VIDEO: Valorando el trabajo de los humanos que nos traen los alimentos

Escrito por Lucas Benítez

La Onda Verde felicita a la Coalición de Trabajadores de Immokalee y a Lucas Benítez y Greg Asbad, ganadores del premio Growing Green de NRDC, por su incansable labor por la Comida Justa.

En años recientes, los consumidores hemos tomando más conciencia de los productos que consumimos: desde la ropa que vestimos hasta los alimentos que ponemos en nuestras mesas a diario. Queremos que estos respeten el planeta y a la vez que sean producidos de una manera justa, respetando y valorando el trabajo de los humanos que los hicieron posibles.

 

Si buscamos productos “justos” y estamos dispuestos a pagar un poco más por ellos, primero debemos asegurarnos que realmente sean producidos considerando varios factores: los impactos ecológicos de su producción, el trato de los animales, y los impactos a los derechos de las miles de personas que hacen posible que estos productos lleguen a nuestras mesas.

Pero aunque el impacto ambiental y los derechos de los animales ya reciben atención, los derechos humanos aun reciben muy poca atención.

En los campos de Immokalee en la costa sur oeste de Florida donde se producen 50% de los tomates frescos de Estados Unidos, los trabajadores agrícolas decidimos organizarnos y unirnos sin distinción de raza, nacionalidad o sexo para buscar un trato “justo”.  Queríamos transformar completamente la manera en que nos veían y trataban los patrones y las compañías para las cuales trabajamos.

Teníamos que dejar de ser invisibles, más que solo dos manos y dos pies que servían para recoger tomates durante la temporada de octubre a junio, y convertirnos en actores importantes de esta industria.

El trabajo duro nunca es deshonra.  Al contrario.  Pero aunque uno está listo para hacer este trabajo aunque sea una labor dura y pesada, uno jamás puede estar preparado para enfrentarse a 1) una falta de respeto incomparable a la de cualquier otro trabajo; 2) acoso sexual que sufren en forma callada las miles de mujeres que trabajan en la industria agrícola; 3) sueldos estancados por más de tres décadas que oscilan entre los $10,000 a 12,000 anuales de acuerdo a un reporte del Departamento de Labor de los Estados Unidos; 4) no tener el derecho a organizarse; y, 5) en los casos más extremos, esclavitud moderna en los campos agrícolas de la Florida.  Todas estas dificultades y estos abusos nos impulsaron a buscar un cambio radical en la industria.

No ha sido fácil cambiar el desbalance de poder entre los patrones y sus trabajadores.  Este esfuerzo nos ha tomado 20 años durante los cuales hemos tomado todo tipo de acciones incluyendo huelgas de hambre de hasta 30 días, marchas de 230 millas y huelgas generales con más de 3.000 trabajadores, entre muchas otras, solo para buscar trato justo por la industria tomatera de la Florida.

En el 2001, empezamos nuestra campaña por Comida Justa con el fin de hacer responsables a los grandes compradores de tomates por los problemas que ocurren en su cadena de producción.  La Campaña por Comida Justa tiene tres exigencias no-negociables para cualquier compañía que ya participa o quiera participar en este programa:

  1. Dar alivio económico a los trabajadores que cultivan tomates que terminan en restaurantes y tiendas de alimentos pagando un centavo más por cada libra de tomate proveniente de la Florida.
  2. Crear un código de conducta para asegurar salud y seguridad en el trabajo y a la vez el respeto que cada trabajador se merece.
  3. Asegurar la participación de los trabajadores en el diseño y monitoreo del código para hacerlo ejecutable y real.

Con esas tres exigencias nos pusimos en contacto con Taco Bell, uno de los principales compradores de tomates de la Florida y parte de Yum! Brands formada por los gigantes de KFC, Long John Silver, Pizza Hut y A&W Root Beer, quienes juntos forman la corporación mas grande del mundo de restaurantes de comida rápida. Inicialmente Yum! nos ignoró y en 2001 declaramos un boicot nacional contra Taco Bell para crear presión y motivarlos a cumplir con nuestras exigencias. 

