la corriente principal y se extienden más hacia el norte. Esto podría acercar el petróleo a la costa o halarlo hacia la corriente del Golfo y llevarlo al Atlántico.

Weisberg y sus colegas han estado usando datos provenientes de imágenes de satélite y aéreas, lecturas de temperaturas de la superficie del mar y pronósticos del viento para modelar los posibles movimientos del derrame de petróleo. Los puntos generados por la computadora conocidos como “drifters” equivalen a las  partículas del crudo. “Lo que estamos intentando hacer es simular no solo hacia donde van las partículas, sino de donde provienen, así se sabe donde ha quedado el crudo residual”.

“Las corrientes superficiales se mueven según el viento y el petróleo se mueve con las corrientes. Pero la corriente del Golfo siempre está ahí. Así que lo que estamos observando es, quiérase o no es ‘cuando’ el petróleo será arrastrado por la corriente. Porque cuando eso suceda, el crudo se moverá muy rápidamente hacia el sur de la Florida”, el comenta.

Weisberg indica que lo más posible es que pasen semanas antes de que la corriente del Golfo y el crudo derramado se encuentren pero un vez que sea arrastrado por la corriente, llegaría al estrecho de la Florida en una semana, a las afueras de la costa de Miami una semana después y a Cabo Hatteras en Carolina del Norte en unos 10 días. Ahí, el crudo se empezará a esparcir hacia mar abierto, diluyéndose considerablemente antes de acercarse a los estados en el noreste del país. 

Las condiciones de la superficie del mar en el Golfo pueden cambiar rápidamente. Las corrientes de la semana pasada parecían estar empujando el crudo hacia la costa norte de la Florida. Esta semana están moviendo el derrame hacia la costa de Luisiana. Además, la temporada de huracanes es inminente, complicando más la situación.

Weisberg repite los modelos por lo menos una vez al día usando los pronósticos del viento y los datos de las temperaturas del agua e imágenes aéreas del derrame.

“El derrame de este crudo presenta una gran amenaza para Florida. Las corrientes superficiales lo pueden mandar hacia las costas del norte y al oeste mientras que la corriente del Golfo lo acercará a los arrecifes y otros ecosistemas sensibles a lo largo de las costas del sur y del este”.  Dice Weisberg.

Lo mejor que pudiera suceder sería si los vientos no soplan en la dirección correcta, por suficiente tiempo, puede que el crudo se quede en el Golfo. Sin embargo, “cada día que el petróleo siga brotando, es más grande la amenaza para todos” dice Weisberg.