Agua potable segura

¿Qué hay en tu agua potable?

Credit: Bigandt_Photography/iStock

Un agua potable limpia e inocua es lo que todos esperamos como lo normal cuando abrimos la llave en Estados Unidos o, mejor dicho, lo que todos esperábamos, hasta vivir una crisis como la contaminación con plomo en Flint, Michigan. De ahí en adelante, nos asalta la duda: ¿qué otros químicos podríamos estar bebiendo de nuestra propia agua?

“Flint nos puso a todos en Estados Unidos ojo avizor, pero ciertamente no es el único sitio con problemas de agua potable en el país”, afirma Erik Olson, director del Programa de Salud del NRDC. “Hay miles de ciudades y pueblos pequeños cuyos servicios de agua potable distribuyen agua con plomo y otros contaminantes a millones de personas”. El equipo de salud del NRDC lleva décadas en la lucha para proteger el agua potable, tanto a nivel local como nacional. De hecho, la directora de campañas nacionales de la organización sin fines de lucro Clean Water Action, Lynn Thorp, ha dicho públicamente que el NRDC ha sido el aliado más valioso en los esfuerzos para hacer cumplir la Ley del Agua Potable Segura. “Juntos hemos sido la principal entidad de vigilancia durante la implementación, paso a paso, de todas y cada una de las muchas partes de la ley,” añade.

Aunque se han celebrado victorias a lo largo de los años, la ciudadanía tiene que mantenerse alerta e informada sobre la posible presencia de contaminantes en tuberías, grifos y los recursos de agua locales. El presente artículo contiene lo que hay que saber para estar al tanto y no correr peligro.

Contaminantes en el agua potable

No se trata solo del plomo. Todo suplidor público de agua potable en Estados Unidos tiene que adherirse a ciertos niveles de calidad del agua. Siempre y cuando se cumplan dichos requisitos, afirma Olson, la mayor parte de los estadounidenses pueden tomar agua del grifo sin preocupación alguna. No obstante, las infracciones continúan siendo un problema generalizado, y algunas redes de abastecimiento contienen contaminantes que no están sujetos a reglamentación bajo la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA, por sus siglas en inglés).

Según un informe publicado por el NRDC recientemente, en el año 2015 unos 77 millones de estadounidenses recibieron servicios de agua potable por parte de redes de abastecimiento en violación de protecciones federales y más de un tercio de los mismos dependieron de redes en incumplimiento de estándares de salud. Millones más de estadounidenses reciben servicios de redes que no efectúan examinaciones de seguridad adecuadas o que no notifican a las autoridades de salud ni al consumidor sobre los resultados de las examinaciones. Esto implica que podrían existir muchísimos más riesgos ocultos.

Es muy posible que estos números minimicen la magnitud del problema, dada la supresión de informes y notificaciones, además del hecho de que muchos contaminantes ni si quiera son monitorizados ni reglamentados. Por ejemplo, la presencia de contaminantes comunes como el perclorato y el ácido perflurooctanoico/sulfonato de perfluorooctano (parientes químicos del teflón), es normal en el agua de millones de individuos, pero ya que estos no están sujetos a la reglamentación de la EPA, no figuran entre estas cifras que ya son monumentales de por sí.

Aquellos en grupos más susceptibles, como lo son las mujeres encintas y los niños, corren un mayor riesgo de complicaciones de salud, sobre todo a raíz de los siguientes contaminantes:

Plomo

Probablemente el más famoso de los villanos, este metal pesado se desprende por erosión o desgaste de tuberías y accesorios, particularmente si el agua que pasa por los mismos es corrosiva. La exposición conduce a problemas neurológicos y de comportamiento en niños y conlleva efectos adversos en la salud de adultos. “Es un problema más común en ciudades con sistemas de acueductos más antiguos”, afirma la científica del equipo de Salud del NRDC, Kristi Pullen Fedinick, “pero lo que la gente no sabe es que aun en los accesorios y grifos nuevos, hechos de latón, puede que haya una cantidad significativa de plomo. El hecho de que una residencia tenga menos de 20 años de construida, no asegura que la misma esté libre de plomo”.

PFAS

Estos “químicos permanente” que dañan la salud y se filtran en nuestras aguas subterráneas desde los vertederos y son vertidas por las industrias directamente en los cursos de agua, contaminan los sistemas de abastecimiento de agua de los 50 estados. Los PFAS (siglas de sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) se han relacionado con el cáncer (de riñón y testículos), alteraciones hormonales, problemas de hígado y tiroides, interferencias con la eficacia de las vacunas, daños reproductivos y desarrollo fetal anormal. La hoja de ruta estratégica sobre PFAS de la EPA aumentará la investigación sobre los impactos en la salud y pretende limitar la contaminación, incluidos los PFAS en el agua potable. Mientras tanto, el NRDC y nuestros socios siguen presionando al gobierno federal para que elimine gradualmente toda la clase de más de 12.000 sustancias químicas tóxicas, al tiempo que instan a los estados a adoptar niveles máximos de estos contaminantes.

