Celebremos la acción climática y tracemos el camino a seguir

En este verano de calamidades climáticas, nuestro gobierno tiene una labor muy importante y es la de proteger a las personas a las que sirve.
Una turbina eólica Gamesa de 2MW en el Campus Flatirons del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL) en Arvada, Colorado
Credit: Werner Slocum/NREL, 65321

En este verano de calamidades climáticas, nuestro gobierno tiene una labor muy importante y es la de proteger a las personas a las que sirve.

El presidente Joe Biden culminará un logro emblemático el martes, cuando organice una reunión en la Casa Blanca para celebrar la amplia ley sobre el clima, los impuestos y la sanidad que firmó el mes pasado.

Hay más que motivos para alegrarse.

La Ley de Reducción de la Inflación, como se denomina formalmente, contiene la acción climática más contundente de la historia de Estados Unidos: 369 mil millones de dólares, a lo largo de 10 años, en inversiones estratégicas para ayudar a reducir la peligrosa contaminación por carbono que proviene de la quema de combustibles fósiles.

En este verano de calamidades climáticas —en el país y en el extranjero— el Congreso finalmente tomó medidas y aprobó el proyecto de ley, gracias al liderazgo de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y del líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer.

Gracias a los créditos fiscales para las energías limpias, los reembolsos y otros poderosos incentivos, esta nueva ley sobre el clima permitirá al país reducir la contaminación por carbono y otros gases de efecto invernadero en un 40 por ciento por debajo de los niveles de 2005 para 2030. Esto nos lleva a cumplir la promesa de Biden de reducir esas emisiones entre un 50 y un 52 por ciento, como dice la ciencia que debemos hacer para evitar una catástrofe climática.

Para ayudarnos a recorrer el resto del camino, la administración usa su autoridad bien establecida bajo la ley existente para desarrollar reglas que limitarán la contaminación de carbono proveniente de los automóviles, camiones, plantas de energía e industria de la nación; y así reducir las emisiones de otros dos poderosos gases de efecto invernadero: el metano y los hidrofluorocarbonos; mejorarán la eficiencia de los edificios y electrodomésticos; y mantendrán a los inversionistas informados de los riesgos climáticos corporativos.

Por otra parte, la administración está redactando normas para reducir la contaminación atmosférica de las centrales eléctricas y otras instalaciones industriales que queman combustibles fósiles.

Estas reglas reducirán los contaminantes atmosféricos peligrosos, como el ozono a nivel del suelo que causa el esmog y las partículas finas que producen hollín, así como el mercurio, los gases ácidos y otros contaminantes peligrosos conocidos como causantes de ataques de asma, agravan la bronquitis y contribuyen a las dolencias cardíacas e incluso a la muerte prematura. 

Las emisiones de la refinería de Valero Houston, situada en el Canal de Navegación de Houston, se elevan sobre las viviendas del barrio de Harrisburg/Manchester en Houston, Texas.
Credit: Scott Dalton para NRDC

En conjunto, la administración ha desarrollado un conjunto de salvaguardias como parte del trabajo más importante del gobierno: proteger a las personas a las que sirve de los riesgos actuales y las amenazas emergentes. En este caso, eso significa hacer frente a la crisis climática y reducir la contaminación atmosférica derivada de la quema de combustibles fósiles.

Para apoyar este trabajo crítico, el NRDC se ha unido a más de 160 grupos de defensa del medio ambiente, de la juventud, de la justicia y del público en general como parte de la campaña Soluciones para la Contaminación por un aire limpio y un clima saludable, organizada por nuestros socios de la Campaña de Acción por el Clima (Climate Action Campaign). Juntos, ayudaremos a explicar lo que está en juego en esta misión para nuestras familias, comunidades, país y mundo.

El cambio climático y la contaminación por combustibles fósiles cobran un alto precio en el país, unos 820 mil millones de dólares en costos de salud cada año.

