Nuevo libro: Por qué ocurrió la explosión BP y que podemos aprender

Después de varios meses durante los cuales se derramaron millones de galones de crudo al Golfo, el equipo de trabajo de la BP finalmente logró cerrar el pozo de petróleo de una vez por todas. Los trabajadores bombearon lodo y cemento en el ahora más seguro pozo petrolero, lo que finalmente cierra para siempre esta herida desastrosa en el fondo del mar.

Sin embargo, es necesario examinar cómo fue que llegamos a este punto.

¿Qué pasó en la plataforma Deepwater Horizon para crear esta catástrofe? ¿Qué motivó a sus ingenieros a tomar malas decisiones de diseño? Y ¿Cómo llega este país al punto de tolerar y recompensar la imprudencia corporativa y semejante sacrificio ecológico por seguir la búsqueda de petróleo?

Exploro estas preguntas en un nuevo libro, In Deep Water: The Anatomy of a Disaster, the Fate of the Gulf, and How to End our Oil Addiction (En aguas profundas: La anatomía de un desastre, el destino del Golfo y procedimientos para poner fin a nuestra adicción al petróleo).

Escribí el libro, junto con mi colega de NRDC Bob Deans, porque creemos que el país ha pagado un alto precio por los errores que condujeron a este desastre, del cual debemos aprender, ya que nos dejó un costo tan grave.

La verdad es que la mayoría de nosotros tenemos poca o ninguna idea de lo que se requiere para proporcionar el combustible barato y confiable a nuestros autos, aviones y camiones. Sin embargo, nuestro consumo y las ganancias llevan a las petroleras a ir más allá de los límites de la seguridad y fiabilidad, al tomar riesgos extraordinarios cada vez mayores, a menudo sin tener un Plan B.

Muchas compañías de petróleo han actuado muy rápido y libremente con los salvaguardas ambientales y de salud pública. Pero en el caso del pozo petrolero Macondo, la BP parece haber hecho una serie de malas decisiones, lo que resultó en un desastre épico y la necesidad de conectar un pozo de auxilio cinco meses después.

En lugar de elegir el método más seguro y más común para sujetar la plataforma Deepwater Horizon a la parte inferior de del pozo Macondo, la BP decidió ahorrarse $7 millones de dólares e ir con la opción más barata. En vez de garantizar que la tubería se colocó correctamente al utilizar el recomendado 21 centralizadores, la BP decidió no mantener las operaciones y que solo utilizarían 6 centralizadores a bordo de la plataforma. En lugar de realizar una prueba estándar de seguridad para asegurarse de que el collar de cemento que se utiliza para llenar los huecos en el pozo estuviera apretado, la BP decidió ahorrarse $128.000 dólares al no permitir que el equipo de prueba lo examinara.

Once horas más tarde, el pozo Macondo explotó.

Por mucho tiempo, nos hemos hecho de la vista gorda ante los riesgos que las compañías energéticas toman con el fin de alimentar nuestra adicción al petróleo. Pero el estallido de BP nos quitó la venda de los ojos.

El derrame de la BP es una luz al final del túnel en lo que concierne nuestra adicción al petróleo. Esta adicción se traduce en perforaciones de hasta seis kilómetros por debajo de la superficie del agua y perforando los organismos gubernamentales corrompiendo a los encargados de supervisar a la industria petrolera.

Sólo hay dos respuestas racionales a este estado de cosas: reducir el riesgo y reducir la necesidad de la actividad.

En nuestro libro, mostramos cómo Estados Unidos puede hacer las perforaciones mar adentro de una forma más segura mediante la inversión en las garantías que necesitamos, las instituciones necesarias para hacer cumplir esas garantías y los profesionales  con que podemos contar para proteger nuestra seguridad, la salud y el medio ambiente.

También mostramos como el ingenio de Estados Unidos puede acabar con nuestra adicción al petróleo y empezar a mover este país por fuentes de energía y combustible seguros, limpios y más sustentables. El petróleo es un valioso y extraordinario recurso. Debemos utilizarlo de la forma más eficiente, no desperdiciarlo en el uso de motores obsoletos y viejas tecnologías. Es hora de cambiar.

Aprendamos de nuestros errores. Aprendamos de la tortuosa y breve vida del pozo Macondo de la BP. El riesgo sigue mientras sigamos consumiendo y perforando sin limites.