2011: Números rojos en el Balance Ambiental

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Columna de Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram, publicada en portal El Quinto Poder el 03 de enero de 2012, y en el sitio de Fundación Terram.

 

 

Aunque el 2012 se inicia cruzado por los incendios forestales que afectan el país, no podemos dejar atrás todo lo que ocurrió el 2011, permitiendo que el humo y la mala memoria se lleven los acontecimientos ambientales del año que terminó sin hacer una  evaluación.

El 2011, será el año de las movilizaciones ciudadanas, las que se iniciaron con las protestas por el alza del gas en Magallanes, siguieron con masivas manifestaciones a lo largo de todo Chile en rechazo a la aprobación del proyecto HydroAysén, para luego dar paso al movimiento estudiantil. También el 2011 fue el año en que el gobierno dejó de aparentar su compromiso con una agenda ambiental verde, distinta de la Concertación y se alineó al lado de los grandes intereses corporativos. Así, vimos que desde el Presidente de la Republica, pasando por los Ministros Golborne y Hinzpeter, todos apoyaron públicamente el proyecto HydroAysén, pero también la termoeléctrica Castilla, Pacífico, Patache, entre otras. Sin ir más lejos, éstas mismas autoridades permitieron la aprobación del proyecto Mina Invierno en Isla Riesco y varios otros.

El 2011 fue el año de la contaminación, los episodios de intoxicaciones ocurridas en la Bahía de Quintero, que afectaron  alumnos y profesores de la escuela de La Greda. Episodios que deberían quedar en nuestra memoria como testimonio de lo que “no se debe hacer”. Lo ocurrido en la Greda es un “emblema negativo”, pues representa una zona que ha sido abandonada por las autoridades de salud y ambiente, una zona donde se ha dejado a la gente a su suerte, sin garantizarle las más mínimas condiciones de vida y el derecho constitucional a vivir en un medio ambiente libre de contaminación. Una zona donde por más de cuarenta años y bajo distintos marcos regulatorios y gobiernos se ha permitido el establecimiento de un “polo de desarrollo industrial”, sin importar qué pasa con la salud de las personas y los ecosistemas o cómo se afectan las actividades económicas locales. Lo que es peor aún: sin importar qué pasa con los niños. Si bien lo que ocurre en la zona, la contaminación del agua, aire y suelo, no es culpa de este gobierno.

La gestión Piñera perdió su oportunidad de mostrar su lado verde y jugársela por la ciudadanía. Durante 2011 vimos muchas declaraciones de prensa de Ministros y Subsecretarios, informes de Seremis y visitas a terreno, pero no se paralizaron las industrias, no se está haciendo una evaluación de los daños en la población y ecosistemas,  y las industrias siguen operando y por tanto contaminando. Más allá de lo que digan las autoridades ambientales, sabemos que los acuerdos de producción limpia sirven poco o nada y que  la Superintendencia de Medio Ambiente no puede por ahora fiscalizar y sancionar; todo está en manos de salud. Nadie dice nada y la gente del sector de la Bahía de Quintero, esa que las propias autoridades han llamado “zona de sacrificio” sigue condenada a la contaminación. Por eso esperamos que el año 2012 venga mejor para ellos y que se logre iniciar un camino eficaz para reducir los índices de contaminación en la zona. Esperamos que se respeten los derechos humanos de la gente que habita ese territorio y que tengan la oportunidad, al menos, de opinar sobre su destino y la calidad de vida que quieren alcanzar.

La zona de la escuela de La Greda es un emblema de lo que no queremos que se repita en otros lugares de Chile, como Tocopilla, Huasco o Concepción, por nombrar sólo algunos. Necesitamos con urgencia avanzar en políticas públicas que protejan a las personas, que respeten sus derechos y les garanticen condiciones para vivir en un medio ambiente adecuado. El 2011 fue el año en que la ciudadanía demostró sus intereses y preocupaciones. Por ello, si queremos un país justo y democrático, es hora de mirar hacia la gente y no hacia los beneficios de las grades corporaciones que, como lo hemos visto, dañan el medio ambiente y la salud de las personas.