El desperdicio: maneras de ahorrar dinero y parar de desperdiciar nuestros recursos

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Los desperdicios son solo eso, desperdicios. Son desperdicios de tiempo, dinero y recursos importantes que incluyen cosas como la comida, el agua limpia, la tierra fértil o la energía.

El desperdicio no sirve de nada pero por más que lo rechacemos, nos rodea por doquier. Desperdiciamos casi la mitad de los productos que cultivamos o criamos para el consumo. En EE. UU., desperdiciamos más de la mitad de la energía usándola de manera ineficaz, derrochamos tres cuartas partes del combustible en autos de muy poco rendimiento, malgastamos agua en el hogar, las ciudades, las fábricas y las granjas. En fin, el desperdicio no termina.

Nada de este despilfarro nos beneficia. Al contrario, empeora nuestras vidas. Los efectos mordaces de este comportamiento van más allá de nuestros propios bolsillos y engulle a las comunidades, a la nación y al mundo en general. Desperdiciar combustible pone en riesgo nuestra seguridad. Desperdiciar comida produce tensión social. Desperdiciar energía contamina el aire y el agua y peor aún, enferma nuestras familias.

Aunque si podemos reducir la cantidad de desperdicios que producimos sin perturbar nuestro estilo de vida. Después de todo, hablamos de desperdicio. Podemos cesar el despilfarro en nuestro hogar, en los lugares de trabajo o de estudio. Nuestras ciudades pueden parar el desperdicio; nuestros estados y gobiernos pueden parar el desperdicio. Nuestras empresas pueden parar el desperdicio. Todos podemos participar. 

Las acciones individuales pueden beneficiarte financieramente y pueden beneficiar a tu comunidad también. Si te propones ahorrar energía, ya sea apagando las luces al salir de una habitación, tal vez tengas la idea de instalar un detector de movimiento para ahorrar energía. Tu amigo se percata del invento, le gusta y lo busca en la ferretería. Esa tienda empieza a ordenar más sensores similares y de otras marcas. Una acción impacta la cadena de suministro. Luego te preguntas porque la escuela de tu hijo no tiene sensores de movimiento y la acción tiene repercusiones en tu comunidad.

Exploramos lo que pasaría si cada estadounidense tomara doce pasos fáciles para reducir los desperdicios y encontramos que reduciría los gases de efecto invernadero por mil millones de toneladas, el mismo efecto que tendría eliminar la contaminación de 200 millones de automóviles o de 200 centrales a carbón.

Si recobráramos tan solo un 5 por ciento de los alimentos desperdiciados, le podríamos dar de comer a 4 millones de estadounidenses. Podemos ahorrar más crudo del que ahora importamos del golfo simplemente mejorando el rendimiento de nuestros autos. Ya sabemos cómo construir edificios que consumen por lo menos un 90 por ciento menos energía que los comunes.

Alrededor del país, se están poniendo en práctica soluciones innovadoras para reducir el desperdicio de energía y aumentar su eficiencia en maneras que nos afecta a todos. Estas soluciones que ahorran energía están ayudando a mejorar las ganancias, ahorran dinero al contribuyente, producen productos más atrayentes y aprovechan nuestros valiosos y limitados recursos al máximo.

En los próximos meses, destacaré maneras prácticas de cómo parar el desperdicio. También destacaré a personas, ciudades, negocios e industrias que están ahorrando dinero y conservando sus recursos al mismo tiempo que hacen crecer sus ganancias al hacer uso eficiente de la energía.

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