Día Mundial de los Océanos y la Industria Salmonera en Chile

Through the creation of new marine protected areas and global trends in green consumer citizenship, the oceans may find some relief from the unsavory aspects of commercial salmon farming.
Salmonera Chile
Salmonera en Chile
Credit: Sam Beebe via Flickr Creative Commons

Los océanos cubren aproximadamente el 70 porciento de la superficie de la tierra. El Día Mundial de los Océanos nos da la oportunidad para aprender más sobre éstos y de cómo protegerlos. Debido a la actual crisis mundial en cuanto a la seguridad de la comida, la conservación de la biodiversidad, la extinción de la sexta masa debido al cambio climático y la disminución de peces tales como el bacalao y atún, podríamos comenzar con los mariscos que consumimos.

Al salmón se le aprecia muchísimo por su distintivo sabor y su adaptabilidad en diferentes tipos de cocina. Si usted ha consumido salmón recientemente, es muy probable que venga de Chile, el segundo mayor productor de salmón a nivel mundial.  El aumento de la pesca comercial en Chile se inició hace dos décadas, cuando la demanda de exportación de salmón abrió paso a la industria de la pesca de arrastre. El salmón no es nativo de la región suramericana, a diferencia de las costas del Pacífico Noroeste de América del Norte donde el salmón es no sólo originario, pero donde tiene un profundo significado cultural, ecológico y económico para los pueblos indígenas y la población local. Al aumentarse los criaderos de salmón también se incrementa el daño al imponente paisaje y el ecosistema dinámico de la Patagonia. Según una publicación de Oceana Report, "los productores de salmón están utilizando hasta 950 gramos de antibióticos para la crianza de una tonelada de pescado". El informe también halló que pueden estar aplicando más drogas por tonelada que cualquier otra industria pesquera del mundo, veinte veces mayor por tonelada que Noruega.

La razón de todos estos antibióticos es que los salmones están confinados en jaulas de redes llenos hasta el tope de materia fecal, comida no consumida y productos químicos derivados. De acuerdo con el reporte de la Universidad de Los Lagos, los criaderos de salmón generan emisiones comparables a cuatro veces del numero de habitantes en el área.  Las emisiones equivaldrían al desperdicio generado por una población de entre 2.7 y 4.1 millones de personas. Asimismo, los estudios indican que, de toda la comida suministrada al salmón, solo alrededor del 25 porciento es consumida. El otro 75% permanece en el medioambiente. Los restos de comida, más la materia fecal, producen una acumulación de fósforo y nitrógeno. Parte de estos resíduos permanecen en el agua, mientras que un porcentaje significativo se va al fondo del mar, donde disminuye la concentración de oxígeno. Muchos de los jaulas de redes se encuentran cerca de la desembocadura de los ríos, donde contaminan otros peces cuando se dirigen río abajo hacia el oceano.

El mes pasado, residentes locales cerca del Lago Yelcho en Chile expresaron su frustración con los criaderos.  La comunidad  denunció el impacto de los antibioticos en la biodiversidad, con un efecto nefasto en las reservas de agua y la salud de los habitantes. La comunidad se ha unido con el propósito de parar la instalación de criaderos de salmón en el area, enfatizando las maravillas de la Patagonia y su herencia cultural como un lugar que promueve la vida y preserva el medioambiente. Asociado con esto, en mayo de 2018, la comunidad indigena Kawésqar ganó su pleito contra la industria de la producción del salmón. La comunidad sintió que la acuicultura del salmón era dañina para el ambiente marino invaluable y que invadía un territorio ancestral perteneciente a la comunidades indígenas Kawésqar. 

Lago Yelcho, Chile
Credit: Nicolas via Flickr Creative Commons

La protección de la Patagonia ayudaría a evitar que se repitan desastres como la crisis de la marea roja en 2016 ocurrida en Chiloé,  donde los productores de salmón botaron al océano más de 9,000 toneladas de carcasas de pescados en descomposición, contribuyendo así a la muerte de miles de animales marinos. Enfermedades infecciosas  entre los criaderos de pescado pueden esparcirse no solo entre los animales, pero también dentro de las poblaciones de peses nativos introduciendo gérmenes foráneos al ambiente y facilitando enfermedades a través de condiciones insalubres en criaderos densamente comprimidos. Es más, peces que no sean nativos o que sean genéticamente modificados pueden escaparse de las jaulas y potencialmente vencer y superar las especies nativas.

Greenpeace ha alertado sobre una desastre ambiental en Chile y recientemente condujo una investigación para exponer la contaminación y destrucción ligada a la producción de salmón.

La buena noticia es que Chile recientemente se ha posicionado como un líder global en la protección de océanos.  En febrero anunció nuevos parques marítimos de casi 450,000 millas cuadradas (1,165,501 Kilómetros cuadrados). Se tiene la esperanza de que, de manejarse bien, estas aguas protegidas deberían albergar a las especies frágiles costeras y ayudar a restaurar áreas cercanas a través de un efecto colateral potenciando la vía marítima en general. En cuanto a otras regiones, los Estados Unidos ha experimentado una violenta reacción por parte de los distribuidores en contra del salmón proveniente de criaderos. La cadena de alimentos, Whole Foods, sólo tiene en existencia salmón que no contenga antibióticos  y Target dejó de vender salmón de criaderos en el 2010. Con la creación de áreas marinas protegidas y las tendencias globales en una ciudadanía de consumidores ecológicos, los océanos puedan encontrar alivio de los aspectos despreciables de la producción del salmón comercial.

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