Gingrich se une al coro pro-contaminador

Hoy los contaminadores tienen razón por la cual celebrar. Según informes, Newt Gingrich, el ex presidente de la Cámara de Representantes y candidato presidencial republicano, hizo un llamado el martes en Iowa para abolir la Agencia de Protección Ambiental (EPA) y acabar con el uso de reglamentaciones para proteger la salud pública.

Para los grandes contaminadores, cuyas contribuciones serán claves en las campañas de políticos como Newt, esto es muy buena noticia ya que sus intereses económicos ya no tendrían que preocuparse por respetar la salud pública. Esta noticia además debe contentar a aquellos congresistas como el presidente del Comité de Energía y Comercio Fred Upton(R - MI)—quienes buscan esposar la Agencia de Protección Ambiental y prevenir actualizaciones a la Ley del Aire Limpio diseñadas para salvar vidas humanas y prevenir graves enfermedades.

Desde que asumió su cargo, el representante Upton estableció un plan para prevenir que se actualice la Ley del Aire Limpio, la cual protege la salud pública de una gran variedad de contaminantes tóxicos en el aire. Empleados del Upton ya se han reunido con representantes de las industrias contaminantes para discutir su “estrategia para esposar” los planes de la EPA y buscar la mejor manera de apoyarse el uno al otro para prevenir que la EPA proteja la salud pública.  Un memorando publicado por el comité de Upton el 18 de enero 2011 hizo claro que el comité intenta bloquear los planes de la EPA para establecer los primeros límites para la contaminación del carbono entre otras.

Es difícil imaginar que un padre de familia como Upton y otros podrían estar tan desconectados de la realidad como para proponer un plan que sin duda perjudicará la salud pública—especialmente ahora cuando tantos en este país se encuentran sin trabajo y sin recursos para pagar los costos del cuidado de salud. Pero con la admisión de Gingrich hoy, parece que el coro contra el bienestar público se sigue ampliando.

Estas drásticas y peligrosas propuestas llegan en un momento cuando la EPA se prepara para actualizar varios estándares que son claves para la protección de la salud humana. Entre ellas:

  • La actualización de los estándares de smog para que menos niños se expongan a la contaminación tóxica de ozono a nivel de suelo.
  • La actualización de las protecciones de salud respeto al humo de hornos de cemento y fuentes industriales de contaminación tóxica de mercurio y otros tóxicos.
  • La reducción de partículas emitidas por una gran variedad de fuentes, las cuales penetran profundamente los pulmones contribuyendo a una gran variedad de enfermedades y a la muerte prematura de miles de personas cada año.

Todas estas reglamentaciones son críticas si vamos a lograr controlar las enfermedades respiratorias y cardiovasculares en este país. En este momento casi el 10% de la población infantil en EE.UU. sufre de asma. Y para la población hispana y afro-americana los números son aun mas altas (niños hispanos 18.4% y afroamericanos 14.6%). Con estos números debemos estar buscando más protección, no menos. Sin embargo estas propuestas buscan precisamente eso: favorecer a los contaminadores a costas de las vidas de nuestros hijos.

Quizás realmente son tan ingenuos estos políticos de pensar que dejarle a los propios contaminadores su propia supervisión es buena idea. Pero todos sabemos que las buenas intenciones raramente llevan a un buen resultado y mucho menos cuando se trata de una industria que prefiere contaminar y proteger sus ingresos en vez de modernizar y proteger al público.

Gústenle o no, debemos reconocer que será necesario seguir creando e imponiendo estándares que protejan nuestra salud, y mantener una agencia que se encargue de asegurar que los contaminadores cumplan con estas normas. Es por eso que el presidente Nixon, quien estableció la EPA, afirmó la necesidad de una agencia "fuerte e independiente." Precisamente así es como la EPA ha logrado prevenir millones de muertes prematuras, enfermedades pulmonares y cardiovasculares y  millones de casos de enfermedades respiratorias en niños y adultos desde su incepción.  

Esas muertes fueron prevenidas, esas enfermedades fueron evitadas, y esos niños fueron salvados porque la EPA llevó a cabo su labor de establecer límites y obligarle a los contaminadores a rendirnos cuentas a nosotros y proteger la salud pública, y no los intereses políticos.