La victoria de Biden es un llamado unificador a la acción climática audaz

Ha llegado el momento de convertir las promesas de la campaña en progreso climático. Así es como se puede lograr.
Por primera vez el cambio climático jugo un papel clave en estas elecciones. Joe Biden y Kamala Harris hicieron un llamado de atención para el progreso, y presentaron el plan nacional más ambicioso para enfrentar esta crisis que es una amenaza cada vez mayor.
Por un margen de más de 5,3 millones de votos, los estadounidenses adoptaron esta amplia agenda para el cambio, entregando un llamado unificador a la acción climática, comenzando desde el primer día.
El cambio climático, la pandemia del coronavirus, la recesión que ha provocado y el largo legado de injusticia racial son crisis entretejidas que Biden heredará. Los desafíos son abrumadores y como él responda a estas crisis y reúna a la nación definirá en gran medida tanto su presidencia como el futuro de la nación.
Necesitamos controlar la devastadora pandemia, revivir nuestra economía y poner fin a la injusticia y desigualdad racial sistémica. Debemos abordar la crisis climática que ha alterado tantas vidas estadounidenses, desde las zonas rurales hasta los pueblos costeros.
Al igual que con la pandemia, necesitamos una respuesta climática basada en la ciencia, que ponga a las personas de nuevo a trabajar y amplíe las protecciones y oportunidades para las comunidades de bajos ingresos y las personas de color.
Lejos de estar en conflicto, estas soluciones encajan perfectamente con el plan de Biden para el progreso climático, la salud, el empleo y la equidad racial. Con beneficios reales para todos, ese es un plan que todos deberíamos poder respaldar como nación, comenzando por cambiar a energía limpia, y rápidamente.
Biden prometió 2 billones de dólares en inversiones estratégicas durante los próximos cuatro años, y además apoyar normas y políticas que conducirán al país hacia una economía de emisiones netas cero para 2050 y electricidad sin carbono para 2035.
Eso es importante.
La ciencia nos dice que tenemos que reducir la contaminación por carbono a la mitad para 2030 para evitar las peores consecuencias del cambio climático.
Eso significa revertir los retrocesos hechos por la administración Trump en los estándares de economía de combustible y vehículos limpios y establecer nuevas normas agresivas para reducir la contaminación por carbono de los automóviles y camiones que en conjunto representan más de una cuarta parte de nuestras emisiones de carbono; también necesitamos limpiar nuestras plantas de energía sucia que son altamente contaminantes y representan un tercio de nuestra huella de carbono.
Al invertir en eficiencia energética, construir vehículos eléctricos de alta confiabilidad, obtener más energía limpia proveniente del viento y el sol, modernizar nuestra red eléctrica y los sistemas de almacenamiento, podemos reducir la contaminación por carbono, proteger la salud pública y crear empleos. Al comienzo de la pandemia, casi 3.4 millones de estadounidenses trabajaban para ayudarnos a hacer todo eso, en trabajos que pagaban un 25 por ciento más en promedio que los salarios medios a nivel nacional.
El plan de Biden creará millones de empleos más mientras que ayudará a que los trabajadores de energía limpia inactivos vuelvan a trabajar. Esta inversión debe ser fundamental para un paquete más amplio de recuperación ante una pandemia, para ayudar a sacar a nuestra nación de la recesión y sentar las bases para un crecimiento sólido, duradero y de base amplia. También nos ayudará a vencer la pandemia al reducir la contaminación de los tubos de escape y las chimeneas que agravan los mismos tipos de enfermedades respiratorias que han hecho que las personas, especialmente las personas de color, tengan más probabilidades de morir por el coronavirus.
Hacer lo mejor para nuestra gente en casa prepara el escenario para el liderazgo climático en el extranjero. Eso comienza con la reintroducción de Estados Unidos al histórico Acuerdo de París de 2015, como se comprometió a hacer Biden, para que podamos ayudar a liderar y fortalecer una respuesta global a esta crisis global.
El plan de Biden promoverá la justicia ambiental, la igualdad de oportunidades, la resiliencia climática y la salud en las comunidades urbanas, rurales y tribales.
Durante demasiado tiempo, las personas de color y las comunidades de bajos ingresos han pagado el precio más alto por la crisis climática, a pesar de haber hecho lo mínimo para provocarla. El plan de Biden abordará esas desigualdades de frente, haciendo de la justicia ambiental una prioridad en todas las agencias federales.
Se asegurará de que las comunidades históricamente desfavorecidas reciban el 40 por ciento de la nueva asistencia federal para promover la energía limpia, el tránsito sostenible, la capacitación de los trabajadores, la limpieza de la contaminación e iniciativas relacionadas. Prometió un monitoreo y protección ambiental integral para las comunidades cercanas a fábricas, refinerías y granjas industriales.
También, creará una Oficina de Cambio Climático y Equidad en la Salud dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos para liderar los esfuerzos para reducir los riesgos climáticos para los niños, los ancianos y otros grupos vulnerables.
Biden se comprometió a trabajar con comunidades urbanas, rurales y tribales para promover soluciones climáticas naturales y resiliencia, por ejemplo, la restauración y protección de las tierras y aguas públicas, haciéndolas menos vulnerables a incendios forestales, tormentas e inundaciones; el fortalecimiento de los hábitats naturales como bosques y humedales que absorben carbono de la atmósfera y lo encierran en suelos saludables; y ayudar a los agricultores a hacer lo mismo con las tierras de cultivo del país.
También, prometió salvaguardar la biodiversidad, enfrentar el colapso de especies y fortalecerá la absorción natural de carbono conservando al menos el 30 por ciento de las tierras, las vías fluviales y el hábitat oceánico de EE. UU. para el 2030. El limpiará las áreas rurales dañadas por la perforación y la minería, restaurará las tierras devastadas para uso productivo y ampliará las oportunidades económicas en regiones que enfrentan dificultades. Además, pondrá fin a los subsidios de los contribuyentes para los combustibles fósiles, prohibirá nuevas perforaciones en tierras públicas y rechazará proyectos como el oleoducto de arenas bituminosas Keystone XL que causarían estragos climáticos.
Con la elección de Joe Biden y Kamala Harris, el mapa de posibilidades se hizo más grande. Ahora es el momento de convertir las promesas de campaña en progreso climático con inversiones sólidas, estándares de sentido común y soluciones políticas que nos ayuden a reducir la contaminación por carbono, crear millones de empleos bien remunerados, proteger la salud de las personas y construir una sociedad más justa y equitativa.