El sueño del Dr. King no se ha cumplido para algunas comunidades

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Soy una gran admiradora de Martin Luther King Jr.  El discurso del Dr. King siempre me ha conmovido de una manera que pocos pueden. Así que cuando el tema surgió durante una conversación con un colega, me sentí obligada a escribir mis reflexiones sobre lo mucho que todavía nos falta por hacer cumplir el sueño del Dr. King.

Lamentablemente, no necesitamos ir muy lejos para ver el odio. Los recientes debates presidenciales son buen ejemplo ya que las respuestas más odiosas son recibidas con aplausos entusiastas. Así fue la ronda de aplausos que recibió Rick Perry cuando hizo alarde del número de ejecuciones llevadas a cabo bajo su mandato como gobernador de Texas, o la pregunta planteada por FAIR, un grupo anti-inmigrante en el debate Fox / Google: "¿Usted va a ejercer un esfuerzo para detener el abuso de los ciudadanos de los EE.UU. por los ilegales? "

Dondequiera que miremos podemos ver los intentos de dividir y oponer. “Las Estrellas” del partido del "NO" en Washington han ganado sus medallas oponiéndose a propuestas para proteger la salud, el aire limpio, la energía limpia, incluso los derechos a votar. Algunos a la cabeza son financiados por los partidarios del Tea Party, Charles y David Koch, quienes tienen sus manos en todo, desde asegurar que no tengamos aire limpio hasta impulsar la proliferación de leyes de supresión de votantes en todo el país. En ambos casos los que más sufrirán  los impactos serán los ancianos, las minorías y los ciudadanos con discapacidades.

Esta realidad está lejos de alcanzar la igualdad que soñó, lucho y por la cual Dr. King perdió su vida.

Casi 50 años después de su muerte, su sueño sigue siendo un sueño para muchos. Los grupos minoritarias más grandes en el país, los afroamericanos y los latinos, seguimos viendo menos riqueza, más pobreza y desempleo. La tasa nacional de pobreza aumentó el año pasado a 15,1 por ciento, el nivel más alto en 17 años. La caída fue peor para las mujeres, los hispanos (27 por ciento) y los afroamericanos. Y si los últimos años nos han enseñado algo, es que una enfermedad o un puesto perdido, podría dejarnos a muchos en esa misma situación.

Pero la desigualdad nos afecta de una manera aun más peligrosa: Está afectando el bienestar de millones de adultos y niños a diario, incluso en algunos de nuestras más grandes ciudades. ¿Lo duda? Visite su basurero local, una central eléctrica a base de carbón, o un centro industrial. Las probabilidades son bastante altas que la gente que vive alrededor de estas instalaciones son pobres, y en muchos casos afroamericanos o latinos.

Aquellos de nosotros que podemos sencillamente visitar y luego regresar a casa, lejos de estas zonas contaminadas, podemos pretender que hemos dejado atrás el impacto de esta contaminación, pero nos estamos engañando. La contaminación no conoce fronteras y aunque no la vemos a diario por la ventana, sus impactos como los efectos del odio y la desigualdad, nos afecta a todos.

Los ataques contra la protección del medio ambiente deben ser vistas por lo que son: ataques contra todos nosotros, contra nuestra salud, contra nuestra economía y contra el futuro de nuestro país. ¿Cómo vamos a pretender que hay igualdad de oportunidades cuando muchos ni siquiera tienen aire limpio para respirar?

Leyes como la Ley de Aire Limpio salvan vidas, reducen y previenen enfermedades del corazón y enfermedades graves en los niños y hacen posible que las personas lleven una vida saludable para que logren trabajar, aprender y prosperar.

Mi esperanza es que podamos honrar el legado del Dr. King con nuestro apoyo por un futuro donde el aire, los alimentos y el agua limpia estén a la disposición de todos, sin diferencias. Sólo entonces podremos alcanzar la verdadera igualdad.