La nueva cara de la bombilla incandescente

Bombillos nuevos

A principios de este mes, el congresista tejano, Joe Barton, reintrodujo su proyecto de ley para “salvar a la bombilla de luz incandescente de 125 años de edad”. Dada la reintroducción del proyecto de ley, pensé que sería un buen momento para repasar los detalles sobre las normas de eficiencia de las bombillas de iluminación. La nueva hoja de datos de NRDC y mi blog anterior también proporciona más detalles.

En 2007, el Presidente Bush firmó una ley que requiere que la bombilla incandescente sea energéticamente más eficiente. La primera fase de la norma de eficiencia energética de las bombillas de luz entrará en vigor el 1 de enero de 2012 y requiere que las nuevas bombillas usen de un 25 a un 30 por ciento menos de energía en comparación a la bombilla convencional de 100 vatios. La segunda fase entrará en vigor en 2020 y requiere que las nuevas bombillas sean por lo menos tres veces más eficientes que las bombillas incandescentes, lo que significa que ahorrarán un 65 por ciento de energía. Esta norma será el camino a una nueva generación de bombillas de bajo consumo y ahorrará a los consumidores más de $10 mil millones al año, evitará la necesidad de 30 nuevas plantas de energía y disminuirá las emisiones de CO2 por unos 100 millones de toneladas cada año. Para poner los números de ahorro nacional en perspectiva, el derogar la norma produciría un aumento en las facturas de energía del hogar lo que costaría a cada hogar entre $100 a $200 o más cada año.

La norma de eficiencia de iluminación es una tecnología neutral, ya que establece un requisito para la cantidad de energía que una bombilla puede utilizar para producir una determinada cantidad de luz (lúmenes), pero no especifica que tecnología se puede utilizar para cumplir con el requisito. Por ejemplo, mientras que las bombillas incandescentes tradicionales desperdician el 90 por ciento de la energía que utilizan en forma de calor por lo que no cumplen las normas. Pero hay nuevos focos incandescentes más eficientes que cumplen con las normas (como las bombillas de halógenos que se muestran a continuación que ahorran energía, son un tipo de bombilla incandescente que lucen y trabajan igual que las bombillas incandescentes convencionales). Estos productos fueron desarrollados y están siendo introducidos por los fabricantes de iluminación como Osram Sylvania, GE, Philips y TCP en respuesta directa a las normas.

Un punto importante a destacar es que, dado que las normas son de neutralidad tecnológica, los consumidores tendrán una amplia gama de opciones cuando se trate de comprar una bombilla. Esto significa que habrá bombillas que se ajustan en cada enchufe y aplicación. Los consumidores podrán elegir bombillas de diversas formas, tamaños, niveles de brillo según las tecnologías y las temperaturas de color. Además, muchos de estos nuevos productos no se habrían introducido si no existieran las normas federales establecidas por el Congreso. Mientras que la norma no exige las lámparas fluorescentes compactas (CFL) que actualmente ofrecen a los consumidores los mejores resultados económicos, los consumidores todavía tienen un montón de opciones.

Las normas nacionales de eficiencia de iluminación también garantizan la seguridad y uniformidad a los fabricantes que de otra manera enfrentarían a un variado mosaico de regulaciones estatales diferentes. Por ejemplo, California ya comenzó a aplicar la norma de iluminación con un año de antelación a la norma federal; sin la regulación federal probablemente otros estados aplicarían su propia norma. Por unanimidad la industria de la iluminación apoya las normas, en parte debido a que las normas proporcionan a las empresas la seguridad que necesitan para invertir en nuevas instalaciones de fabricación, muchas de ellas en los Estados Unidos, lo que ya han empezado a hacer. Por ejemplo, Cree, Lighting Science Group Corp y Philips han creado miles de empleos en Estados Unidos con la producción de la próxima generación de las eficientes bombillas LED.

La conclusión es que la nueva norma retirará gradualmente la ineficiente bombilla de 125 años de edad, que es fácilmente la pieza de los equipos menos eficientes en nuestros hogares. En su lugar habrá un amplio conjunto de bombillas nuevas y mejoradas, las cuales utilizan mucho menos energía para producir la misma cantidad de luz, además de ahorrarles dinero a los consumidores. ¿Y qué podría ser mejor que una bombilla que reduce mi factura de la luz y mi huella de carbono? Para mi es una idea brillante.

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