Lo que comemos afecta el planeta

La práctica de no comer carne de res en lunes en EE.UU. tuvo comienzos durante la 1era Guerra Mundial y resurgió durante la 2nda Guerra Mundial como una manera de conservar los recursos para las tropas. Reconocer los impactos de una dieta a base de carne no es algo nuevo ni radical, pero el ministerio de agricultura (USDA) ha tenido quejas sobre su más reciente propuesta alimenticia que sugiere que una dieta alta en alimentos a base de plantas es más saludable y produce menos daños ambientales que una alta en carnes.

Como explico en Greenhouse de MSNBC, esta es una recomendación sensible basada en datos científicos. Todos sabemos que lo que comemos afecta nuestra salud. Tiene sentido, entonces, estar atentos a lo que ingerimos. Lo que la USDA ha hecho, por primera vez, es reconocer que nuestras opciones alimenticias también afectan el mundo a nuestro alrededor. La producción de alimentos tiene un gran impacto en nuestro suelo, aire y recursos de agua, y eso afecta nuestra salud también.

La agricultura consume la mayor cantidad de agua en EE.UU. y es una de las mayores fuentes de contaminación también. Los fertilizantes químicos, los desechos animales y los pesticidas se cuelan de las granjas a los arroyos, lagos y ríos con las lluvias y llegan hasta el mar. El exceso de los fertilizantes se convierte en un potente gas de efecto invernadero. La ganadería convencional produce gases de efecto invernadero no solo del metano producido por las reses, pero de la gran cantidad de energía y productos químicos que se utilizan en la producción de granos para alimentar el ganado.

Comer menos carne de res, y si optamos por ingerirla, comprar carne producida con menos daños al ambiente, es una opción saludable para nosotros y el ambiente a nuestro alrededor. NRDC estima que la eliminación de tan solo una porción individual de un cuarto de libra a la semana a nivel nacional reduciría la contaminación por una proporción comparada a convertir a emisiones cero entre 4 y 6 millones de vehículos.

Puesto que la producción de los alimentos tiene un impacto inmenso sobre el suelo, el aire y el agua, no solo impacta nuestros cuerpos, pero nuestro hogar también. Tomamos decisiones alimenticias por lo menos tres veces al día. Si llenamos nuestros platos con comida más saludable producida con menos agua, menos electricidad y menos químicos, estamos ayudando a crear un mundo más saludable para todos.

Encuentra recomendaciones alimenticias, recetas y demás en la página en español del USDA y consejos de agua en nuestras páginas.

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