Atrazina

Este compuesto químico que interfiere con el sistema endocrino es el pesticida más comúnmente detectado en el agua en Estados Unidos. Según estudios realizados por el NRDC, la presencia del contaminante es más común en las zonas del Medio Oeste y el Sur de Estados Unidos. La EPA monitoriza en la actualidad una muestra representativa de redes de abastecimiento a fin de determinar si la concentración de atrazina representa un riesgo de salud pública. No obstante, el NRDC ha hecho un llamado al gobierno a que elimine completamente por etapas el uso de dicho químico.

Patógenos

Bacterias, virus y parásitos que causan enfermedades y pueden acabar en los abastecimientos de agua cuando los mismos no reciben un tratamiento adecuado de desinfección. Afortunadamente el control actual de patógenos es muchísimo mejor de lo que fue hace un tiempo. Luego de un brote infeccioso propagado por el agua en Milwaukee en el 1993, durante el cual cayeron enfermos 400,000 individuos, cuenta Olson, “el NRDC tomó las riendas de la lucha para que la EPA efectuara cambios en su reglamentación”. Sin embargo, es evidente que todavía queda mucho por hacer.

Subproductos del tratamiento con cloro

La presencia en grandes cantidades de ciertos químicos que se utilizan en el proceso de desinfección del agua potable, como lo son los trihalometanos y los ácidos haloacéticos, podría ocasionar la incidencia de cáncer y de problemas reproductivos.

Arsénico

En el año 2000, la EPA estimó que alrededor de 36 millones de estadounidenses consumieron agua con una tasa de arsénico de 3 partes por cada mil millones; el mismo nivel que el NRDC había instado a la EPA a establecer como estándar. “La EPA había demorado hasta más no poder la actualización del estándar para el arsénico que había sido estipulado en la década de los 60, pero finalmente logramos que cedieran y actualizaran el nivel a base de la ciencia moderna a principios del nuevo milenio”, afirma Olson. Desde entonces y gracias a esto, los niveles de arsénico a través del país han disminuido, añade, pero todavía vale la pena mantenerse ojo avizor con respecto al contaminante.

Nitratos

Si bien es cierto que la presencia de nitratos en bajas concentraciones ocurre naturalmente en la tierra y vegetación, también es cierto que los mismos se han convertido en un contaminante generalizado, debido en parte a su uso como abono. La escorrentía proveniente de la producción agrícola industrial desemboca en los recursos de aguas superficiales y subterráneas, viniendo a parar en el agua potable. La EPA establece un límite de 10 partes por cada millón para los nitratos, los cuales pueden ser dañinos para las mujeres encintas y niños pequeños. En ciertos casos poco comunes, la exposición puede conducir al síndrome del bebé azul (cianosis), una enfermedad potencialmente fatal que impide la retención y distribución de oxígeno en la sangre.

Contaminantes radioactivos

La mayor parte de los elementos radioactivos que se encuentran en el agua potable ocurren de forma natural, pero el material radioactivo proveniente de la manufactura de armas nucleares, energía y medicamentos también pueden acabar en los abastecimientos de agua potable, mediante derrames, filtraciones o almacenamiento no adecuado de desechos. La exposición a estos puede causar cáncer y fallo renal.

Cloruro de vinilo

Utilizado en la manufactura de productos del derivado plástico PVC, como, por ejemplo, ciertos tipos de tubos, este contaminante carcinógeno puede desprenderse de tuberías viejas hechas de dicho material y ha dado positivo en el agua potable de un manojo de comunidades a través del país.

Perclorato

Este químico tóxico se utiliza en la elaboración de propergol, explosivos y bengalas, y puede interferir con la producción hormonal de la tiroides. Aunque se ha detectado la presencia de perclorato en el agua de al menos 26 estados, todavía no existe un estándar federal para el mismo. En el 2011, tras una ardua década de presión por parte de grupos ambientales y de salud encabezados por el NRDC, la EPA anunció que fijaría dicho estándar, pero al día de hoy ni siquiera ha propuesto reglamentación para el contaminante. Luego de que el NRDC le radicara una demanda a la EPA por incumplimiento con el término concedido por la Ley de Agua Potable Segura para tomar acción, la agencia se comprometió en el 2016, por decreto de acuerdo extrajudicial, a proponer en el 2018 un estándar inicial para el perclorato y estipular el estándar final para el 2019.

Fármacos

Acaban en el agua potable medicamentos por receta, mediante rastros presentes en la orina o cuando la gente decide echar al inodoro o por el desagüe medicamentos no utilizados. El NRDC ha peticionado a la Administración de Alimentos y Medicamentos que preste más atención a los medicamentos que están apareciendo en el medio ambiente, y además publicó un informe en el 2010 donde propuso recomendaciones sobre cómo reducir el flujo de dichos medicamentos a nuestros recursos de agua.

Preguntas frecuentes

Mi red de abastecimiento ha quebrantado los estándares federales referentes al agua potable. ¿Qué debo hacer yo?

