Los abuelos necesitan transporte público

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El estilo de vida dependiente del automóvil de nuestra sociedad representa una verdadera amenaza para la salud y el bienestar de millones de personas mayores. Casi un 80 por ciento de adultos mayores viven en comunidades suburbanas y rurales que dependen del automóvil para movilizarse, según un estudio del Instituto Brookings de 2003. La mitad de nuestros ancianos que no manejan no salen de casa porque carecen de opciones de transporte público. Según un estudio realizado en 2004, las personas de la tercera edad que no manejan hacen menos visitas al médico, a amigos y familiares y a las tiendas y restaurantes. Las personas mayores que dejan de conducir muestran más síntomas de depresión y sus actividades fuera del hogar disminuyen.

Según las proyecciones del gobierno, para el 2030, las personas mayores de 65 años alcanzarán los 72 millones, el doble de los niveles de 2000. (En el 2030, yo también formaré parte de este grupo demográfico.) Esta generación ha influenciado el curso del país profundamente: originaron tener dos autos por familia, el éxodo suburbano y los embotellamientos relacionados. A medida que los baby boomers (entre ~ 47 a 64 años) envejezcan, cambiarán sus patrones de transporte y podrían transformar la manera de cómo los estadounidenses se movilizan de nuevo.

Mis colegas Deron Lovaas y Rachel Fried utilizaron datos de la Universidad Duke para proyectar los estados donde habitarán las personas de la tercera edad en 2030. No sorprende que la Florida sea privilegiada entre los mayores. Pero es interesante ver que otros estados contarán con casi una cuarta parte de personas de la tercera edad para el año 2030; lugares como Montana, Maine y West Virginia. Estos estados son principalmente rurales donde la gente se mueve casi siempre en coche.

Incluso estados que cuentan con áreas metropolitanas extensas y sistemas de tránsito establecidos, como Massachusetts y Pennsylvania, operan transporte público con arduo esfuerzo y las personas mayores no siempre tienen acceso a este servicio. A menos que, como sociedad, estemos dispuestos a dejar gran segmento de la población varada, debemos empezar a encontrar maneras para que los mayores se puedan movilizar.

Sabemos cómo lograrlo – el transporte compartido y los servicios de transporte compartidos en camionetas se están extendiendo en zonas rurales. La agencia federal de envejecimiento financia programas estatales que transportan a personas mayores, ayudándoles a estos a mantenerse activos y a vivir de forma independiente. Otro paso fundamental para garantizar que los mayores se puedan movilizar sería diseñando comunidades fáciles de recorrer a pie, donde no se necesite manejar a la tienda, el médico, o a casa de los amigos. Opciones financiadas y desarrolladas bajo guía y apoyo de autoridades federales y estatales, así como de las comunidades locales.

Otros estados con muchas personas de la tercera edad, como la Florida, tienen importantes áreas metropolitanas donde la infraestructura de tránsito ya existe pero mantener la capacidad existente no es una prioridad para estos estados. En la Florida, por ejemplo, la inversión en transporte público no sube del 6 por ciento por habitante metropolitano.

Más de uno de cada cinco residentes en Ohio, Iowa y Wisconsin pertenecerán a la tercera edad en el año 2030, sin embargo, todos estos estados son iguales de tacaños con sus inversiones en el transporte público. Según un informe de NRDC, Ohio ocupa el lugar 39 en la priorización de gastos de transporte público, Iowa el 33 y Wisconsin el 29. En West Virginia, casi un cuarto serán de la 3era edad para el 2030, sin embargo, el gasto por residente urbano en autopistas sobrepasa por mucho el gasto en transporte público en una proporción de casi 99 a 1.

Hasta Nueva York, que cuenta con el sistema de tránsito más extenso en EE. UU., no le provee transporte adecuado a alrededor de medio millón de personas mayores. Soluciones simples tales como reparar aceras y proveer bancas para descansar pueden hacer una gran diferencia para ayudar a que las personas mayores se puedan desplazar.

Claro que no solo los mayores beneficiarán de mejores sistemas de transporte público. Varios estudios concluyen que cada mil millón invertido en transporte público aumenta al doble los empleos que se generarían invirtiendo en autopistas.

Millones de miembros productivos de nuestra sociedad corren el peligro de quedar rezagados simplemente por no manejar. Somos un país de progreso constante y para continuar siéndolo, necesitamos opciones de transporte público para que avancemos todos juntos.