Cabo Pulmo, Mexico
La Manifestación de Impacto Ambiental presentada por Cabo Dorado, el proyecto turístico e inmobiliario a gran escala planteado para la zona adyacente al Parque Nacional de Cabo Pulmo, está plagada de deficiencias que justifican el rechazo del proyecto por las autoridades. Durante la reunión pública de información del proyecto, científicos, expertos técnicos, grupos de la sociedad civil y residentes locales señalaron las múltiples insuficiencias que contiene la manifestación de impacto del proyecto, incluyendo omisiones e información incorrecta, y advirtieron que el proyecto amenaza tanto a las comunidades locales como a uno de los grandes éxitos de la historia de la conservación marina.
Cabo Dorado, un proyecto de 3.770 hectáreas que supone el equivalente a 22.500 cuartos distribuidos entre hoteles y unidades de vivienda, se propone construir en terrenos aledaños al Parque Nacional Cabo Pulmo. De hecho, la parte más al sur del perímetro de Cabo Dorado cae dentro de la zona de influencia del parque. Esta reserva marina, ubicada en la punta de la Península de Baja California, protege uno de los arrecifes más antiguos e importantes del Pacífico americano. La vida marina de Cabo Pulmo es una de las más diversas del Golfo de California y en las aguas de la reserva se pueden apreciar 226 especies de peces, ballenas jorobadas, ballenas grises, orcas, delfines, tiburones, marlines, manta rayas, y cinco de las siete especies de tortugas en peligro de extinción en el mundo.
Esta increíble biodiversidad es el resultado de esfuerzos de conservación en muchos niveles. Hace casi veinte años, la comunidad local tomó la decisión de colaborar con el gobierno mexicano para establecer la reserva cuando los residentes comprendieron que las décadas de pesca no sostenible habían reducido notablemente la vida marina de la zona. Además, decidieron dejar las artes de pesca y reorientar su economía local hacia actividades de ecoturismo de bajo impacto con el fin de contribuir a la recuperación del sistema arrecifal. El resultado fue asombroso. En la primera década desde de la creación de la reserva, la vida marina en el parque se recuperó en más de un 460 por ciento. Hoy en día, el parque, con su arrecife ya recuperado, es a la vez reconocido como Patrimonio Mundial de la UNESCO y como un Humedal de Importancia Internacional bajo el Convenio Ramsar.
Dada la proximidad de Cabo Dorado a este rico hábitat marino, una de las deficiencias más notables en su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) es que ignora el posible impacto en los ecosistemas marinos. El promovente afirma de manera irresponsable que al no tener componentes ubicados directamente en el entorno marino, el proyecto no afectará el equilibrio ecológico marino. Sin embargo, como explicaron expertos técnicos y científicos durante la reunión de información y en esta página, esto no es cierto. Por ejemplo, Cabo Dorado propone construir dos campos de golf de 18 hoyos y los nutrientes, pesticidas y otros productos químicos necesarios para mantener estas áreas pueden filtrarse lentamente al océano, donde las corrientes marinas podrían transportarlos al arrecife y con el tiempo ser fatales para los corales. El impacto de estassustancias químicas tóxicas en los corales ya ha sido documentado en el Caribe.
La increíble biodiversidad de la región de Cabo Pulmo no se limita a la mar, pues la zona terrestre también cuenta con una gran riqueza ecológica. Pero también en esto la MIA no es adecuada y subvalora el impacto que tendría el proyecto en la diversidad de especies terrestres. El año pasado, un equipo de 21 científicos de instituciones de México y Estados Unidos llevó a cabo una estudio biológico de la zona adyacente al arrecife de Cabo Pulmo e identificó 560 especies de plantas, mamíferos, reptiles y aves. De estas especies, 42 ya se considera que están bajo algún grado de riesgo según la normativa ambiental mexicana. Es alarmante que a pesar del alto valor ecológico de los terrenos donde se propone construir Cabo Dorado, la MIA presenta información errónea e incompleta sobre las especies que serían afectadas. Por ejemplo, sólo se reportan 180 especies de plantas y animales y el 30% de estas ni siquiera se encuentra en la zona. Estos errores y omisiones son una indicación de la mala calidad de la MIA en general y son especialmente preocupantes si se considera que la mayoría de las especies que el reciente estudio identificó - y que la MIA ignora - se concentran precisamente en el sitio donde Cabo Dorado propone construir la mayoría de su infraestructura.
La MIA también subestima el impacto que el proyecto de Cabo Dorado tendría sobre los recursos de agua dulce de la zona. En una región que ya sufre escasez crónica de agua, Cabo Dorado extraería hasta 4,8 millones de metros cúbicos de agua de los acuíferos locales, lo cual podría tener graves repercusiones sobre las comunidades y los ecosistemas. Sin embargo, la MIA no analiza estas consecuencias bajo el pretexto de que ya dispone de una concesión de agua – lo cual no garantiza que no habrá impactos negativos. Otro motivo de preocupación según los expertos locales, es que la demanda de agua creada por Cabo Dorado sería en realidad aún mayor de lo declarado en la MIA. Un proyecto de esta magnitud requiere de una "ciudad de soporte" donde residan los empleados y sus familias. Sin embargo, la MIA de Cabo Dorado no tiene en cuenta la demanda hídrica del nuevo centro de población que se crearía vinculado al proyecto. Otra deficiencia grave que también tiene implicaciones para la viabilidad del proyecto es que la MIA no considera el impacto que tendrá el cambio climático en la disponibilidad de agua dulce en el acuífero, ya que en los próximos años se esperan sequías más largas y menores niveles de precipitación en Baja California Sur.
A medida que sale a la luz más información y análisis acerca de cómo el proyecto afectaría a las comunidades vecinas y los riesgos que supone para la biodiversidad de la zona - resulta cada vez más obvio que la aprobación de este proyecto representaría un preocupante paso en falso para México.
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