Ataques contra la Ley del Aire Limpio ponen a los latinos en peligro

Escrito con la colaboración de Valerie Jaffee

Por todo el país, millones de estadounidenses sufren las cargas de la salud debido a la contaminación del aire, enfermedades como el asma, el cáncer de pulmón y la bronquitis crónica. Los latinos nos encontramos entre las comunidades más impactadas, sufriendo enormemente los costos de buscar servicios de salud, días perdidos de escuela y de trabajo y en el peor de los casos, en vidas perdidas debido a los contaminantes del aire que amenazan la salud.

En el informe de 2004 del NRDC, Peligro oculto: amenazas a la salud ambiental en la comunidad latina, destacamos los impactos de la contaminación del aire en las comunidades latinas y la realidad que millones de latinos viven en zonas que no cumplen con las normas federales de calidad del aire.

Lamentablemente, estos números no han cambiado mucho en los últimos seis años. Los hispanos seguimos viviendo en gran número en zonas geográficas que sufren las más altas concentraciones de contaminación del aire y como resultado padecemos intensamente los efectos de esta contaminación.

Según los más recientes informes del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés)1 y la Asociación Americana del Pulmón (American Lung Association)2:

  • En  2006, el 26,6% de los hispanos vivían en condados donde no se cumplen las normas de 24 horas para partículas finas (PM2, 5) el mayor porcentaje de cualquier grupo étnico. (Fuente: CDC 2011);
  • Ese mismo año, 48,4% de los hispanos vivían en condados donde no se cumplen las normas de 8 horas para el ozono a nivel del suelo. (Fuente: CDC 2011)
  • En 2008, 4,7 millones de hispanos fueron diagnosticados con asma . (Fuente: ALA 2010)

Los científicos han conocido durante décadas que las partículas finas y el ozono, junto con otros contaminantes del aire, están asociados con problemas de salud agudos y crónicos, tales como la muerte prematura, el cáncer de pulmón, la exacerbación de las enfermedades respiratorias y cardiovasculares, inflamación pulmonar, asma, bronquitis y un aumento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Estos impactos son graves pero estos números no reflejan todas las consecuencias que se derivan de la contaminación del aire como los días de trabajo perdidos debido a enfermedad ya sea nuestra o de algún familiar que sufra problemas respiratorios como el asma o la bronquitis se traduce en días de salario perdido. Otros impactos son los días de escuela perdidos que causan atrasos en los estudios y los altos costos del cuidado de salud que afectan gravemente a todos los que no tienen seguro médico o ya están luchando con la recesión económica.

Los latinos se ven más impactados por estos costos de salud imprevistos ya que según los cálculos del CDC dos de cada cinco hispanos no tenían seguro de salud entre 2004 y 2008.

Desde 1970, la Agencia de Protección Ambiental (EPA en inglés) ha protegido la salud pública al establecer y hacer cumplir las normas para proteger la calidad del aire que respiramos y el agua que bebemos. Actualmente, sin embargo, algunos miembros del Congreso, respaldados por los más grandes contaminadores están tratando de detener a la EPA de proteger la salud pública, al remover las leyes existentes, como la Ley de Aire Limpio y bloqueando protecciones de aire que son necesarias.

La actualización de estas reglas impedirá decenas de miles de muertes cada año por enfermedades respiratorias, ataques cardíacos y otras enfermedades. El congreso debe defender nuestro aire limpio y la salud de nuestras familias, no los intereses de los grandes contaminadores corporativos.

Tu puedes evitarlo tomando acción (solo par a los residentes de EE.UU.).


1Centro para el Control y la Prevencion de Enfermedades, “Informe del CDC sobre las disparidades y desigualdades de salud” (CDC Health Disparities and Inequalities Report) Estados Unidos, 2011, enero 2011.

2 Asociación Americana del Pulmon, “Tendencias en la morbilidad y mortalidad del asma” (Trends in Asthma Morbidity and Mortality), febrero 2010.