El calor está cada vez más persistente y agobiante

Viendo las temperaturas elevadas este verano a través de los Estados Unidos, muchos nos preguntamos, ¿es este el calentamiento global? Y aunque no podemos decir con toda certeza, podemos decir que parece serlo.

Los eventos climáticos en Estados Unidos durante el mes de junio fueron aterradores: calor infernal, incendios feroces y tormentas severas, dejando a muchos sin hogar, otros heridos, e incluso muertos.

Informes recientes han confirmado que Estados Unidos experimentó los 12 meses más calurosos desde que se comenzó el registro de temperaturas en 1895. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) también público un informe donde afirman que el 2011 fue un año de fenómenos meteorológicos extremos y que nueve de los 10 años más calientes se han ocurrido a nivel mundial desde el año 2000.

Y mientras los expertos dicen que es difícil atribuir un evento específico al cambio climático, están de acuerdo que estamos aumentando nuestras posibilidades de este tipo de eventos climáticos extremos ocurran si seguimos cambiando el clima.

Si este es nuestro futuro, ¿cómo prepararnos?

Los expertos de salud advierten que el calor extremo puede ser peligroso para la salud, especialmente para niños y ancianos. El calor extremo puede causar deshidratación y en casos extremos, hasta un paro cardiaco. Cuando se empieza a sentir sed, el cuerpo ya está deshidratado.

Todos debemos tomar precauciones como tomar más agua, suspender las actividades al aire libre y permanecer en casa en el aire acondicionado pero no todos podemos darnos ese lujo. Si trabajamos en construcción, agricultura o jardinería no tenemos alternativa.  En estos trabajos las olas de calor pueden ser un peligro a la salud inevitable.

“El sol aquí afuera en la obra quema y el calor cuando uno anda cargando herramientas y con rodilleras se siente peor.” Mario, carpintero

Durante estas semanas, donde las mismas áreas afectadas también han sido afectadas por tormentas devastadoras que han dejado a miles sin electricidad, la crisis es aun peor.

Reducir las emisiones, un paso crucial

En la lucha contra los retos del cambio climático, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, es el primer paso.

Ya sabemos que las altas temperaturas causan salpullido, migrañas e insolación. También contribuyen al empeoramiento de la contaminación por esmog en el aire.  Respirar aire contaminado puede inflamar el tejido pulmonar profundo. Con el tiempo, la inflamación repetida puede cicatrizar el tejido pulmonar permanentemente, aun en concentraciones bajas.

La contaminación de smog también es peligrosa para personas que sufren de asma ya que puede desencadenar ataques. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades informó que 24,6 millones de estadounidenses sufren de asma – un aumento del 12 por ciento en la última década. Uno de cada seis niños afroamericanos tiene asma, mientras que los latinos tienen tres veces más probabilidades de morir de asma que otros grupos raciales o étnicos.

Además del calor y el smog, las decenas de miles de estadounidenses que viven cerca de los incendios forestales de este verano enfrentan otro peligro: el humo. El Centro para el Control de Enfermedades informa que el humo de los incendios forestales puede dañar los ojos, irritar el sistema respiratorio y empeorar una insuficiencia cardíaca crónica y las enfermedades pulmonares.

Para completar el cuadro, Estados Unidos está sufriendo la sequía más extensa desde los años 1950. Esta sequia afecta ahora el 55% del territorio continental de EE.UU., según la Administración Nacional para los Océanos y la Atmósfera de Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés). Y el pronóstico de clima prevé condiciones cada vez más secas sobre gran parte del granero de la nación, lo cual podría resultar en precios de comida más altos y ganancias reducidas para granjeros y agricultores.

Es hora de que tomemos acción para prevenir aun peores impactos

En Estados Unidos, la Agencia para la Protección Ambiental (EPA por sus siglas en ingles) ha propuesto una nueva norma que limita la contaminación de carbono de las centrales eléctricas. Esta norma es un crucial primer paso hacia proteger la salud de nuestros niños y familias. Esta norma también ayudara a inspirar innovación en tecnologías limpias y crear empleos en EE. UU.

Pero este es solo un primer paso. Aun necesitamos controlar las emisiones de las centrales existentes, seguir reforzando las normas de eficiencia para automóviles y controlar la desforestación.

Los gobiernos tienen que saber que nosotros queremos que estos impactos sean controlados. Alcemos nuestras voces y pidamos el cambio. Aprende como en Latinoamérica podemos motivar un cambio.