“Climatenomics”: Un nuevo libro muestra cómo la acción climática es buena para la economía

Tomar medidas sobre el clima puede crear millones de empleos, impulsar el crecimiento económico y hacer que los Estados Unidos sea más seguro y competitivo.

Antes de ser ecologista, fui economista: Siete años como economista del Banco Mundial, otros cuatro como director ejecutivo del Centro de Información Bancaria y algunos años como consultor de estrategia que me enseñaron la importancia de los negocios, la política y las finanzas para resolver los mayores problemas del mundo.

Hoy, no hay duda de que el cambio climático es un problema económico. Los desastres relacionados con el clima infligieron más de 145 mil millones de dólares en daños a la economía estadounidense sólo en el último año, según la NOAA. A esto hay que sumar los 820 mil millones de dólares anuales en costos sanitarios relacionados con el clima, según ha descubierto el NRDC. La buena noticia es que podemos reducir estos costos al ampliar las energías limpias y adoptar otras medidas climáticas. Y al hacerlo, podemos crear millones de empleos, impulsar el crecimiento económico y hacer que los Estados Unidos sea más seguro y competitivo.

Este es el argumento de un nuevo libro de Bob Keefe, director ejecutivo de la filial E2 (Environmental Entrepreneurs) del NRDC: Climatenomics: Washington, Wall Street y la batalla económica para salvar nuestro planeta. Durante más de 20 años, el NRDC se ha asociado con E2 para involucrar a los líderes empresariales de todos los sectores de la economía en la promoción de políticas climáticas y de energía limpia. Como saben los 11.000 miembros y simpatizantes de E2, las políticas que son buenas para nuestro medio ambiente también lo son para nuestra economía..

Como escribí en el prefacio de Climatenomics, los elementos interconectados de la política, los negocios y las finanzas están preparados para crear una nueva historia de crecimiento para los Estados Unidos. Y nunca ha habido un momento mejor o más importante para ello que ahora.

La costa Oeste de Estados Unidos está en llamas de nuevo — e incluso a principios de este año— una vez más amenaza vidas, hogares, empresas y las economías de Arizona, Colorado, Nuevo México y otros estados. En la costa Este, la temporada de huracanes está a la vuelta de la esquina. Los precios de los alimentos y la gasolina se ha disparado, debido a la brutal invasión rusa de Ucrania y a la prolongada sequía y otros desastres agrícolas relacionados con el clima en el corazón de nuestra nación.

En el otro lado de la moneda, la energía solar y eólica es ahora la electricidad más barata disponible en la mayor parte del país, como señala Climatenomics. Todos los fabricantes de automóviles se están pasando a los vehículos eléctricos, ya que los consumidores están cada vez más hartos de la subida constante del precio de la gasolina. Las innovaciones en eficiencia energética de los últimos años —termostatos programables, iluminación LED, mejores electrodomésticos y materiales de construcción— han ahorrado a los consumidores miles de millones de dólares en sus facturas de electricidad.

Todo esto es esperanzador. Pero debemos hacer mucho más para evitar los peores costos medioambientales, sociales y económicos del cambio climático. Debemos presionar a los legisladores para que aprueben —y lo hagan ya—leyes que amplíen las energías limpias y reduzcan el carbono y otras formas de contaminación.

Como señala el oportuno libro de Bob, podemos empezar por aprobar la legislación que se está tramitando en el Congreso y que invertiría unos 550 mil millones de dólares en 10 años en inversiones críticas en energías limpias y resiliencia climática, centrándose en la equidad y la justicia climática. Este paquete de medidas no solo ayudará a frenar los costos económicos del cambio climático, sino que también creará millones de puestos de trabajo, reducirá las facturas energéticas de nuestras familias, ayudará a impulsar la innovación y hará que nuestra nación sea más segura. Y nos costará mucho menos de lo que ya nos cuestan los efectos del cambio climático.

No se trata sólo de una política medioambiental y de salud pública fundamental, sino de economía inteligente. En pocas palabras: ya no podemos permitirnos no actuar. No tenemos tiempo para que Washington siga retrasándolo mientras los costos y los riesgos de la inacción climática siguen en aumento. Nuestro medio ambiente, nuestra salud, nuestros hijos no pueden esperar más.

Climatenomics lo deja claro. Necesitamos que nuestros legisladores actúen, y que actúen ya. Por el bien de nuestro medio ambiente y de nuestra economía.