La guerra contra nuestra salud

La cámara de representantes aprobó hoy una ley que afecta el medio ambiente y nuestra salud mientras beneficia a la industria del carbón. Esta legislación, titulada, “Stop the War on Coal (Frena la Guerra contra el Carbón), H.R. 3409, consiste de cinco proyectos de ley que dan vuelco a las leyes críticas de aire limpio y los estándares de agua potable. Buscan: prevenir que la Agencia de Protección Ambiental (EPA) entable normas para limitar gases de efecto invernadero (GEI), previene que se dicten normas para automóviles y camiones de servicio pesado, prohíbe que se ponga en pie el nuevo estándar de mercurio y tóxicos del aire; y prohíbe que se establezcan normas de nivel federal para regular el manejo y la disposición de cenizas de carbón.

Partidarios republicanos movilizaron apoyo para este proyecto de ley buscando deshacer las medidas adoptadas por la administración para proteger la salud de nuestras familias sin tener en cuenta el hecho de que la protección de la salud de todos nosotros debe ser al menos tan importante como crear empleos.

Paso mayor parte de mi tiempo trabajando con la comunidad Latina y como asesora del grupo Voces Verdes y sé que para las personas que tienen que vivir y respirar la contaminación causada por plantas eléctricas a base de carbón, proteger el aire y el agua no es cuestión de broma. Para estas comunidades, las cuales sufren enfermedades causadas por la contaminación en números alarmantes: por ejemplo, uno de seis niños Afro-Americanos sufre de asma comparado con 1 de cada 10 niños blancos. Similarmente, los niños latinos tienen niveles de mercurio más altos comparados con niños blancos no-hispanos y un 43 por ciento viven o trabajan cerca de sitios tóxicos como centrales eléctricas a base de carbón.

Sin nuestra salud no tenemos nada. Así que mientras debemos preocuparnos por las pérdidas de empleos también debemos reconocer que el futuro del carbón también ha sido afectado por las fuerzas del mercado como el aumento en el uso del gas natural y otras formas de energía alternativa como la eólica y solar y los estadounidenses están listos para este cambio. Una encuesta reciente encontró que un 64 por ciento de los estadounidenses apoyan los esfuerzos del Congreso para avanzar hacia una economía de energía limpia. Entre los Latinos, el apoyo es incluso más fuerte con el noventa por ciento de los votantes latinos apoyando la energía limpia sobre los combustibles fósiles y 83 por ciento de Latinos acordando que las plantas de carbón y refinerías de petróleo son una cosa del pasado.

Las empresas apoyan igualmente un avance hacia la energía limpia. El grupo nacional, no partidista, Chambers for Innovation and Clean Energy, ha hecho un llamado al Congreso para extender el incentivo fiscal para la energía eólica, el crédito de impuestos de producción (PTC). Se unieron a 19 compañías, incluyendo marcas de gran consumo y varias empresas de la Fortune 500 en su apoyo por la energía renovable.

Nuestras empresas necesitan certeza en la política para invertir y competir. Nuestras comunidades necesitan aire limpio y agua para prosperar. La intervención del Congreso para proteger a los contaminadores ignora lo que la mayoría de los estadounidenses quieren y pone nuestro bienestar e impide la capacidad de que nuestro país compita a nivel global.  Es hora de dejar de proteger a los contaminadores y empezar a proteger al público.