La gran estafa hídrica

Reguemos Chile es una respuesta delirante y equivocada a la megasequía en Chile

La cuenca del río Maipo, una de las muchas que enfrentan sequía extrema en Chile.

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Cristián Plos Lira

Reguemos Chile es una respuesta delirante y equivocada a la megasequía en Chile

“La carretera hídrica no es un proyecto que no nos beneficia para nada, todo lo contrario. Es lamentable porque, a pesar de todos los ejemplos que existen en el territorio del genocidio, del daño cultural, de la relocalización de poblaciones, aún así, el territorio de Alto Biobío sigue siendo un territorio que está allí a la vista de los empresarios como una zona de sacrificio para cubrir la necesidad, no de las personas, sino para sí mismos, no de quienes necesitan el agua, sino para las mineras, para sus regadíos agrícolas”.

—Fernanda Castro, vocera para la Red de los Ríos Libres, y miembro de la comunidad Mapuche Callaqui

El cambio climático está causando estragos en el suministro de agua en Chile. El aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones de precipitación han provocado una mega sequía. Actualmente, el país sufre una grave crisis hídrica que afecta la salud, el abastecimiento de agua para beber, el saneamiento, la producción de alimentos y la energía. En Chile, el 42,5 por ciento de la población rural no cuenta con un abastecimiento formal de agua y un millón no cuenta con acceso confiable o regular al agua. En la otra crisis actual de COVID-19, millones en América Latina lidian con el virus sin acceso a agua potable.

La situación actual requiere soluciones urgentes para asegurar que haya agua suficiente y segura tanto para las comunidades, como para los ecosistemas. Aunque la necesidad de soluciones es urgente, también es importante no precipitarse a construir proyectos insostenibles.

El proyecto de la Corporación Reguemos Chile, la “carretera hídrica,” es un ejemplo de este tipo de propuesta equivocada. La carretera hídrica propone trasladar agua del sur del país hasta el centro-norte, usando una serie de canales y acueductos. Para ello propone construir una “carretera hídrica” que trasvase y traslade agua de las cuencas del sur (región de Biobío) de Chile hacia el centro-norte (región de Atacama). Esta transferencia está diseñada para impulsar la agroindustria por el suministro de agua a las regiones con mayor escasez de agua del país. Sin embargo, el proyecto ha avanzado al Ministerio de Obras Públicas (MOP) para su consideración sin el consentimiento o consulta de las comunidades indígenas locales, no considera los impactos ambientales y sociales a las regiones de donde se desviará el agua y a través de las cuales será transportado. En su forma actual, la carretera hídrica provocaría graves daños a la biodiversidad, los ecosistemas, el clima y las personas que viven en las cuencas potencialmente afectadas.

Reguemos Chile es largo y costoso. Reguemos Chile se promociona como una iniciativa pública-privada, la empresa estima que el 25 por ciento del proyecto se financiará con dinero de los contribuyentes. Solo el primer tramo del canal, con más de 1.015 kilómetros (unas 631 millas), costaría USD $6.000 millones, de los cuales $2.000 millones serían un subsidio estatal. Los primeros tres tramos de la carretera del agua propuesta podrían requerir en conjunto una inversión en infraestructura de entre USD 15 mil millones y 18 mil millones, de los cuales al menos USD 3,750 millones provendrían de los contribuyentes chilenos. Reguemos Chile dijo que el proyecto en total costará más de USD 20.000 millones, pero esa estimación probablemente sea baja. Además de ser costoso, tomará al menos ocho años, y la mayoría de las estimaciones sitúan la finalización cerca de 10 a 15 años. Incluso según las mejores estimaciones, el proyecto Reguemos Chile será largo y costoso para los contribuyentes, cuyo dinero podría estar destinado a apoyar soluciones de agua más eficientes y equitativas.

Reguemos Chile impactaría negativamente al clima. Un proyecto como Reguemos Chile produciría cantidades masivas de emisiones de gases de efecto invernadero que podrían afectar negativamente la capacidad de Chile para cumplir sus objetivos climáticos de descarbonizar su sector eléctrico y lograr la neutralidad de carbono para el 2050. Para calcular las emisiones de CO2 del cemento utilizado para el proyecto Reguemos Chile, utilizamos un proyecto similar, el Acueducto del río Colorado en Estados Unidos, como un indicador sustitutivo. Según nuestras proyecciones, un proyecto de trasvase de cuenca como Reguemos, que es 10 veces más largo que el Colorado River Aqueduct, podría emitir alrededor de 9.790 kilo toneladas de CO2, el equivalente de emisiones de más de dos billones de vehículos de pasajeros manejados por un año.

Vista del valle de la luna, un lugar protegido ubicado en la región Atacama. El Proyecto Reguemos propone extenderse a la región desértica.

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David Vives

Reguemos Chile tendría impactos negativos para las comunidades. Sin embargo, las críticas del proyecto incluyen a un amplio abanico de actores sociales, desde miembros de la comunidad científica, organizaciones de la sociedad civil, el movimiento socio-ambiental y las comunidades indígenas Mapuche y Pehuenche, entre otros. Por ejemplo, Reguemos habla del agua que capturaría de los ríos como un “excedente”, un excedente de agua que no necesitan las granjas y las ciudades locales. Esto es incorrecto. Juan Armesto, científico del Instituto de Ecología y Biodiversidad de la Universidad de Chile, advierte que el agua que llevan los ríos al mar es parte fundamental del ecosistema: “el agua que los ríos llevan al mar no es “excedente” sino que contienen biodiversidad y nutrientes derivados de los ecosistemas terrestres, que aportan energía a las cadenas tróficas de los sistemas acuáticos en los ríos, lagos y costas”. De hecho, los estudios que Reguemos Chile proporciona en su propio sitio web revelan que se encontró que la construcción de la primera sección, un modelo de las siguientes cuatro secciones por venir, presenta un riesgo de alto impacto para la flora y la fauna, la hidrología natural y la poblaciones de la zona.

Existen alternativas mejores. Mientras Chile y el mundo buscan reconstruir después de la devastación de la pandemia COVID-19, es imperativo evitar proyectos como la carretera hídrica de Reguemos Chile. En vez del proyecto de Reguemos Chile, proponemos el desarrollo de planes locales, regionales y nacionales de gestión de agua que ayuden a restablecer las funciones ecosistémicas, reducir el desperdicio de agua y proteger los suministros locales. Ejemplos de estas iniciativas incluyen el riego tecnificado, la eficiencia hídrica, el reciclaje de agua, protección de la cobertura vegetal de los nacientes de agua y prácticas que promuevan la conservación y la salud de los suelos. Se necesitan programas de gestión del agua como estos para brindar un alivio equitativo a largo plazo a las muchas personas, ecosistemas e industrias que sufren sin un acceso confiable al agua en Chile. En el contexto actual de cambio climático y estrés hídrico, vale la pena invertir en proyectos alternativos que puedan evitar los impactos dañinos anticipados de esta carretera hídrica.

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