Hace falta seriedad para procurar la efectividad de los antibióticos

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Las noticias sobre el reciente brote de salmonela en pollos son alarmantes (varias cepas de salmonela se han relacionado con pollos de la marca Foster Farms). Más de 278 personas (de las que se conocen) se han enfermado y un 42 por ciento de ellas han sido hospitalizadas, mucho más de lo normal (que ronda un 20 por ciento). Las cepas de salmonela implicadas en este brote son inmunes a varios antibióticos comunes que también se utilizan en la crianza de pollos. Como lo indica el CDC, esta “resistencia” a los antibióticos puede aumentar el riesgo de hospitalizaciones y complicar el tratamiento de las enfermedades, como ha pasado en casos anteriores de bacterias transmitidas por los alimentos e invulnerables a los antibióticos.

Hace solo unas semanas, los Centros de control y prevención de enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) publicó un informe que advierte sobre los riesgos de la resistencia de los antibióticos, señalando que el uso de antibióticos en el ganado contribuye al problema y añadiendo que “mucho del uso de antibióticos es innecesario e inapropiado y pone la salud de todos en peligro.” Este es otro lamentable recuerdo de las posibles consecuencias del uso inadecuado de los antibióticos en la crianza de ganado.

Hoy en día, aproximadamente el 80 por ciento de todos los antibióticos vendidos en los Estados Unidos son para uso ganadero; la mayor parte de ese uso es para acelerar el crecimiento de los animales y compensar por las pésimas condiciones en las que viven los animales, no para tratar alguna enfermedad.  Día tras día, los animales reciben dosis bajas de antibióticos (sin receta), una práctica que indudablemente contribuye al desarrollo de bacterias resistentes a los antibióticos, es algo similar como no terminar el curso de antibióticos que el médico nos recete.

Estas bacterias resistentes a los antibióticos, ó superbacterias, se escapan de la granja en la tierra, aire y agua; en los trabajadores que trabajan con animales ó carne; y en la carne; la bacteria puede, incluso, propagar su resistencia a otras bacterias. Lo que significa que las bacterias resistentes desarrolladas alrededor de ganado pueden afectar la eficacia de los medicamentos esenciales en los que dependemos los seres humanos.

En un ejemplo de como se niega este vinculo en la industria cárnica, Foster Farms comunicó que, "los consumidores deben saber que los antibióticos frontline utilizados para tratar la salmonela son plenamente eficaces para su tratamiento". Como expresó firmemente el miembro de la Cámara Slaughter (D-NY), un microbiólogo, ellos no tienen la autoridad para hacer esa declaración. Los ejemplos de salmonela en pollos, sin incluir los de Foster Farms, se han encontrado resistentes a varios antibióticos que se utilizan en la crianza de pollos y también en la medicina para humanos. En un previo brote de salmonela relacionado con los pollos de Foster Farms también se encontró bacterias resistentes a los antibióticos.

Ésta es otra llamada a la acción para la agencia de Administración de alimentos y medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de dejar su viejo patrón de 40 años de demoras y poner en marcha medidas significativas. La respuesta de la FDA al problema de la resistencia en bacterias a los antibióticos ha sido proponer un conjunto de recomendaciones voluntarias y llenas de escapatorias que la industria queda libre de ignorar. La FDA debe, inmediatamente, imponer restricciones obligatorias sobre el uso indebido de los antibióticos para acelerar el crecimiento animal y como apoyo para mejorar las prácticas en la industria. Entre más demoras se permite la FDA,  mayor riesgo corremos de que estas medicinas prodigiosas de la ciencia moderna se vuelvan ineficaces.

Imagen cortesía de Lief K-Brooks, via Flickr

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