¿Cuánto vale el último vaso de agua en el desierto?

¿Cuánto vale el último vaso de agua en el desierto?

Escrito por Meredith de la Garza, Coordinadora Ajunta del Programa de Conservación Marina en la Sociedad de Historia Natural Niparajá (Baja California Sur, Mexico)

Los habitantes de Baja California Sur somos los mexicanos que menos disponibilidad de agua potable tenemos en el país: sólo 900 metros cúbicos al año, cuando el promedio nacional es de 4 mil 200, de acuerdo a fuentes oficiales de CONAGUA. Esto, aún considerando que somos un estado con baja densidad poblacional, menos 600 mil habitantes y ningún centro urbano con más de 200 mil personas. Aquí llueve menos de la tercera parte que el promedio nacional, apenas 210 milímetros al año, contra un promedio nacional de 772.  

Con pocas lluvias, y una creciente demanda por el agua, siete de nuestros acuíferos están sobre explotados, lo que significa que la lluvia no es suficiente para recargarlos. Existen cuatro acuíferos en equilibrio, es decir, que la escasa lluvia permite su recarga, y sólo en un acuífero se recarga más agua de la que utilizamos. Este es el acuífero de Santiago y funciona como nuestra única “cuenta de banco” donde los “depósitos” (lluvia) exceden los “retiros” (extracciones para uso humano). Es de esperarse que en la región más árida de México este acuífero sea manejado de manera responsable y pensando en el futuro. Pero, no es así.

Hace un par de años, fue autorizado un proyecto a gran escala llamado Cabo Cortés. En resumen, se trata de un complejo con 30,000 habitaciones, 2 campos de golf, una marina para 490 embarcaciones, un pequeño aeropuerto y una ciudad de apoyo para quienes trabajen construyendo y operando este destino turístico. Al aprobarlo, la autoridad ignoró a sus propios expertos y obvió hechos importantes, autorizando la concesión de un volumen considerable de agua en una zona desértica.

A los promoventes de este complejo turístico, se les ha concesionado nuestro último acuífero saludable, el acuífero de Santiago. La tercera parte del agua que va a consumir Cabo Cortés, la obtendrá de este acuífero. El volumen de agua concesionada, equivale, como mínimo, al consumo diario de 82 mil habitantes.

Cabo Cortés pretende obtener las otras dos terceras partes del agua que utilizará a partir de la desalación de agua de mar, para lo que planea construir una planta desaladora que produzca 750 litros por segundo. La operación de una planta de esta magnitud, si no es planeada con gran cuidado y bajo los criterios ambientales adecuados, puede causar enormes daños a los ecosistemas. Los documentos de la empresa ofrecen información incompleta sobre los criterios para construir la desaladora.

¿Qué significa todo esto para los sudcalifornianos? De entrada pérdida de nuestro último acuífero, daños a la vida marina por cambios en la calidad del agua, un incremento exponencial en la cantidad de visitantes, migraciones importantes a las zonas aledañas. Es al mismo tiempo fácil y aterrador imaginar los retos que enfrentaremos frente a una migración masiva, en una zona desértica, escasamente poblada y con pocos servicios públicos disponibles.

En el centro del debate está el modelo de desarrollo que se debe seguir en el estado más árido del país. Turismo sí, pero ¿cómo? ¿Es el modelo de Cabo Cortés el ideal para esa zona?

El desarrollo bien planeado está en el interés de todos. Tenemos que encontrar una forma en la que la inversión que genere empleos y riqueza sea congruente con las condiciones de nuestro estado. Aquí no sólo hay paisajes espectaculares, vivimos día a dia el reto de vivir en el el estado más árido del país.

Hoy, que es día mundial del agua, los habitantes de Baja California Sur, invitamos a nuestras autoridades a generar espacios para planear de manera responsable el futuro del agua de nuestra región. Invitamos también a los empresarios a proponer iniciativas responsables y acordes a nuestro estilo de vida y a las características de nuestra región ¿Es justo concesionar el último acuífero saludable a una empresa, a costa de las generaciones futuras?

La comunidad, diversas organizaciones de la sociedad civil, investigadores y cientos de ciudadanos interesados en la conservación de Cabo Pulmo, hemos integrado Cabo Pulmo vivo (www.cabopulmovivo.org) y hemos puesto manos a la obra con diversas acciones encaminadas a garantizar la sustentabilidad de nuestra región.

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