Obama rechaza la construcción del controversial oleoducto Keystone XL, por ahora

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Gratas son las pequeñas victorias como estas para el futuro.  Sabiendo lo que ya sabemos sobre la contaminación que causa el cambio climático, francamente es una locura invertir y construir un oleoducto que cruce todo el territorio americano desde el Golfo de México hasta las arenas de alquitrán en Alberta Canadá.  Keystone LX transportaría nada más ni nada menos que crudo extraído de la manera más destructiva y costosa (cálculos preliminares son USD12 mil millones) posible como lo es la extracción en estas arenas. 

Temporalmente, la Administración de Obama ha usado la lógica y nos ha salvado de un plan energético contraproducente y absurdo.  Norteamérica no necesita más petróleo--necesita más energías renovables y eficiencia energética.  Si las grandes petroleras y sus subsidiarios pueden invertir en un proyecto tan enorme y tan costoso, es seguro asumir que si lo quisieran, podrían buscar energía de forma que no nos destruya el planeta y su negocio en unas décadas.  

Sin embargo, intencionalmente se ha dejado la posibilidad de aprobar el oleoducto en territorio estadounidense si los planes obvian la peor destrucción ecológica en el estado de Nebraska.  ¿Sera que los territorios que también serán atravesados en Montana, Dakota del Sur, Kansas, Oklahoma y Texas, ya están seguros que no van a sufrir derrames ni destrucción de sus recursos naturales—como el agua potable por ejemplo?

Este articulo de hoy en El Universal, MX (EFE) lo resume...

El Departamento de Estado anunciará la tarde del miércoles que no concede el permiso solicitado por la empresa canadiense TransCanada, que sin embargo podrá presentar un proyecto de ruta alternativa que atraviese el estado de Nebraska sin dañar sus recursos naturales, según la revista "Politico".

El proyecto de oleoducto, de 2.735 kilómetros de extensión, tenía como objetivo transportar petróleo desde Alberta (Canadá) hasta la costa de Texas, y en un principio estaba previsto que atravesara los estados de Montana, Dakota del Sur, Nebraska, Kansas y Texas.

El Gobierno de Obama calculó que el proyecto podría crear al menos 5.000 empleos sólo en el sector de la construcción en Estados Unidos, por cada año que durara la edificación.