A mediados de julio, un tercio del país se encontraba bajo temperaturas lo suficientemente altas como para provocar un golpe de calor y enviar a la gente a la sala de urgencias. Las temperaturas más cálidas amplían el alcance y la actividad estacional de los mosquitos, las garrapatas y otros insectos que propagan enfermedades transmitidas por vectores como la malaria y el virus del Zika. El esmog agrava el asma y puede empeorar las enfermedades cardiovasculares, lo que equivale a más ausencias en el trabajo o en la escuela. Y las partículas microscópicas de hollín procedentes de la quema de combustibles fósiles causan enfermedades respiratorias y otras enfermedades que son responsables de más de 100 mil muertes prematuras cada año.

Además, el cambio climático hace que las inundaciones, las tormentas, los incendios forestales y otros desastres relacionados sean más devastadores, lo que provocó daños por un valor de casi 153 mil millones de dólares en todo el país sólo en 2021.

Los bomberos trabajan para contener las llamas y el humo del incendio de Fairview en el sur de California el 8 de septiembre de 2022.
Credit: Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de California (CAL FIRE)

Si los costos de la inacción son altos, el valor de la acción es aún mayor.

Más de 3,2 millones de personas en todo el país trabajan cada día para ayudarnos a hacer que nuestros hogares y lugares de trabajo sean más eficientes, de modo que hagamos más con menos desperdicio de energía; obtengamos más energía limpia del viento y del sol; aceleremos el cambio a los automóviles eléctricos; y construyamos una red eléctrica y un sistema de almacenamiento moderno y fiable.

El proyecto de ley sobre el clima que Biden firmó el mes pasado acelerará estas actividades, al crear cientos de miles de puestos de trabajo en comunidades de todo el país.

Este incluye créditos fiscales, reembolsos y otros incentivos poderosos para ayudar a la nación a obtener más energía limpia del viento y el sol; reducir la contaminación por carbono de las centrales eléctricas y la industria; hacer que los autos eléctricos, nuevos y usados, sean más asequibles para los conductores de bajos y medianos ingresos; reducir el costo de la instalación de paneles solares en los tejados, bombas de calor y otros electrodomésticos energéticamente eficientes; además de promover prácticas agrícolas y de conservación climáticamente inteligentes.

Estos incentivos ya estimulan el crecimiento de la fabricación nacional en el sector de las energías limpias. Desde que se promulgó el paquete climático, se ha anunciado una serie de proyectos multimillonarios para fabricar paneles solares y baterías para autos eléctricos en Carolina del Norte, Tennessee y otros lugares.

Esta acción sobre el clima y el aire limpio supone un importante anticipo de los progresos que se necesitan urgentemente en materia de justicia medioambiental. Las comunidades de bajos ingresos y las personas de color soportan una parte desproporcionada de los costos y los peligros del riesgo climático y de los daños causados por los combustibles fósiles. El paquete climático invierte $60 mil millones de dólares en comunidades sobrecargadas, y las normas que optimizan la calidad del aire mejorarán la salud de las personas que viven en el frente de la contaminación industrial.

Por último, al acelerar el cambio a formas más limpias y saludables de alimentar nuestro futuro, estas inversiones ayudarán a los Estados Unidos a romper su independencia de los combustibles fósiles que mantienen a nuestras familias y empresas como rehenes de las crisis de precios mundiales que escapan a nuestro control y que llenan los cofres de guerra de los beligerantes petroestados. Esa es la manera de lograr una auténtica seguridad energética.

Nuestro gobierno tiene un trabajo muy importante y es el de proteger a las personas a las que sirve de los riesgos actuales y las amenazas emergentes. El Congreso y la administración de Biden trabajan juntos para hacer frente a los crecientes peligros del cambio climático y la contaminación atmosférica. Nuestras familias, nuestras comunidades y nuestro país serán más fuertes por ello. Eso es algo que todos pueden celebrar el martes.

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