Cuatro Días en el Río Baker – Capítulo 3: los animales y la tierra

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“A las trece y catorce horas. Cinco patos yecos, volando… 

A las trece y diez y seis. Dieciocho patos, nadando…”

Una de mis responsabilidades en el “Bote de Brian” fue identificar, contar y documentar las aves que vimos en el Río Baker.  Nunca había prestado mucha atención a las aves antes de este viaje, pero no necesitaba mucho tiempo para comprender que la variedad y el gran número de especies en este rincón del mundo son realmente excepcionales.

Vimos patos yecos volando y patos nadando, bastante de ambas especies, también gansos en el aire, buitres hambrientos en un árbol, flamencos caminando en la playa, garzas aterrizando en las orillas, periquitos gorjeando, cóndores planeando en el cielo, cisnes deslizándose en formación y ¿ya mencioné? patos nadando.

También vimos algunos animales, la mayoría eran animales domesticados que pertenecían a las casas del área (vacas, caballos, ovejas y perros), así como también especies salvajes como el guanaco.  Vi la huella de un puma, pero no al puma.  Varias veces en el río, nuestros pensamientos fueron interrumpidos por el salto repentino de un salmón, un evento no común, según Brian.

     la vista del bote, día 1

Aquí la tierra sostiene una gran diversidad de animales.  De hecho, estaba sorprendida de como el paisaje cambiaba durante esos cuatro días.  El primer día, lo pasamos entre las orillas anchas del río en frente de cerros bajos con vegetación escasa, en la distancia podíamos ver los Andes, con sus nevadas cumbres.

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     otra vista del bote, día 1

Nuestro campamento esa noche nos previó el ambiente exuberante que vendría el día siguiente. Decidimos armar nuestras carpas en el medio de un exuberante y verde bosque con enredaderas y musgos que se extendían hasta al suelo y hongos que crecían en la tierra.

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     el bosque y los hongos, donde armamos las carpas, día 1

El segundo día la vegetación era más densa y más cerca al río, al punto que parecía crecer directamente en el agua.  Paramos justo antes de los rápidos de González, en una isla pequeña que parecía, tan verde y tan exuberante como una selva tropical.

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     la vista del bote, día 2, con "el Corazón de Gonzales"

En el tercer día los alrededores eran mucho más impresionantes.  Remamos a través de los cañones de las montañas, que habíamos observado en la lejanía.  Casi por una hora cuatro cóndores volaban juntos en una elegante danza aérea, en la zona más alta y empinada del acantilado, los cuales estaban delineados con vegetación y eran frecuentemente interrumpidos por cascadas pequeñas.

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     la pared del cañon, día 3

El cuarto día nos acercamos a la desembocadura del río, pues ya parecía que habíamos salido al otro lado de las montañas, pues el terreno era más plano y podíamos oler ligeramente el agua del mar.  Todas las orillas estaban cubiertas densamente con árboles e hierbas muy verdes.  Todavía aquí podíamos ver aves volando y nadando, las documenté todas en el cuaderno.

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     vista del bote, dia 4

Brian continúa a documentar las aves y sus observaciones durante sus viajes mensuales por el Río Baker, puesto que nadie más lo ha hecho anteriormente – y eso es un problema.  Si nadie sabe la cantidad y clases de especies de animales que viven aquí, ¿cómo podremos cuantificar lo que se perdería en este increíble hábitat si se llega a dar en él el desarrollo comercial?

El estudio de los impactos ambientales de HidroAysén (EIA) y su Adenda es sorprendentemente deficiente al documentar este ecosistema y los detalles sobre la biodiversidad extraordinaria que depende de este río.  No es solamente mi opinión, pero también es la opinión de varias agencias estatales chilenas, que expresaron su deseo de tener mejores datos sobre las especies regionales, marinas y terrestres en el segundo Informe Consolidado de Solicitud de Aclaraciones, Rectificaciones y Ampliaciones (ICSARA, puedes leer mi explicación en ingles del proceso completo aquí).  Con los recursos disponibles que la empresa tiene y el largo plazo que ya tuvo para crear sus documentos ambientales, HidroAysén debería presentar información sólida y de buena calidad sobre la vida silvestre en la Patagonia.  El hecho de que todavía no lo ha hecho es una indicación de cómo ellos valoran esta tierra y los animales.

Obtener buena información no es difícil, simplemente pregúntele a Brian.  Solamente necesita un bote, un cuaderno y un lápiz.