Enseñanzas Forzosas del Terremoto

Escrito por Peter Hartmann

A tres semanas del terremoto que afectó dramática y principalmente a las regiones del Maule y del Bio Bio, a días de su más fuerte réplica y a horas del último apagón que tuvo sumido en la oscuridad a 94% de los chilenos que están conectados al SIC, vale la pena sacar algunos aprendizajes.

Es evidente que el terremoto no sólo mostró edificios insostenibles (tanto recién construidos como otros más antiguos sin mantención) y una sorprendente fragilidad de nuestra “modernísima” infraestructura, sino develó que además ocurre lo mismo con la respuesta de la institucionalidad ante emergencias y urgencias como ésta. Y si la institucionalidad, la infraestructura de comunicaciones y energía no funcionan en la emergencia ¿qué se puede esperar de ellas en otras situaciones ? ¿Cuál es la seguridad objetiva con que cuenta nuestro país?

Peor aún, el terremoto también develó las fisuras y enclenques bases morales de nuestra “exitosa” e individualista sociedad, y junto a ello la habitual improvisación que mostramos ante los embates de sismos, que sabemos que tarde o temprano ocurrirán, lo mismo que las lluvias e inundaciones del invierno que sólo en septiembre ya pasaron al olvido.

Si bien el terremoto ocurrió en el peor momento para una institucionalidad, igual dejó en claro que, en un mundo globalizado en el cual el Servicio Geológico de EEUU a los pocos minutos dio a conocer el epicentro y se advirtió al Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada sobre peligro de tsunami, en Chile tras años de darnos vueltas -incluida la experiencia aisenina y la advertencia del tsunami de Samoa- aún no destinamos recursos para un servicio parecido y ni siquiera fuimos capaces de recibir información desde fuera. Para qué hablar del centralismo de esta institucionalidad, que la vuelve en un aparato anquilosado e inútil.

Si bien tenemos normativa de construcción fraguada a punta de catástrofes que evitó un desastre mayor, llama la atención que edificios e infraestructura nueva, alguna de ella de importancia  estratégica, quedase inutilizada. Es el caso del terminal del único aeropuerto internacional de Santiago, varios hospitales, sistemas de agua potable y algunas autopistas. Tema similar es aquél de la comunicación telefónica, que sigue teniendo una pésima respuesta. El regalito de Hillary Clinton a la Presidenta Bachelet fue su simbólica guinda del pastelito. Y en cuanto a la infraestructura eléctrica, mientras aún hay sectores sin energía, el último apagón mostró que  también la normalidad del SIC, que según el gerente de Transelec se comportaba maravilloso, es sólo apariencia y resurge la necesidad de regionalizarlo. Es más, resulta paradójico que a más de doce horas de este apagón, que a metros de las represas del Bio Bio aún no había electricidad, eso, mientras ahí pagan la tarifa mas alta del país (incluso que la de Aisén, aunque no lo crea). Vale también preguntarse que si la caída de un transformador de 500 MW provoca tamaño apagón ¿cuales serían los efectos de una falla de los irreemplazables 2500 MW que provendrían de Aisén en una línea absolutamente voluble de 2300 Km. de largo?

Si nuestro centralizado país en los aspectos nombrados arriba es pura fachada aparente, que se agrieta y viene abajo con los embates de la naturaleza y nos hace dudar acerca de la “seguridad nacional”, en lo social–moral, francamente, da susto. ¿Es que nuestra supuesta sociedad solidaria ha involucionado hacia una que sin control policial–militar se desbanda mostrando sus reales y bajos valores ? ¿Es que ahora sin marketing comercial de por medio ya no podemos ayudar y hasta la caridad está asociada a imágenes corporativas ?


Biografía:

Peter Hartmann es chileno y vive en Coyhaique desde 1984. Es arquitecto titulado en la Universidad de Chile y trabajó en el MINVU por ocho años en Desarrollo Urbano. Ganó el premio de la Federación de Andinismo de Chile en 1881 por la expedición a la Ruta de los Polacos del Aconcagua. Ha dirigido y coordinado numerosos proyectos ambiental y uno de los logros fue el Encuentro Costumbrista de Cerro Castillo. Peter también es el es creador del concepto "Aisén Reserva de Vida" como propuesta de modelo alternativo de desarrollo regional. Es fotógrafo y ha hecho varias exposiciones colaborado con varias organizaciones en la región.