Es el momento en que Chile mire hacia adelante y tome la decisión acerca de su futuro energético en la celebración de su Bicentenario este fin de semana

(escrito el 19 de septiembre 2010)
Este fin de semana es la celebración del Bicentenario de la independencia de Chile de España. Por cuatro días (del viernes al lunes), los chilenos están celebrando la historia de su país con comida, bebidas y bailes tradicionales así como varios festivales.
Al a vez, también es una oportunidad para que los chilenos miren hacia adelante y tomen decisiones cruciales acerca de su futuro energético. Están en la libertad de continuar su dependencia de enormes y destructivos proyectos hidroeléctricos y plantas de energía a base carbón sucio, o buscar un camino más limpio y seguro para convertirse en líder regional en tecnología renovable y eficiente. En el viaje próximo del presidente Piñera y del Ministro de Energía Ricardo Raineri a los Estados Unidos, esta semana, será cuando reafirmen el compromiso de Chile a producir energía limpia, destacando la importancia de esta decisión vital.
Hablar de energía es muy común ahora en Chile, haciendo esto más evidente que ha llegado la hora para que Chile tenga una discusión abierta y completa acerca de su creciente futuro energético y así gobierno introduzca una ley de energía estratégica para tomar en cuenta todo los recursos (como fue recomendado por la Agencia Internacional de Energía en la Revisión de Políticas Energéticas del 2009). Los dos gigantes proyectos planeados están enfrentando nuevas demoras y desafíos. Recientemente, el gobierno aplazó por tres años la fecha para la construcción propuesta por HidroAysén, un esquema masivo hidroeléctrico de 2750MW que estancaría dos de los ríos más antiguos de la Patagonia. El impacto ambiental y social que estas represas y el acompañamiento de la línea de transmisión de 2200 kilómetros causarían en este parque natural intacto- uno de los BioGemas de NRDC- sería tremendo y fácilmente irreversible. Un estudio técnico realizado en el 2009 demostró que la producción de esta energía ni siquiera es necesaria. Castilla, la propuesta de una planta de energía a base de carbón, acaba de perder un caso importante en la corte que le impediría su construcción.
A principios de este mes, la derrota de Barrancones, una planta a base de carbón (un proyecto GDF de Suez propuesto para su construcción a lado del área marina protegida llamada Punta de Choros) llamo la atención popular hacia el desarrollo de energía sucia del país y demostró que las preocupaciones sobre el ambiente son reales e importantes. Al doblar el estándar de la cartera nacional renovable al 20% de generación de energía para el 2020, el Presidente Piñera elevó el perfil potencial de Chile para una energía renovable no convencional. (La frase “energía renovable no convencional” es usada en Chile para excluir los proyectos hidroeléctricos sobre 20MW de esta categoría.) El ministro Raineri está fomentando el desarrollo geotermal ofreciendo 170 nuevas concesiones e invirtiendo $200 millones en apoyo a los proyectos geotermales.
El próximo viaje del Presidente Piñera y del Ministro Raineri a los Estados Unidos será ideal para que así se comprometan a la creación de políticas que incentiven a los sectores de energía no convencional renovable y eficiente. Chile necesita nuevas políticas para crear un mercado seguro para las empresas nacionales e internacionales que buscan invertir en energía potencial no convencional renovable. Estos nuevos proyectos estarían en línea relativamente rápido, y podrían responder flexiblemente a la nueva demanda de estos proyectos como sea necesario. Las medidas de eficiencia, tales como el desacoplamiento de las tarifas eléctricas y nuevos estándares para el equipo industrial o aparatos residenciales, podrían dramáticamente ayudar a que el país alcance el objetivo del “20% para el 2020” al reducir el monto total de energía consumida (de esta manera logrando que el crecimiento de energías renovables no convencionales represente un mayor porcentaje del total.) Estos avances crearían trabajos, fomentarían el crecimiento económico, y ubicarían a Chile en el camino a ser el verdadero líder regional. Las alternativas como los esquemas hidroeléctricos masivos como HidroAysén, y la a colosal planta a base de carbón como Castilla- estancarían al país en una dependencia energética sucia y ambientalmente destructiva para las generaciones venideras.
¡Feliz Bicentenario Chile! Soy afortunada de estar en Santiago en estos momentos y ser capaz de presenciar el entusiasmo con el que los chilenos celebran sus 200 años de independencia.

Así como el gobierno chileno celebra al verse reflejado en el pasado, también debería mirar hacia adelante y asegurarse de tomar las decisiones correctas para ayudar al país con su transición a una energía limpia, eficiente y sustentable para el futuro.