La EPA destroza el Plan de Energía Limpia y le da la espalda a la crisis climática

El plan revisado les cede autoridad a los estados, elevando el riesgo de incrementar las emisiones de carbón y otros contaminantes dañinos.
Una planta de energía a base de carbón en Juliette, Georgia
Credit: Branden Camp/Associated Press

El plan revisado les cede autoridad a los estados, elevando el riesgo de incrementar las emisiones de carbón y otros contaminantes dañinos.

Al apuntar hacia una iniciativa climática innovadora de la era de Obama, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), reveló su propuesta de reemplazo del Plan de Energía Limpia en un documento que vagamente menciona el cambio climático y se enfoca en revivir las plantas de energía a carbón, esencialmente abandonando las metas de Estados Unidos por reducir las emisiones de carbono y dándole rienda suelta a los contaminadores.

“El mundo está en llamas y la administración Trump quiere dejarlo peor”, opina Rhea Suh, presidenta de NRDC. “Este Plan de Energía Sucia está plagado de trucos y regalos. Significaría más contaminación que contribuye al cambio climático proveniente de las plantas de energía. Esa es una receta para el desastre climático”.

El nuevo plan no solamente entrega más autoridad regulatoria a cada uno de los estados, permitiéndoles sentar sus propias reglas—o ninguna en absoluto—sino que también debilita la reglamentación de contaminación que se aplica a las plantas que necesitan actualización. Esto podría generar un retroceso al progreso climático que se ha logrado hasta el momento, y a la vez incrementaría las emisiones de carbono que tanto contaminan y dañan a los Estados Unidos.

El Plan de Energía Limpia, cuya versión final se presentó en el 2015 bajo el periodo del presidente Obama, pero que fue llevado a disputas legales por pro-contaminadores, buscaba reducir las emisiones de carbono de las plantas de energía de la nación al ser éste un contribuyente primario del cambio climático. El plan pretendía una reducción del 32% de las emisiones de dióxido de carbono respecto a los niveles del 2005 para el 2030. Sin embargo, a finales del 2017, las emisiones ya se habían reducido en un 28%—13 años antes de lo programado. “Lo que Estados Unidos necesita entonces, es un Plan de Energía Limpia más fuerte”, dice Suh, “uno que acelere el cambio de la nación hacia la energía limpia—así es como se protege la salud pública, nuestros niños y las futuras generaciones”.

El Plan de Energía limpia se ejecuta a través de la Ley de Aire Limpio, cuyo rango de responsabilidades incluye la protección climática. La Corte Suprema ha confirmado en múltiples ocasiones que esto le concede al gobierno federal la autoridad de regular las emisiones que provocan el cambio climático, tales como aquellas que producen las plantas de energía. La administración Trump está dispuesta a enfrentar una batalla cuesta arriba para defender la legalidad de este reemplazo.

“Pelearemos este peligroso retroceso con toda herramienta disponible”, afirmó Suh.

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