A dos semanas del inicio de la cumbre del clima en París (COP21) el mundo está en espera del nuevo acuerdo internacional sobre el cambio climático que resultará de esta histórica reunión. Sabemos que el acuerdo de París requerirá reducciones de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) más profundas que nunca. Pero como dicen, del dicho al hecho hay mucho trecho, así que es importante examinar los elementos de esta importante reunión que ayudarán a lograr los cambios que necesitamos para enfrentar el calentamiento global.
Compromisos nacionales de acción climática
Uno de los aportes más importantes al nuevo acuerdo serán los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de cada país para el periodo posterior al 2020. Estos compromisos, conocidos como contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDC por sus siglas en inglés) reflejan los diferentes niveles de desarrollo y las capacidades particulares de cada país. Por ejemplo, se espera que los países más desarrollados se comprometan a la reducción de emisiones en términos absolutos por debajo de un año base. Brasil fue el primer gran país en desarrollo en prometer una reducción absoluta de 37% para el 2025 y de 43% para el 2030.
Mientras tanto, los países en desarrollo y las economías emergentes pueden fijar objetivos que reflejen su nivel de desarrollo y contribución histórica al cambio climático. Chile, por ejemplo, se ha comprometido a reducir la intensidad de sus emisiones por unidad de PIB en un 30% para el año 2030. México y varios otros países en Latinoamérica han optado por definir metas de reducciones basadas en las emisiones proyectadas bajo escenarios tendenciales, o business as usual, (BAU, por sus siglas en inglés.) A la fecha, más de 150 países que conjuntamente representan alrededor del 90 por ciento de las emisiones GEI mundiales han presentado sus INDCs a las Naciones Unidas. Consulte esta página para un resumen de las contribuciones nacionales de América Latina.
Inversiones para un futuro bajo en carbono
La cumbre de Paris también tendrá como objetivo movilizar inversiones y lograr compromisos financieros que ayudarán a los países en desarrollo a crear economías bajas en carbono y resilientes al cambio climático. Estas inversiones son críticas ya que muchos de estos países son altamente vulnerables al cambio climático. Así mismo, fomentar la inversión "verde" permitirá que los países en desarrollo impulsen su futuro crecimiento con infraestructura y tecnologías bajas en emisiones. Hoy en día, sabemos que existen soluciones como la eficiencia energética y la energía renovable que pueden permitir a los países en desarrollo a alcanzar sus objetivos de desarrollo de una manera más sustentable.
Con esto en mente, en el 2009, durante la cumbre del clima en Copenhague, los países acordaron establecer el Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés), un nuevo mecanismo multilateral para movilizar inversiones para que los países en desarrollo puedan reducir sus emisiones y adaptarse a los impactos del cambio climático. Hasta la fecha, 37 países (entre ellos México, Perú, Colombia, Panamá y Chile) han prometido un total de más de $ 10 mil millones al GCF.
Además, muchas empresas e instituciones financieras ya están anunciando compromisos propios que ayudarán a implementar el acuerdo y que incluso podrían permitir que los países logren reducciones aún mayores.
Sistemas para asegurar el cumplimiento de los compromisos
Se espera que el acuerdo establezca sistemas para dar seguimiento a los compromisos nacionales. Un resultado esencial será la creación de un proceso de revisión cada cinco años que permita profundizar los compromisos de reducción. Se espera que el acuerdo de París también fomentará la transparencia y rendición de cuentas mediante informes nacionales periódicos sobre los logros de cada país.
Participación de otros actores
En las próximas décadas será fundamental contar con el esfuerzo de todos los posibles participantes para hacer frente al cambio climático. Por esta razón la ONU busca lograr mayor progreso ante el cambio climático con la participación activa de gobernadores, alcaldes, empresas, miembros de la sociedad civil, e instituciones financieras. Las acciones climáticas por parte de otros actores también formarán un pilar clave de los resultados de la cumbre de París.
París debe ser el punto de partida
Existe cada vez una mayor conciencia de que la acción climática a nivel nacional produce beneficios concretos en términos de creación de empleo, ahorros energéticos y vidas salvadas. Por esta razón París debe dar inicio a la próxima gran oleada de acciones climáticas. Será necesario movilizar recursos para ayudar a los países a implementar reformas aún más ambiciosas de las que ya han identificado en sus INDCs. Tendremos que utilizar herramientas como el Protocolo de Montreal para impulsar reducciones adicionales en sectores clave como el transporte marítimo y la aviación internacional. Las regiones con abundantes bosques como Latinoamérica deberán realizar esfuerzos concertados para reducir la deforestación. Y los países con abundantes recursos energéticos renovables, como Chile y México, deberán emprender una transición energética hacia fuentes más limpias para la generación de electricidad y el transporte.
El acuerdo de París nos puede acercar a un futuro más seguro, más limpio y más sano; pero para lograr este objetivo, los gobiernos nacionales deben asegurar que sus compromisos de acción climática constituyan un punto de partida pero nunca el máximo de su ambición. Suma tu voz y pide acción climática de los líderes mundiales.