Abejas en una terraza de Manhattan

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La oficina de NRDC en Nueva York tiene nuevos inquilinos, tres colmenas de abejas en la terraza de nuestro edificio. Las abejas están ahora mismo zumbando tranquilamente en el techo, recogiendo néctar y polen de la flora apícola de los parques, jardines y terrazas de nuestros alrededores.

La apicultura se legalizó en Nueva York en Abril 2010. ¿Qué mejor manera de celebrar tan dulce acontecimiento que dándoles un hogar a nuestras amigas abejitas en nuestro propio techo?

Mi hermana Christine es apicultora en Westchester y el 14 de Junio, junto a su pareja Charles Branch, nos trajo tres colmenas con todo y reina acompañada por miles de abejas obreras afanosas. Las abejas atravesaron las calles de la Gran Manzana en sus colmenas hasta llegar a nuestras oficinas, donde fueron llevadas por elevador hasta su nuevo hogar en nuestra azotea. Empezaron a explorar su entorno urbano al solo quitarles las cubiertas que las mantenían en la colmena. 

Hoy en día, las abejas enfrentan un gran riesgo por un fenómeno llamado Síndrome de Desaparición de Colmenas (SDC), el cual resulta en el abandono de las colmenas por las abejas, dejando atrás su miel y su larva. Los apicultores reportan perdidas entre un 30 y un 90 por ciento de sus colmenas y el fenómeno alcanza todo EE. UU. y Europa.

Sabemos que una combinación de diversos factores puede ser responsable de este declive, tales como: el uso de pesticidas, las enfermedades, los parásitos, los hongos, la pérdida de hábitat y el calentamiento global. Esta reducción en las poblaciones de abejas tiene implicaciones preocupantes, ya que dependemos de las abejas para polinizar cada tercer bocado que ingerimos, que es equivalente a $15 mil millones en productos agrícolas en los Estados Unidos.

NRDC, la organización matriz de La Onda Verde, lucha contra la desaparición de las colmenas en varios frentes. Nuestro equipo litigante obtuvo una victoria importante en diciembre 2009 al invalidar la registración de un pesticida que es tóxico para las abejas, el spirotetramat. Este químico interfiere con la reproducción de las abejas y algunos estudios confirman que afecta la longevidad de las abejas adultas y la salud del panal. 

La corte ordenó a la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés) a reevaluar el pesticida y darle al público la oportunidad de opinar sobre su uso antes de aprobarlo de nuevo. Nuestro Centro de Ciencia continúa su lucha por las abejas, con la recopilación de datos sobre las causas detrás de la desaparición de colmenas, y con el cabildeo para más fondos en la investigación sobre las causas del declive en las poblaciones de abejas.

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La adición de las colmenas en la azotea del edificio forma un dulce complemento al trabajo que llevamos a cabo en las salas de los juzgados y en Washington, DC. Vivian Wang, una becaria legal, fue inspirada a tomar una clase de apicultura con la Sociedad de Apicultores de la ciudad de Nueva York (New York City Beekeepers Association) tras su trabajo con pesticidas. Ahora se cambia su traje de chaqueta por uno de apicultor para ayudar a cuidar nuestras colmenas.

Con suerte (y gracias a lo laboriosas que son las abejas), nuestra oficina en la Gran Manzana tendrá su primera cosecha de miel en tan solo unos meses. Mientras tanto, estas abejas ayudarán en la polinización de las plantas en los parques y jardines de Nueva York, convirtiéndola en una ciudad más verde.