
Queda claro que los incentivos de la regulación eléctrica chilena son incorrectos cuando para hacer frente a un aumento en la demanda, las distribuidoras invierten primero en la opción más cara, social y ambientalmente dañina –construir más infraestructura— y no en eficiencia energética. El desacople plus, una política aplicada exitosamente hace años en California modifica esos incentivos. Implementar esta política en Chile le permitiría al país aprovechar todos los beneficios de la eficiencia energética, tales como cuentas de luz más bajas y evitar la construcción de nueva infraestructura eléctrica, entre muchos otros. Entonces, ¿que estamos esperando?
Chilectra anunció que invertirá $600 millones de dólares en los próximos 5 años en construir subestaciones y líneas, y reforzar la infraestructura existente para hacer frente al crecimiento de la demanda eléctrica en la Región Metropolitana, que estima crecerá el año 2012 en un 4,5%.
Estos US$600 millones van a ser pasados a tarifa, por lo que van a ser pagados por los clientes de Chilectra. Si usted vive en Santiago, lo más probable es que sea cliente de Chilectra.
Dado que usted va a financiar esta inversión, la pregunta que le hago es ¿dónde prefiere invertir ese dinero?
Hay básicamente dos formas de hacer frente a un incremento en la demanda eléctrica. Una opción es invertir en más infraestructura como lo está haciendo Chilectra y la otra es invertir en eficiencia energética. Antes de comparar estas dos opciones, es necesario hacer una precisión.
La cuenta de luz que pagamos en nuestras casas está formada por diferentes cobros. A grandes rasgos, en la cuenta de luz hay un cobro por la electricidad que consumimos (generación), otro por trasportar esa electricidad (transmisión) y otro para pagarle a Chilectra para que lleve esa electricidad a nuestra casa (distribución). Los US$600 millones que invertirá Chilectra sólo corresponden a inversiones en distribución, por lo que para calcular el costo de producir electricidad habría que sumar a ese monto los costos de generación y transmisión.
Habiendo hecho esa precisión, comparemos nuestras opciones. La primera es invertir en generar, transmitir y distribuir más electricidad. De acuerdo a un estudio encargado por el Gobierno y realizado por la consultora Systep en el año 2009, un cliente residencial paga alrededor de $120 por cada kilowatt hora de electricidad.
Nuestra segunda opción es invertir en eficiencia energética. Systep –adaptando información de California a Chile— señala que el costo total por kilowatt hora evitado, es decir el costo de implementar programas de eficiencia energética que le permiten a las personas el mismo nivel de confort o producción sin la necesidad de producir, transmitir y distribuir un kilowatt, seria de $18,1, esto es, a lo menos seis veces más barato que producir, transportar y distribuir esa energía.
Teniendo esa información, le pregunto nuevamente ¿en dónde prefiere invertir su dinero? ¿En construir más infraestructura o en programas de eficiencia energética que no sólo son a lo menos seis veces más baratos, sino que no tienen los efectos medio ambientales y sociales negativos que tiene la construcción de centrales, de más líneas de transmisión y distribución y de subestaciones de energía?
Si bien la eficiencia energética no es suficiente para satisfacer todo el incremento en la demanda de electricidad si puede satisfacer parte de ésta. La pregunta que surge entonces es, ¿si la eficiencia energética es la forma más costo-efectiva, ambiental y socialmente amigable de satisfacer parte del incremento de la demanda de electricidad, por qué las distribuidoras de electricidad como Chilectra no invierten primero en eficiencia energética y luego el construir más infraestructura? O dicho de otra forma, ¿Por qué no invierten en la solución que cuesta a lo menos seis veces menos y que no tiene ninguno de los efectos dañinos para el medio ambiente o las comunidades locales?
Hay varias razones que explican esto, pero una de ellas es que nuestra regulación no sólo no mandata a las distribuidoras a invertir en eficiencia energética cuando ésta es la forma más costo-efectiva de satisfacer el aumento en la demanda de electricidad, sino que la regulación eléctrica produce un incentivo perverso de acuerdo al cual las distribuidoras ganan más cuando más energía distribuyen. Así, hoy día invertir en eficiencia energética va en contra de los intereses comerciales de las distribuidoras.
La solución a este problema ya existe y consiste en modificar la regulación eléctrica para implementar la política pública del “desacople plus”. Esta política no sólo elimina el incentivo perverso que tienen hoy las distribuidoras eléctricas para no invertir en eficiencia energética, sino que establece metas obligatorias de eficiencia energética que las distribuidoras deben cumplir a través de la implementación de programas que ayuden a los clientes de su área de concesión a consumir menos energía manteniendo al menos el mismo nivel de confort y producción que tienen actualmente. Esta política ha sido aplicada hace años en California con increíbles beneficios para sus habitantes quienes al haber reducido su consumo, pagan cuentas de electricidad sustancialmente más bajas que el resto de Estados Unidos. Asimismo, gracias a esta política se ha evitado la construcción de nuevas centrales y creado un mercado de servicios en eficiencia energética que genera empleo para el estado, entre otros muchos beneficios.
Es por esto que en el año 2009 el Gobierno encargó a Systep el análisis de la implementación del desacople plus en Chile. Ese mismo año, la APEC (Asia-Pacific Economic Cooperation) recomendó a Chile modificar su regulación eléctrica para implementar varias medidas del desacople plus; misma recomendación que hicieron la Comisión Asesora Presidencial (CADE) y la Comisión Ciudadana Técnico-Parlamentaria a fines del año 2011.
La pregunta ahora entonces es ¿qué estamos esperando para hacerlo?
Para más información sobre el desacople plus ver Eliminación de los incentivos para promover la eficiencia energética, Natural Resources Defense Council.
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Daniela Martinez Gutiérrez es abogada de la Universidad de Chile y Master en Derecho (LL.M) de la Universidad de Harvard. Desde el año 2008 al 2010 trabajó como asesora del Ministro de Energía de Chile y luego como investigadora del Centro de Regulación y Competencia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Actualmente se encuentra trabajando en NRDC como colaboradora en el proyecto de promoción de eficiencia energética en Chile.