Impulso creciente por un acuerdo de HFC al inicio de las conversaciones de Viena

Escrito por David Doniger y Bhaskar Deol.

Después de ocho años de discusiones acaloradas, los países al fin se acercan a un acuerdo para reducir gradualmente los hidrofluorocarbonos (HFC), sustancias químicas con gran poder para retener el calor en la atmosfera, en el marco del Protocolo de Montreal. Las negociaciones hacia un acuerdo para la disminución de HFC continúan esta semana en Viena, y las expectativas van en aumento.

El uso de HFC está creciendo rápidamente en dispositivos de aire acondicionado, refrigeración y otros sectores, especialmente en naciones en desarrollo con alto crecimiento. Libra por libra, el impacto climático de los HFC es miles de veces mayor que el del dióxido de carbono, así que sustituir los HFC con alternativas más amigables para el medio ambiente puede ayudar a evitar 0.5° C de calentamiento global hacia el año 2100.

Siguiendo el histórico Acuerdo Climático de París de 2015, la creación de una enmienda de HFC dentro del Protocolo de Montreal, ayudaría a los países a cumplir y profundizar sus compromisos para frenar las emisiones el cambio climático y sería un gran logro para el Protocolo de Montreal.

A través del Protocolo de Montreal, todos los países del mundo han eliminado la producción e importación de clorofluorocarbonos (CFC), sustancias químicas que destruyen la capa de ozono. Asimismo, la eliminación del segundo conjunto de sustancias destructoras de la capa de ozono, llamado hidroclorofluorocarbonos (HCFC), está cercana. Una nueva investigación confirma que el agujero antártico en la capa de ozono, identificado por primera vez hace treinta años, se está reduciendo como resultado de las medidas adoptadas bajo este tratado. La eliminación gradual de los CFC y HCFC también ha generado enormes beneficios de protección del clima, debido a que estas sustancias también son gases de efecto invernadero extremadamente potentes.

Originalmente, los HFC se adoptaron como sustitutos de los CFC y los HCFC. Los HFC no destruyen la capa de ozono y atrapan menos calor en la atmósfera que los CFC. Sin embargo, si el uso de HFC continúa creciendo, eliminará nuestras posibilidades de alcanzar la meta de París de mantener el calentamiento global por debajo de 2°C. Ahora que existen mejores alternativas disponibles (fluorocarbonos y no-fluorocarbonos), es hora de disminuir el uso de HFC. Los países en desarrollo pueden conseguir la ayuda del Protocolo para llegar a mejores soluciones para el clima y para los negocios.

Ha habido bastante progreso desde que las primeras propuestas de enmienda de HFC se presentaron hace ocho años. La Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Australia, el estado de California, y otras jurisdicciones están implementando políticas estrictas de reducción de HFC. Un conjunto de alternativas ambientalmente preferibles están siendo desarrolladas por empresas químicas, adoptadas por los fabricantes de electrodomésticos, y adquiridas por los clientes.

Un ejemplo es el HFO-1234yf, un refrigerante que sustituye a los HFC y que atrapa menos de una milésima parte de calor en la atmósfera, que ya está siendo utilizado en millones de aparatos de aire acondicionado de automóviles en todo el mundo. Los consumidores han comprado millones de aparatos de aire acondicionado que utilizan refrigerantes alternativos y eficientes energéticamente, tales como el HFC-32 o HC-290 (propano). Enfriadores de edificios se están comercializando con refrigerantes de baja potencia y alta eficiencia energética, como el HFO-1233zd, el HFO-1234ze y el HC-290. Algunos sectores, tales como el de las espumas aislantes, están dejando a los HFC y utilizan HFO e hidrocarburos. Conforme estas sustancias químicas y productos alternativos alcanzan la madurez, sus costos se reducen. Los senderos de transición para las industrias en los países desarrollados y en desarrollo son cada vez más claros y mejor comprendidos.

