El liderazgo de Latinoamérica en el desarrollo de energía limpia

Paneles fotovoltaicos en el norte de Chile

Durante el año 2016, hemos visto distintas tendencias, políticas públicas y proyectos en países latinoamericanos que han probada el liderazgo de esta región del mundo en el desarrollo de energías renovables, tecnologías limpias e iniciativas innovadoras. Como buena noticia para cerrar el año, el reciente informe de Bloomberg New Energy Finance, Climatescope 2016, concluyó que, después de China, los próximos tres mejores países en términos de inversión en energía limpia se ubican en América Latina. Chile, Brasil y Uruguay ocupan el segundo, tercero y cuarto puestos, respectivamente, con Honduras y México también entre las diez mejores. O sea, cinco de los diez países más atractivos para la inversión de energía limpia en el mundo se encuentran en Latinoamérica.

Cabe destacar estas noticias positivas particularmente ahora, cuando el cambio del gobierno de los Estados Unidos cuestiona el apoyo continuo del país para este sector con sus vecinos e internacionalmente. Lo siguiente, entonces, es un resumen breve de dos de las tendencias claves en materia de energía limpia en la región durante el 2016.

1. Una reducción en los precios

Una tendencia global ha sido la reducción significativa de los precios de tecnologías renovables - una tendencia ilustrada claramente en las licitaciones de energía en algunos países en America Latina. Las subastas energéticas en México(marzo), Chile (agosto) y Argentina (noviembre) este año resultaron en éxitos claros para plantas renovables, y específicamente para la energía solar y eólica. En Chile en particular, donde las energías renovables no convencionales compitieron con las energías convencionales, los precios de energía solar llegaron a niveles históricamente bajos, a un $29.10/MWh - la mitad del precio del carbón. Este precio ganó atención internacional, y, según algunos expertos, creó un deseo entre la industria minera chilena -el productor de cobre más grande en el planeta--para re-negociar sus contratos energéticos actuales. Los precios de energía renovable en América Latina están contribuyendo a fijar los precios para el resto del mundo.

2. Innovación en el financiamiento

Otra tendencia notable es la utilización de mecanismos financieros innovadores para apoyar proyectos limpios en la región. En marzo, la Bolsa Mexicana de Valorespresentó al mercado un bono verde - un instrumento típico de deuda pero con el fin de financiar proyectos que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero. En diciembre, la Ciudad de México emitió su primer bono verde para proyectos que mitiguen o faciliten la adaptación al cambio climático. Este fue el primer bono verde emitido por un gobierno sub-nacional y por una ciudad en Latinoamérica. Poco después, Bancolombia emitió su primer bono verde junto con la Corporación Financiera Internacional, con el fin de usar los fondos para financiar proyectos renovables, eficiencia energética e infraestructura sostenible.

Entre otros mecanismos, Argentina anunció en agosto la creación de RenovAR, un programa para financiar proyectos renovables en el país. RenovAR incluye un fondo fiduciario verde, llamado FODER, específicamente para garantizar los pagos para los contratos de compra de energía (PPA en inglés). En Uruguay, la empresa estatal UTE está ofreciendo a gente de los sectores comerciales y residenciales la oportunidad de ser dueño del parque eólico, Valentines. UTE quiere obtener alrededor US$ 44 millones en fondos, y al mismo tiempo ampliar su base de accionistas de su subsidiario, Areaflin.

Ésta solamente es una descripción breve de los desarrollos de estas tendencias. Sin duda existen otros ejemplos en otros países en la región, y ojalá tuviera el tiempo y espacio para destacar otros. Por el momento, espero que este blog subraye el rol de los países en Latinoamérica de no solamente reflejar las tendencias globales en materias de energía limpia, pero también fijar estas tendencias, e innovar en este sector importante. Pienso que el informe Climatescope concuerda, y sus resultados ofrecen a America Latina una nota positiva para cerrar el año 2016.