Incomprensible: La EPA decide que la contaminación del aire emitida por las refinerías de petróleo es lo suficiente limpia para ignorarla

El nuevo descubrimiento de la agencia va totalmente en contra del sentido común, de la ciencia y de la ley

WASHINGTON (23 de agosto de 2007) – Totalmente en contra del sentido común y de la ley, la Agencia de Protección Ambiental anunció hoy la propuesta de un dictamen que concluye que decenas de miles de toneladas de emisiones de aire tóxico de las refinerías de petróleo de los Estados Unidos no son lo suficientemente peligrosas para ameritar salvaguardas adicionales para el público que las respira. De aceptarse, la decisión impondrá un importante riesgo de cáncer a casi medio millón de estadounidenses, según el Consejo para la Defensa de Recursos Naturales (NRDC).

"La EPA está proponiendo oficialmente que se ignoren los altos niveles de riesgo reconocidos como 70 veces más altos que los permitidos por la ley", dijo John Walke, abogado en jefe y director del Programa de Aire Limpio de NRDC. "Casi uno de cada tres estadounidenses vive dentro de un radio de 30 millas de una refinería. Este dictamen somete al público a mayores riesgos de contraer cáncer y otros peligros de enfermedades crónicas. Las compañías petroleras tienen la tecnología y los recursos para resolver este problema, pero la EPA quiere librarlos de responsabilidades."

La decisión tomada hoy por la EPA responde a la obligación impuesta por la Ley del Aire Limpio de responder a todos los riesgos para la salud pública remanentes de la contaminación de aire tóxico de las refinerías de petróleo, después de que la agencia adoptó normas de control de tecnología en 1995. El Congreso reconoció que después de aplicar las tecnologías de control de la contaminación, la polución emanada de esas plantas podía seguir imponiendo riesgos para la salud inaceptables al público. Por lo tanto, en 1990, el Congreso dio instrucciones a la EPA de examinar el riesgo remanente o "residual" de todas las fuentes de contaminación tóxica. La agencia debía determinar si las normas de tecnología de primera generación reducían los riesgos de cáncer para el público de la contaminación tóxica a menos de 1 en 1 millón. Si el riesgo de cáncer excede el 1 en 1 millón, la EPA debe exigir mejores medidas de control para proteger al público reduciendo los riesgos a menos de 1 en 1 millón. Sin embargo, en el anuncio de hoy, la EPA afirma que el umbral adecuado para tomar medidas no es de 1 en 1 millón sino de 100 en 1 millón. Y como la agencia encuentra que las emisiones tóxicas de las refinerías de petróleo imponen riesgos de cáncer de 70 en 1 millón, la EPA indica que prefiere no hacer nada respecto a esos riesgos de cáncer y que no exigirá controles adicionales para la contaminación en las refinerías.