Si recibe su servicio de agua potable de un Sistema público, revise el informe anual sobre la calidad del agua (al cual a veces se le conoce como “consumer confidence reports”), que ha de publicar la compañía de agua. Como regla general, lo envían por correo una vez al año junto con la factura, y debe además estar disponible por internet. El informe hace un resumen de los contaminantes detectados en el agua y si han rebasado el límite potencialmente dañino. La compañía de agua también tiene la obligación por ley de enviar notificaciones públicas en caso de que alguno de dichos niveles esté en violación de estándares de salud y seguridad. Además puede visitar la página de búsqueda del Sistema de Datos Referentes al Agua Potable Segura (SDWIS, en inglés) de la EPA y buscar el historial de cumplimiento de la red de abastecimiento en cuestión.

Si cree tener tuberías o accesorios de plomo, o si su suministro de agua proviene de un pozo privado, o si nota algún cambio en sabor, color o transparencia del agua, Olso recomienda solicitar una examinación del agua. Cabe la posibilidad de que su compañía de agua ofrezca examinaciones gratuitas a domicilio. De lo contrario, puede llamar a un laboratorio certificado para que efectúe la prueba. Comuníquese con la línea directa del Agua Potable Segura llamando al 800-426-4791 para obtener una lista de laboratorios con certificación estatal en su área. También puede encargar un examen de plomo en el agua a través de la organización sin fines de lucro Healthy Babies Bright Futures, la cual ofrece un sistema de pago basado en el presupuesto del cliente.

Luego instale un filtro de grifo certificado por NSF International o un sistema de filtración para la casa entera certificado para la eliminación de los contaminantes en cuestión. Para encontrar el filtro adecuado, marque los contaminantes que le preocupan bajo la sección “Declaraciones de Reducción para Unidades de Tratamiento de Agua Potable: Efectos de Salud”.

Si encuentra que su red de abastecimiento parece incurrir en infracciones serias o frecuentemente, comuníquese con su representante electo o con su programa estatal de agua potable y exija que se tomen medidas, o notifique el problema a la línea directa para el Agua Potable Segura de la EPA (800-426-4791).

Examinaron mi agua potable y dio positivo a altos niveles de plomo. ¿Qué hago?

Antes que nada, instale filtros certificados por NSF International para la eliminación de plomo. Luego siga los siguientes consejos:

  • Si una llave no se ha abierto por varias horas, antes de consumir agua de la misma, abra la llave y deje el agua fría correr al menos unos cinco minutos.
  • Utilice única y exclusivamente el agua fría, tanto para beber como para cocinar, ya que el agua tibia o caliente tiende a contener niveles más altos de plomo (y hervir el agua puede aumentar los niveles de plomo).
  • Saque y enjuague el aireador de la canilla o grifo, la redecilla de metal que está en la punta por donde sale el agua. Repita el enjuague semanalmente.
Tengo agua contaminada y un sistema inmune vulnerable. ¿Qué hago?

Para aquellos con un sistema inmune suprimido, incluyendo a las mujeres encintas, los niños chiquitos, los ancianos, pacientes en quimioterapia y aquellos con SIDA, la organización Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomienda lo siguiente:

  • Hervir el agua de beber, de cocinar o de preparar la fórmula para bebés (a menos que el agua contenga niveles elevados de plomo o arsénico); o
  • Tomar agua embotellada tratada mediante osmosis inversa, destilación o filtración con un filtro absoluto de 1 micrón (o menos).
¿Es mejor que sencillamente compre agua embotellada?

El agua embotellada es una solución útil a corto plazo en caso de emergencias de agua potable, pero no debería ser una solución permanente, ya que no necesariamente es más pura ni más segura que el agua del grifo. Como se menciona anteriormente, si va a optar por comprar agua embotellada, busque marcas que hayan sido tratadas mediante osmosis inversa, destilación o filtración con un filtro absoluto de 1 micrón (o menos).

Mi red de abastecimiento no aparece en la lista de infracciones de salud. ¿No me tengo que preocupar?

Hay muchas redes de abastecimiento, especialmente las redes grandes que prestan servicios a más de 100,000 personas, con las cuales no hay necesidad de preocuparse. No obstante, la ley misma contiene fallos. Por ejemplo, una gran cantidad de contaminantes bastante comunes, tales como el perclorato, el ácido perflurooctanoico y las algas nocivas, no se encentran sujetos a la reglamentación federal, por lo cual no aparecería una infracción de la EPA aun si se detectaran en el agua. Además, el reglamento sobre la frecuencia de muestreos permite que un alza momentánea en la presencia de contaminantes no se detecte. Está también el hecho de que los funcionarios locales podrían tratar de esconder resultados, no alertar al estado ni a la EPA sobre violaciones de salud o sencillamente no llevar a cabo los muestreos exigidos. Para estar verdaderamente tranquilo, es mejor encargar una prueba del agua.

¿A quién puedo comunicarle mis preocupaciones con respecto a la calidad del agua potable?

Comuníquese con su compañía de agua, con los miembros del consejo municipal, con el ayuntamiento o con la alcaldía. Exprésese claramente. Exhórtelos a solucionar los problemas y a mantener a la ciudadanía informada sobre el progreso que vayan teniendo. Comuníquese con sus legisladores estatales y federales y pídales que apoyen la asignación de fondos para proyectos de mejoras a la infraestructura hidráulica.


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