Congreso Mundial de la Naturaleza insta a Chile a proteger la Patagonia del desarrollo de infraestructura de transmisión de HidroAysén

El Congreso Mundial de la Naturaleza de la UICN demostró  la preocupación que existe a nivel internacional por el proyecto de mega-represas de HidroAysén mediante la aprobación de una moción que pida  a Chile asegurar la protección de la Patagonia de la construcción de infraestructura de transmisión eléctrica ligada al polémico proyecto. La construcción de una nueva línea de transmisión para conectar las represas de HidroAysén a la principal red eléctrica de Chile significaría atravesar paisajes prístinos y podría abrir la región a una mayor industrialización. Afortunadamente, Chile tiene mejores alternativas energéticas. En lugar de seguir adelante con proyectos destructivos como HidroAysén, Chile debería  aprovechar sus abundantes recursos de energía renovable.

Cada cuatro años, los miembros de la UICN  – agencias gubernamentales y ONGs  – se juntan para celebrar el Congreso Mundial de la Naturaleza durante el cual discuten y toman decisiones sobre algunos de los temas ambientales más urgentes.  Esta ya es la segunda vez que la asamblea de la UICN considera la necesidad de proteger la Patagonia de la infraestructura propuesta por HidroAysén. En 2008, la Asamblea aprobó una resolución que pedía al Gobierno de Chile evaluar “las represas hidroeléctricas propuestas para los ríos Baker y Pascua y la línea de transmisión como un solo proyecto”.

Lamentablemente, Chile no  siguió la recomendación de estos expertos ambientales. Tras un contencioso proceso de evaluación que duró  tres años, las represas de HidroAysén fueron aprobadas en el 2011, a pesar de una evaluación de impacto ambiental (EIA) sumamente deficiente. El EIA de HidroAysén utilizó datos incompletos o defectuosos y no tomó en cuenta ciertas cuestiones fundamentales. En particular, la evaluación ignoró por completo el impacto de  la nueva línea de transmisión que sería necesaria para que el proyecto de 2.750 MW sea viable. Por el momento  HidroAysén no ha presentado una EIA formalmente para la línea de transmisión, sin embargo, la ruta inicial anunciada por la compañía atravesaría  820 kilómetros, incluyendo un tramo submarino de 160 kilómetros. La instalación de la línea de alta tensión, sus 1.500 torres y sus subestaciones requeriría la construcción de nuevos caminos de acceso y  acciones para controlar la vegetación a lo largo de los  derechos de paso, impactando de esta manera  zonas naturales prístinas donde habitan  especies en peligro de extinción y endémicas.  Para que las represas puedan suplir la gran demanda en el norte del país, será necesario  transportar la energía aún más lejos, siguiendo una ruta de cientos de kilómetros  que todavía desconocemos.

La moción aprobada por la asamblea de la UICN durante  este último congreso en Corea resalta nuevamente las graves inquietudes que rodean el proyecto de  HidroAysén.  La UICN señala que Chile actuó de manera contraria a las mejores internacionales  cuando no evaluó las represas y su línea de transmisión como un solo proyecto.  Esta fragmentación del proyecto podría impedir una adecuada evaluación de los impactos acumulativos y sinérgicos. Es más, la construcción de la línea de HidroAysén podría sentar las bases para  que se desarrollen otros proyectos a gran escala no sostenibles.  Los miembros de la UICN pidieron a Chile garantizar que la línea de transmisión no afectará  áreas protegidas u otros  sitios claves para la  conservación, y que además asegure una verdadera participación pública durante la evaluación de la línea. Esto último es clave puesto que durante el proceso de participación pública  de HidroAysén se identificaron múltiples irregularidades y  miles de comentarios que criticaban el proyecto  nunca recibieron respuesta.

Afortunadamente, todavía hay tiempo para que  Chile avances hacia alternativas energéticas más sostenibles que pueden ayudar a satisfacer la futura demanda eléctrica del país. En Chile la energía  geotérmica, solar y eólica son recursos  abundantes que se extienden a lo largo del país.  El desarrollo de estas alternativas  y de la eficiencia energética ayudaría a  suplir la futura demanda de eléctrica con energía limpia a distancias más cercanas a los consumidores, en lugar de la energía de represas destructivas ubicadas al  final de una línea de transmisión preocupantemente larga.

Los miembros de la UICN han hablado, y se han unido  a los  millones de  ciudadanos chilenos que ya han manifestado su preocupación con los proyectos como  HidroAysén. Ahora es necesario que Chile preste atención.