Seis maneras de mantener nuestras aguas limpias

Todos podemos ayudar a evitar la contaminación del agua y la escorrentía.
Rainwater puddles on pavement

Nuestros quehaceres cotidianos, como limpiar la casa o sacar a pasear al perro, podrían contribuir a la contaminación de nuestros recursos de agua. Pero no hay que inquietarse: con poner un poco de atención, podemos reducir el impacto con tremenda facilidad.

1. Echar un vistazo a las superficies fuera de la casa.

Las aguas pluviales corren por toda superficie impermeable, como lo son el concreto y el asfalto, y van a parar a las alcantarillas junto con todo lo que hayan recogido a su paso. Cubrir las superficies exteriores de una propiedad con gravilla, piedras, madera y demás materiales porosos les pone fin a estos ríos de contaminantes. Si no hay manera de evitar una superficie impermeable expuesta (como, por ejemplo, la entrada a la marquesina o al garaje), poner una zanja tipo cuneta a cada lado y sembrar plantas o llenar de gravilla para atrapar la escorrentía antes de que llegue a la calle.

2. No tirar basura al inodoro.

Jamás echar nada por el inodoro que no sea biodegradable, lo cual incluye las toallitas húmedas desechables, aplicadores plásticos de tampones, etc. Dichos productos pueden bloquear el sistema de procesamiento de aguas y acabar en las playas y demás recursos acuáticos. Y a nadie le agrada ir paseando por la playa y pisar su propia basura. Y nunca, nunca, echar al inodoro pastillas caducadas. Lo mejor es llevarlas a una farmacia que disponga de ellas adecuadamente.

3. El lavamanos y el fregadero tampoco son para la basura.

No dejar que se vayan pintura, aceites sucios, limpiadores con químicos y demás por el desagüe. Este tipo de artículos contienen ingredientes tóxicos (como el hipoclorito de sodio, el amoniaco o el formaldehído) que no queremos en nuestros abastecimientos de agua. Para más información sobre instalaciones y horarios de recogido de desechos tóxicos, hacer una búsqueda por producto en Earth911 o comunicarse con los departamentos de recolección de basura, obras públicas o salud ambiental locales.

4. Limpiar los desechos de las mascotas.

Recoger las excretas del perro no es solo cuestión de ser considerado con los vecinos. Mantener las aceras limpias de heces fecales es mantener el agua de los alcantarillados limpia y libre de bacterias. La manera más práctica sugerida según los métodos ecológicos de tener mascotas es poner los desechos en una bolsita de plástico reciclado y tirarla a la basura – pero siempre revisar las normas locales.

5. Prestar más atención al vehículo personal.

Darle buen mantenimiento al auto reduce la posibilidad de derrames de aceite, refrigerante, anticongelante y demás líquidos tóxicos que luego son transportados por las aguas pluviales y se filtran hacia los recursos de agua subterránea. Y para dar la milla extra, optar por llevar el carro al lavadero en lugar de lavarlo uno mismo con la manguera. A los profesionales se les requiere por ley desechar las aguas sucias únicamente en el sistema de alcantarillado, donde serán tratadas adecuadamente antes de volver a entrar en uso, y muchos de ellos reciclan el agua.

6. Derramar toda información pertinente.

Si no hubiese soplones, quienes contaminan seguirían haciéndolo felices y contentos. Hay que reportar todo comportamiento sospechoso dentro de la comunidad. Vale la pena asesorarse con cualquier grupo ambientalista que pueda echar una mano. Para ello, comunicarse con el Clean Water Network o el Waterkeeper Alliance. Cuando las pequeñas empresas unen sus esfuerzos a organizaciones mayores (tales como la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. o el NRDC) con el fin de obligar a las industrias a cumplir la ley, se puede efectuar cambio verdadero y duradero. (Además de subirle la moral a cualquiera.)


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