Fue algo extraordinario que una organización tan pequeña como la Coalición de Trabajadores de Immokalee se pudiera enfrentar a la corporación más grande del mundo en la industria restaurantera.  Sabíamos que esta lucha sería difícil pero estábamos ya cansados de tanto abuso y tan mal trato y teníamos que buscar soluciones radicales a las violaciones de derechos humanos en nuestros lugares de trabajo.

De tal manera, fueron necesarios 4 años de un boicot nacional con protestas a lo largo y ancho del país. Pero logramos que más de 24 restaurantes de Taco Bell fueran expulsados de universidades, colegios y escuelas primarias hasta que acordaran negociar con nosotros y lograr un acuerdo y que se pusiera este acuerdo en práctica con los rancheros que le proveen tomates.

A la misma vez esta campaña nos ayudo a crear alianzas con jóvenes estudiantes a lo largo del país y con las denominaciones eclesiásticas más grandes y respetadas de los Estados Unidos.  Nuestras dos organizaciones hermanas nacieron de ahí y ahora la Alianza de Estudiantes y Trabajadores Agrícolas y la Acción InterFe por su lado coordinan el trabajo de apoyo a la Campaña por Comida Justa al nivel nacional.

Ahora, 11 años después podemos decir orgullosamente que estamos trabajando con 10 corporaciones las cuales apoyan los acuerdos de Comida Justa: Yum!, McDonalds. Burger King, Subway, Aramark, Compass Group, Sodexo, Bon Apetit, Whole Foods y Trader Joe’s.  Ellos han aceptado implementar el nuevo código de conducta y se han comprometido a exigir las mismas condiciones de las compañías donde compran sus tomates.

Para poner en práctica estos acuerdos de comida justa y asegurar que se cumplan, los trabajadores agrícolas y los rancheros en Florida hemos tenido que trabajar juntos por primera vez en la historia y los rancheros han estado dispuestos a aceptar el reto de cumplir con el código de conducta que incluye cambios que deben ser verificables por un tercer partido independiente, el Consejo por Comida Justa (FFSC por sus siglas en ingles). 

Estos cambios incluyen:

  • proveer sombra en el lugar de trabajo,
  • relojes para poder llevar un registro de las horas que los trabajadores pasan en el rancho,
  • la creación de comités de salud y seguridad formados por los mismos trabajadores,
  • cero tolerancia para el acoso sexual o la esclavitud,
  • implementar un sistema de educación de trabajador a trabajador durante tiempo pagado por la compañía,
  • solo comprar tomate de ranchos donde están cumpliendo con el código.

Todo esto nos ha tomado tiempo y como dice el dicho: no lo hemos hecho de la noche a la mañana.  Hemos tenido que trabajar arduamente y aunque hoy todos estos cambios están en pie aun no creemos que sea responsable decir que ya tenemos un producto completamente sustentable. Pero si podemos decir que vamos por buen camino hacia la meta de un día lograr tener una calcomanía que distinga el tomate de Florida del resto del que exista en el mercado.

La comida justa es un buen para todos.  No solo nosotros los trabajadores hemos ganado si no también los rancheros están distinguiendo su producto en el mercado, las corporaciones grandes están demostrando su responsabilidad social y los consumidores estamos consumiendo un producto justo, fresco y local aquí en la Florida USA.


Biografía:

Lucas Benítez  es el co-fundador de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW). La CIW es una organización de trabajadores agrícolas migrantes radicados en la Florida que busca la justicia para una serie de abusos contra los derechos humanos y el medio ambiente. La Coalición está compuesta de más de 4.000 trabajadores, la mayoría inmigrantes latinos, haitianos y de la India.

El Sr. Benítez ha sido reconocido  como "uno de los líderes más visibles de los trabajadores agrícolas en los EE.UU." (Los Angeles Times), y el "César Chávez del nuevo milenio" (El Diario, de Nueva York). Es ganador de numerosos premios nacionales e internacionales por su ejemplar liderazgo, incluyendo: el Premio de la Revista Rolling Stone "Mejor Líder de la Comunidad Joven en Estados Unidos ", Premio del Nuevo Liderazgo de los Obispos Católicos de EE.UU. de la Conferencia del Cardenal Bernardin, y el Premio de Derechos Humanos Robert F. Kennedy, por su innovador trabajo en la lucha contra la esclavitud moderna.