Cuando los integrantes del Protocolo de Montreal se encuentren de nuevo en Viena esta semana, deberán basarse en el progreso y en el impulso generado el año pasado durante la reunión en Dubai y el pasado mes de abril durante la reunión en Ginebra. Pueden utilizar los 10 días de reunión en Viena para empezar a escribir los detalles del acuerdo de eliminación gradual de HFC. Si los negociadores hacen su trabajo, la enmienda de los tratados puede ser firmada cuando se reúnan la próxima en Kigali, Ruanda el próximo mes de octubre. Esto es lo que los integrantes del Protocolo de Montreal necesitan lograr en Viena este mes:

  • Durante la reunión en Ginebra, el pasado mes de abril, los negociadores resolvieron preocupaciones por asegurar alternativas viables para los países con las temperaturas más altas del mundo, como en el Medio Oriente. También comenzaron a trabajar los criterios para la provisión de fondos para la transición tecnológica en países en desarrollo. En Viena, las partes deben actuar con rapidez para resolver las preocupaciones sobre el acceso a tecnologías patentadas y la disponibilidad de financiamiento.
  • Como una medida concreta para cerrar el acuerdo, las partes pueden encargar a su Grupo de Evaluación Tecnológica y Económica (PETE) que analice con mayor detalle los costos de transición, antes de la reunión de Kigali.
  • Las partes también deben llegar a un acuerdo sobre las fechas para congelar y reducir la producción e importación de HFC, y para las fórmulas de las líneas de referencia de cada país. Una fecha de congelación temprana es fundamental para evitar el crecimiento innecesario de la producción de HFC y para acelerar la transición hacia alternativas de última generación. Tres de las propuestas de modificación incluyen fechas de congelación a principios de la década de 2020 para los países en desarrollo, mientras que la propuesta de la India, presentada hace un año, consiste en posponer la congelación durante más de una década. Sin embargo, existe un consenso cada vez mayor de que no tendría mucho sentido que países como la India construyan sus industrias de aire acondicionado utilizando sustancias químicas y productos obsoletos, solo para encontrarse posteriormente con un atraso tecnológico.
  • Los países en desarrollo necesitan garantías de que los países desarrollados tomarán la iniciativa reduciendo de sus propias HFC; de que seguirán comercializando y haciendo disponibles alternativas más seguras; y de que van a contribuir con recursos suficientes para el Fondo Multilateral con el fin de ayudar con los costos de transición a las industrias de los países en desarrollo. Los EE.UU., la Unión Europea, Japón y otros países donantes han comprometido a aportar los recursos añadidos. Ahora es el momento para que los países negocien y refuercen sus compromisos mutuos para los calendarios de reducción paulatina y para el apoyo del Fondo Multilateral. Ese es ha sido el camino establecido por los acuerdos anteriores en el marco del Protocolo de Montreal.

Existen varios indicios de que los países están dispuestos a "hacer el trato" sobre los HFC este año. Los compromisos para lograr una enmienda del Protocolo de Montreal HFC este año aparecen regularmente en los comunicados del G-7 y G-20, así como de numerosas reuniones bilaterales. En junio, por ejemplo, el primer ministro indio Modi y el Presidente de los E.E.U.U. Obama se comprometieron a trabajar este año para una enmienda para que el Protocolo de Montreal incluya HFC, con "un ambicioso programa de eliminación gradual" para todos los países y "un mayor apoyo financiero" para el Fondo Multilateral del Protocolo con el fin de ayudar a los países en desarrollo con la implementación. El mismo día, los EE.UU. y China reafirmaron su compromiso conjunto de completar un ambicioso acuerdo de HFC este año, en un comunicado resultante del dialogo anual estratégico y económico entre ambos países.

El Protocolo de Montreal es el tratado ambiental más exitoso del mundo, el cual ya tiene una doble función de salvar la capa de ozono y frenar el cambio climático. Ahora más que nunca, se requiere acción climática global y sellar un acuerdo HFC dentro del Protocolo de Montreal sería el mayor logro que se puede alcanzar este año para aportar al acuerdo de París y proteger el futuro de nuestros hijos.