Olas de calor, incendios forestales y fenómenos meteorológicos extremos y nuestra salud

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Como muchos estadounidenses, me esforcé por mantener la calma durante la reciente ola de calor, pero realmente me preocupaba como mi padre sobrellevaría las altas temperaturas. Los expertos médicos dicen que el calor extremo afecta más a los ancianos, niños pequeños y personas con enfermedades cardíacas y pulmonares. Las personas diabéticas, obesas y bajo medicamentos comunes también enfrentan un riesgo mayor cuando las temperaturas suben.

En otras palabras, existen decenas de millones de personas vulnerables al calor extremo.

Ahora que el cambio climático ha vuelto las olas de calor extremo más frecuentes, estos números continuarán creciendo. NRDC ha publicado un informe recientemente que concluye que unas 33.000 personas adicionales perecerán por el calor para el año 2050 debido al cambio climático.

Este verano del 2012 ha quebrado récord una y otra vez, desde incendios forestales hasta tormentas gigantes. Este torrente de destrucción ha provocado que meteorólogos y otros medios tradicionales de comunicación finalmente relacionen el clima extremo con el cambio climático.

Pero entre toda esa cobertura intensa, se ha descuidado una historia más sigilosa, más íntima: las muchas maneras en que las temperaturas extremas amenazan nuestra salud.

Por lo menos 50 millones de estadounidenses estaban bajo alguna advertencia de calor cuando la temperatura se disparó entre Brownsville y Nueva York en las últimas semanas. Las altas temperaturas causan salpullido, migrañas e insolación. Sin embargo, también contribuyen al smog en el aire y junio fue el mes más contaminado en los últimos cinco años. Respirar aire contaminado puede inflamar el tejido pulmonar profundo. Con el tiempo, la inflamación repetida puede cicatrizar el tejido pulmonar permanentemente, aun en concentraciones bajas.

La American Thoracic Society –  la asociación profesional de neumólogos en EE. UU. – expresó que el cambio climático es especialmente peligroso entre niños y ancianos debido a que sus pulmones son más vulnerables a las enfermedades respiratorias causadas por el smog.

La contaminación de smog también es peligrosa para personas que sufren de asma ya que puede desencadenar ataques. El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades informó que 24,6 millones de estadounidenses sufren de asma – un aumento del 12 por ciento en la última década. Uno de cada seis niños afroamericanos tiene asma, mientras que los latinos tienen tres veces más probabilidades de morir de asma que otros grupos raciales o étnicos.

Además del calor y el smog, las decenas de miles de estadounidenses que viven cerca de los incendios forestales de este verano enfrentan otro peligro: el humo. El Centro para el Control de Enfermedades informa que el humo de los incendios forestales puede dañar los ojos, irritar el sistema respiratorio y empeorar una insuficiencia cardíaca crónica y las enfermedades pulmonares. A personas con asma se les puede dificultar la respiración y enfermos del corazón pueden experimentar dolor en el pecho y falta de aliento al entrar en contacto con el humo.

Estos riesgos se van acumulando, no sólo en el deterioro de la salud, sino también en términos de gastos médicos. En un estudio publicado recientemente en Health Affairs, un grupo de científicos de NRDC y economistas universitarios examinaron seis eventos relacionados con el cambio climático en EE. UU. en la última década. Estos fenómenos extremos se traducen en más de $14 mil millones en costos médicos y más de 760.000 interacciones con el sistema de salud. 

Demasiados legisladores no han hecho nada por frenar el cambio climático mientras los ciudadanos pagamos las consecuencias con la salud de nuestras familias y el bienestar de nuestras comunidades. Llego la hora de que los líderes de ambos partidos propongan medidas para reducir la contaminación de carbono y soluciones que procuren energía limpia.

El gobierno de Obama ha hecho avances que incluyen las normas de rendimiento de coches que reducirán por mitad la contaminación de carbono de los vehículos y los límites de carbono en las centrales de energía nuevas, pero se necesita hacer mucho más. Como siguiente paso, debería establecer límites a la cantidad de contaminación de carbono que emiten las plantas de energía. Y los legisladores republicanos deben dejar de bloquear estos esfuerzos asiduamente.

Si nuestros líderes no toman medidas audaces pronto, las olas de calor mortales y el aire contaminado se convertirán en una presencia constante en nuestras vidas.