Este blog fue publicado el 25 de septiembre en El Diario la Prensa
El presidente Obama habló esta semana frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el deber que todos tenemos de actuar por un mejor futuro global común. Esto no podría ser más cierto que en el ámbito del clima.
Tenemos un solo planeta, una atmósfera y los impactos del calentamiento global serán los mismos aquí o en la China. Pero tanto aquí, como allá, estamos por fin comprometidos a buscar soluciones. Sin embargo, faltando solo dos meses para la cumbre en Copenhague, en la que se analizará un nuevo acuerdo que reemplace al Protocolo de Kioto, el debate sigue sin llegar a un compromiso para tomar acciones concretas para actuar.
En este momento Estados Unidos está considerando una ley que, de ser aprobada, nos pondrá en la posición de líder ante todo el mundo en la nueva era de energía renovable. Sin embargo, fuerzas dentro de EE.UU. que prefieren seguir en el mismo camino, sin evolucionar y para su beneficio a costa del Planeta, se han opuesto a que EE.UU. surja como líder como dijo el Presidente en febrero:
"Sabemos que el país que aprovecha la potencia de energía limpia y renovable liderará el siglo XXI. Y sin embargo, es la China que ha puesto en marcha el mayor esfuerzo en la historia para lograr mejorar la eficiencia energética de su economía. Nosotros inventamos la tecnología solar, pero nos hemos quedado atrás de países como Alemania y Japón en producirla. Nuevos autos híbridos de conectar saldrán de nuestras líneas de ensamblaje, pero usarán pilas fabricadas en Corea".
Podemos escoger un futuro donde el desarrollo de esta nueva economía verde se desarrolle en el extranjero o liderar de nuevo. Pero realmente transformar nuestra economía, para proteger nuestra seguridad y salvar nuestro planeta, requiere que EE.UU. acepte su puesto como líder con propuestas firmes y explícitas como las que aprobó la Cámara de Representantes este verano.
La Ley Americana de Energía Limpia y Seguridad (ACES) reducirá la contaminación por carbón que causa la acidificación oceánica y el calentamiento global al establecer por primera vez en los Estados Unidos límites nacionales en las emisiones de carbono. La legislación reducirá las emisiones de carbono un 17 por ciento para el año 2020, y en un 80 por ciento para 2050. Ahora esperamos que el Senado fortalezca esta legislación, y cumpla con su promesa de guiar nuestro país en una dirección nueva y hacia un futuro de energía limpia y océanos sanos.
La Agencia para la Protección Ambiental (EPA) también ha tomado medidas para limitar la contaminación producida por carbón - como la norma que regula los combustibles en autos y camiones emitida la semana pasada.
Obama claramente concibe la urgencia de la crisis climática y los beneficios a nuestra economía, pero es hora de poner a un lado el debate. La crisis no nos esperará, llegó la hora de actuar o lidiar con las consecuencias.