En la Patagonia chilena glaciares se derriten mientras no se aprovechan recursos de energía renovable

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Sería difícil encontrar a un país con recursos energéticos renovables tan abundantes y accesibles - y con una mayor necesidad de aprovechar el uso de ellos - como Chile. Pasé nueve días en este hermoso país el mes pasado, donde NRDC está trabajando con el gobierno y ciudadanos locales para alentar a Chile a desarrollar sus recursos de energía limpia.

Con sus altos y soleados desiertos, llanuras y sus vientos, y corredor sísmico, Chile cuenta con los recursos solares, eólicos, geotérmicos y otras energías renovables que otros países sólo pueden soñar. Sin embargo, el país está atrapado en la era de los dinosaurios en cuanto se refiere a energía, y está avanzando con los planes de represas masivas y destructivas, y plantas de carbón contaminantes; incluso las comunidades locales ya están sufriendo los efectos del cambio climático y las malas decisiones energéticas del pasado. 

El calentamiento global es una realidad cotidiana en Chile. Los glaciares se están derritiendo más rápido que en cualquier otra parte del mundo, y este derretimiento aumenta el riesgo de un fenómeno natural llamado inundación de valles por glaciares de lago. Estas inundaciones ocurren cuando un glaciar, que está conteniendo un lago, desarrolla un agujero, permitiendo de pronto que sus aguas se viertan a través de él. Nosotros fuimos testigos de uno de estos eventos durante nuestro viaje.

Nuestro grupo se preparaba para un paseo en balsa el día siguiente en el río Baker, el más grande de Chile, cuando nos enteramos que una inundación estaba en marcha. Las aguas del lago Cachet 2 se vertían a través de un agujero en el glaciar Colonia, haciendo que el nivel del lago caiga 87 metros (la altura del edificio Flatiron de Nueva York) en un solo día. El río Baker absorbió la inundación, con un flujo  3 veces mayor a su velocidad normal.

 La bifurcación del río Baker en el centro no es característica original de este, sino el resultado de la inundación del valle por el lago vertido.

 

 

 

 

 

No hace falta decir que nuestro paseo planeado en el río Baker fue postergado. En su lugar, pasamos el día recorriendo la zona para ver cómo la inundación había afectado a las áreas circundantes y a las familias gauchas que viven allí.

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Sus propiedades se inundaron cuando el río se desbordó e incluso formó nuevos caminos. Gracias a un nuevo sistema de seguimiento, que ha equipado a cada familia con radios CB a base de energía solar, la mayoría fueron advertidos a tiempo logrando así mover su ganado a zonas más altas. Tratamos de visitar a una familia, pero un nuevo río había subido entre la carretera y la vivienda. Algunos de nosotros nos quitamos los zapatos, nos arremangamos los pantalones y cruzamos para saludarlos. 

Los habitantes de esta zona son increíblemente tenaces - Lalo, el gaucho que visitamos, solo se encogió de hombros con una sonrisa sobre el hecho de que las aguas habían arrastrado un pequeño puente de madera en su propiedad alojándose en un bosque. Sin embargo, las inundaciones repentinas por los lagos se están convirtiendo en alarmas más frecuentes en esta área. Ha habido cerca de siete casos similares desde el año 2007, y ninguna en los 40 años anteriores. 

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El ganado de Lalo resultó ileso, pero su vecino perdió seis ovejas en las inundaciones.

La creciente frecuencia de las inundaciones repentinas por los lagos glaciares plantea serias dudas sobre las propuestas de construir enormes presas hidroeléctricas en la región. NRDC ha brindado su ayuda a los ciudadanos en la batalla local contra uno de esos proyectos, llamado HidroAysén. Este proyecto construiría cinco represas en dos de los ríos más caudalosos de la Patagonia, y requeriría la construcción de una línea de transmisión de 1.200 millas atravesando una vasta vegetación. En su evaluación ambiental, la empresa detrás del proyecto no tuvo en cuenta muchos temas, incluyendo cómo las represas podrían soportar las más frecuentes y graves inundaciones de lagos glaciares, que, con toda probabilidad, se volverán más comunes, como vaya calentándose el planeta.

La tragedia del proyecto HidroAysén es que es totalmente innecesario. Las medidas de eficiencia por sí sola podrían ahorrarles a los chilenos más de 3.000 megavatios de energía para el año 2020, más energía de lo que el proyecto HidroAysén produciría. Los recursos limpios de energía renovables de Chile tienen el potencial combinado para generar cerca de 400.000 megavatios de energía. La mayoría de estas tecnologías ya tienen un costo competitivo con las bases de las grandes centrales hidroeléctricas y gas natural en Chile, sin embargo, permanecen, en gran parte, sin explotar. La primera planta geotérmica de Chile, en el norte, está en desarrollo y programada para entrar en funcionamiento en 2014 - mucho antes de que HidroAysén  pudiera suministrar energía.

Recientemente, el gobierno ha dado pasos importantes hacia el desarrollo de su primera política energética a largo plazo, que comenzará a hacer uso de los propios activos de energías renovables del país. El Senado chileno aprobó una ley que requiere de la nación usar un 20 por ciento de energía renovable para el año 2020. Esto es, sin duda, una meta muy factible - y ayudará a preservar los bosques, reducir su dependencia del carbón importado, y proporcionar energía fiable y rentable de para el pueblo de Chile. A pesar de estos avances, Chile parece insistir con la dañina e innecesaria, mega-represa de HidroAysén. Únase a nosotros para alentar el presidente de Chile para detener la represa y mantener prístina  a la Patagonia.