L.A. cambia el guion del transporte público y privado

If done right, shared modes of transportation can help underserved Angelenos and the environment.
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Bien organizados, los medios de transporte compartido pueden beneficiar a los angelinos y el medio ambiente.

Los Ángeles está preparado para reinventar el transporte y, esta vez, existe la posibilidad de mejorarlo para beneficio de la comunidad y el medio ambiente.

En su primera evolución de pueblo remoto a metrópolis rebosante a principios del siglo XX, Los Ángeles debutó el transporte moderno de esa era, estableciendo una red de líneas ferroviarias eléctricas que se extendían desde Santa Monica hasta San Bernardino. 

Cuando el automóvil llegó a las masas en la década de 1920, Los Ángeles una vez más abrió camino. Pero mientras que la adopción de los carros y las autopistas impulsaron el crecimiento de la región, esta expansión ha cobrado un costo elevado a la calidad de vida y la salud pública.

Tras décadas de vivir con esmog, congestionamientos y una creciente desventaja para quienes no manejan, los angelinos han llegado a reconocer los límites de darle prioridad a los carros al precio que sea. El apoyo por alternativas de transporte más eficiente y sostenible esta aumentando. Desde 1980, los residentes del condado de L.A. han aprobado impuestos cuatro veces para desarrollar una red de trasporte público que ahora se extiende más de 100 millas y alcanza el tercer lugar en número de viajes diarios en el país.

La transformación continúa, con nuevos proyectos ferroviarios tales como la extensión de la vía subterránea Wilshire, la línea Crenshaw y el Regional Connector constituyendo la red troncal de un sistema de transporte más sostenible. Al mismo tiempo, las opciones de desplazarse con la ayuda de la tecnología están cambiando la manera en que la gente navega las 7.500 mil calles en L.A., desde servicios de vehículos compartidos como Uber y Zipcar hasta bicicletas y motonetas compartidas.

Sin embargo, no queda claro si este modo de transporte innovador beneficia el ambiente y mejora el acceso al transporte, o si estos, de hecho, empeoran el congestionamiento, el crecimiento urbano disperso y la contaminación. El surgimiento de vehículos autónomos puede acelerar cualquiera de estas situaciones. Lo que es cierto es que necesitamos analizar bien la manera en cómo el gobierno y la sociedad civil se relaciona con estas opciones de transporte compartido para lograr tener un sistema de transporte más limpio y al alcance de todos.

Razón por la cual NRDC se ha unido a la agencia de transportación de Los Ángeles (Los Angeles Department of Transportation (LADOT)) para examinar detenidamente las implicaciones de estos servicios. El recién publicado plan  “Los Angeles Shared-Mobility Climate and Equity Action Plan” provee un marco normativo para asegurar que la movilidad compartida ayude a que L.A. alcance las metas ambientales y de ecuanimidad que se han trazado.

Dado el compromiso de la ciudad de L.A. por superar los problemas importantes de la movilidad compartida, la región representa una oportunidad única para construir un sistema de transporte sostenible y equitativo que sirva de inspiración para otras ciudades.

Con la aportación de líderes en transporte, tecnología y equidad, NRDC y LADOT han desarrollado una serie de recomendaciones para ayudarle a L.A. a utilizar la movilidad compartida como una herramienta para abordar el cambio climático y facilitar el acceso a la trasportación para todos. Estas son:  

  • Diseñar políticas y programas de movilidad compartida con y para comunidades marginadas y de bajos ingresos.
  • Diseñar calles de modo que le den prioridad a los peatones, ciclistas, el transporte público y la movilidad compartida.
  • Electrificar la flota de automóviles de movilidad compartida y expandir la infraestructura de recarga de vehículos eléctricos.
  • Fundar sistemas de información completos y accesibles para los pasajeros, incluyendo para pagos y con información en tiempo real.
  • Adquirir y compartir datos entre los operadores públicos y privados para tener una mejor administración de la esfera pública.
  • Diseñar políticas y programas de movilidad compartida en todo el sistema para obtener el máximo beneficio para el medio ambiente y el rendimiento social de todos los modos de transporte compartido.

Teniendo todas estas metas en mente, confiamos en que la ciudad no solo puede reinventar la manera en que los angelinos se desplazan de un lado a otro, pero logran también aire más limpio y un acceso mejorado a las maravillosas oportunidades que la región provee.

¿Qué piensas tu que L.A. necesita para lograr los mayores beneficios de la movilidad compartida? ¡Lee el informe y comparte tus ideas!

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